Miguel Assal, agente de Emergencias SAMU© Miguel Assal

Prevención de ahogamientos

Miguel Assal, agente de Emergencias SAMU: “En caso de que el niño se hunda por algún descuido, si el color de su bañador es un color llamativo, lo vas a poder visibilizar bien”

Los colores vivos en la ropa de baño pueden marcar la diferencia a la hora de localizar rápidamente a un menor en apuros, según este técnico en emergencias sanitarias y divulgador sobre seguridad.


10 de julio de 2025 - 18:00 CEST

Elegir bien el color del bañador no es solo una cuestión de estilo: puede ser decisivo para detectar rápidamente a un niño bajo el agua. Miguel Assal, agente de Emergencias SAMU del Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar (Murcia), Técnico en Emergencias Sanitarias (TES) y divulgador sobre seguridad, explica por qué algunos tonos dificultan la visibilidad en piscinas y playas, y cuáles son los más seguros.

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“En caso de que el niño se hunda por algún descuido, si el color de su bañador es un color llamativo, lo vas a poder visibilizar bien, lo vas a poder apreciar -nos dice-. Sin embargo, cuando tienes un color más apagado o un color que sea muy parecido al del mar o al del fondo de la piscina, no vas a ver nada en cuanto haya movimiento”.

El niño, una vez que se hunde o cae boca abajo, es igual que un anciano, no puede darse la vuelta

Miguel Assal, agente de Emergencias SAMU

¿Cuáles son los colores que debemos evitar en el bañador de los niños?

Como es de suponer a juzgar por la explicación de Miguel Assal, el azul, pues el agua del mar y de la piscina la vemos, por el fondo, azul. Pero no es el único color a evitar: también el blanco. “Tanto el blanco como el azul se pueden mimetizar muy bien con la espuma del mar”, indica.

¿Cuáles son los colores más adecuados en el bañador de los niños para localizarlos en el agua?

En general, con un color llamativo va a ser más fácil ver de lejos al niño tanto en el mar o en la piscina como en tierra, si bien el agente de Emergencias destaca algunos colores: “en el momento en el que el niño se sumerge, si tiene un color llamativo, ya sea rosa, naranja, amarillo, incluso rojo, aunque esté apagado, lo vamos a diferenciar muy bien”.

Assal nos cuenta que lo ha comprobado por sí mismo en la piscina, como puede verse en uno de los vídeos más recientes que ha subido a su perfil de Instagram (@miguel_assal). En este experimento, mete un bañador azul y un bañador rojo; en cuanto le da movimiento al agua, el bañador azul se vuelve imperceptible, se deja de ver, mientras que el rojo se sigue apreciando.

“Esa es la ventaja que tenemos en cuanto al color del bañador, que, en algún descuido por el que hayamos perdido de vista o que estemos buscando desesperadamente a nuestro hijo y pueda estar hundido, esos primeros minutos son vitales para poder salvarle la vida”.

© Getty Images

El ahogamiento silencioso en los niños

El experto en seguridad nos habla del ahogamiento silencioso en los niños, algo que “mucha gente y muchos papás desconocen”, asegura. “El niño, una vez que se hunde o cae boca abajo, es igual que un anciano, no puede darse la vuelta. Lo único que va a hacer es una lucha silenciosa; tú no lo vas a escuchar ¡Papá! ¡Mapá! ¡Ayuda!“, advierte.

Nos indica que en ese caso, el niño va a intentar luchar primero en superficie y, poco a poco se va a ir hundiendo. “Y, luego, una vez que está hundido, es ya una lucha silenciosa que, incluso, si tú no eres su padre o es una persona que está al lado, que no tiene nada que ver con ese niño, va a creer que el niño está buceando”, subraya. “Ni se dan cuenta de que se ahoga”.

Tenemos una ventana de unos tres minutos aproximadamente para poder salvarle la vida 

Miguel Assal, agente de Emergencias SAMU

Y en esa situación, el tiempo es determinante para salvar o no la vida del niño que se está hundiendo en el agua. “Hablamos de segundos”, nos dice Assal. En esos segundos de “lucha silenciosa”, el pequeño irá perdiendo, poco a poco, esa lucha porque va tragando agua o ya deja de respirar. “Tenemos una ventana de unos tres minutos aproximadamente para poder salvarle la vida”, deja claro el experto en seguridad. “Pero si empiezan a pasar los minutos, imagínate, cinco, ocho minutos, todo se complica: el cerebro se queda sin oxígeno y la vida del niño está ya en grave riesgo”.

En esos pocos segundos o minutos, encontrar al niño lo más rápido posible puede marcar la diferencia. De ahí la importancia del color del bañador que ponemos a nuestro hijo. “Pero siguen fabricando estos productos azules”, nos comenta. “En las tiendas casi todos son azules, pero claro, no hace falta saberlo si realmente tienes a tu hijo vigilado, claro está.

¿Cómo evitar que un niño se ahogue?

“Los niños pequeños siempre deben estar vigilados, incluso aunque lleven un elemento flotante”, recalca Miguel Assal. “Creemos que nunca pasa nada, que le compro unos manguitos y ya mi niño está seguro”. Sin embargo, no es infrecuente que, al entrar en el agua, los manguitos (o al menos uno de ellos) se resbalen del brazo y el niño se sumerge: “en cualquier momento se pueden salir de un lado de otro, cae boca abajo, ya no sabe darse la vuelta”, insiste.

Nos explica que el único elemento flotante seguro (y lo dice entre comillas) es el chaleco, uno que tenga un buen arnés que sea homologado. “Y aún así, nunca se debe dejar al niño sin vigilancia; en todo momento que esté en el agua, el niño está en riesgo, está en peligro”. Recomienda no estar más de cinco segundos sin mirarlo y que siempre esté al alcance de la mano del adulto que lo acompaña. “Eres tú de quien él depende”.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.