Consejos en primera persona

Cómo organizar una pedida de mano: los 8 aciertos (y errores) que descubrí mientras preparaba la mía


Preparar esta fiesta previa a la boda requiere de paciencia y sirve de antecedente a todo lo que vendrá con el gran día


Pedida de mano© @martagul_
Estrella AlbendeaColaboradora de Novias
15 de noviembre de 2025 - 12:30 CET

Quedan pocos meses para tu boda y te planteas si organizar una pedida de mano. Es un reto, pero a la vez una oportunidad de afianzar las relaciones entre los consuegros, así que, ¿por qué no? Te entiendo, yo también pasé por la aventura de elegir cómo sería este día. Si bien a priori puede parecer que darle forma a la jornada no es tan complicado como la boda, hay puntos de los que nadie habla y que te harán plantearte bastantes preguntas. El objetivo es lograr que este día, en el que los padres y familiares más cercanos a los novios se conocen o (si ya se conocen) entablan una relación más cercana, resulte distendido, ameno y cómodo para todas las partes.

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© @ignaciafotoss

Antes de nada, conviene recordar qué es una comida o fiesta de pedida en España. Se trata de una tradición que, lejos de hacer referencia a la petición de matrimonio en la que las partes acuerdan la fecha de su ‘sí, quiero’, comenzó como una fórmula por la cual el novio pedía permiso a la familia de la novia para casarse con ella. Suele hacerse entre un mes y cinco meses antes de la boda, pero en la actualidad ha perdido tal fin, en favor de uno más acorde a los tiempos: que las familias de los ya prometidos acerquen posturas y no lleguen, sin haberse tratado, al enlace, evitando así una relación más fría. En la tradición, los padres de los novios entregan a cada parte de la pareja un regalo (un reloj, un anillo o unos pendientes), pero en ocasiones son los propios novios los que se hacen esos detalles mutuamente, a fin de no comprometer a sus progenitores. Los convidados, por su parte, suelen enviar ramos de flores a la novia. Es posible encontrar bastante información sobre cómo se suele distribuir este día; sin embargo, hoy recojo algunas de las recomendaciones que pueden facilitar todo aquello que no se comenta habitualmente a la hora de organizar este evento.

© @catacabanas

1. Debes filtrar tus invitados, más que en una boda

La tradición marca que esta celebración se haga en la casa de la novia, pero con los años la idea ha ido evolucionando hacia un acuerdo entre las partes. A veces se hace en algún lugar ajeno a las familias; en otros casos, en la casa del novio hay más espacio o, también es posible que intervengan familiares como las abuelas o, los tíos, que cuentan con lugares más amplios o enclaves celebración en los que los asistentes pueden estar más cómodos y los ponen a disposición de los protagonistas. 

Sea como fuere, siempre será necesario que los novios elaboren un listado de invitados y, a veces, esta selección de convidados resulta más complicada que la de la propia boda, porque es una invitación más reducida. Lo habitual es que acudan los padres y hermanos de la pareja, en ocasiones, también abuelos, tíos o primos con los que hay mucha cercanía. En estos últimos años también se estila la posibilidad de hacer una primera reunión con los familiares más íntimos, a la hora de comer o cenar y, cuando ya ha pasado ese momento de estar sentado, se abren las puertas a una celebración posterior con los amigos más cercanos.

© Paula Argüelles

2. Existen modalidades muy prácticas para celebrar

Al tratarse de una reunión de seres queridos, las posibilidades a la hora de festejar son muy amplias. Más allá de la clásica jornada en casa de la novia, este tipo de evento admite otras muchas nuevas versiones, que podrán llevarse a cabo en tanto que todos los invitados quieran. Un fin de semana en el campo, un encuentro previa reserva en un restaurante muy especial, una escapada a una casa rural, una cena en una terraza con vistas… Existen tantos tipos de pedida como estilo de prometidos. Es algo de lo que nadie habla, pero el hecho es que en esta celebración, la pareja cuenta con mucha libertad.

© @martagul_

3. El menú no es tarea fácil

Que todos guarden un buen recuerdo de la jornada pasa, del mismo modo, por escoger un menú de calidad. Aunque se trate de una solución casera y cocinada con cariño, es importante conocer quienes son más delicados en materia de alimentación (alergias e intolerancias) y plantear no solo un plato en mesa agradable (ya sea en almuerzo o cena), sino un buen aperitivo que invite a todas las partes a entablar una amable conversación. Mi recomendación es dejarse llevar por las especialidades de cada familia, tener en cuenta la temporada y los productos propios de cada tierra y, si la cocina no es lo nuestro o nos da vértigo ponerlo en práctica este día, optar por un catering que pueda encargarse de echarnos una mano, dentro o fuera de casa.

© @martagul_

4. ¿Quién se encarga de servir?

Al tratarse de una celebración de corte más informal y cercano, es posible que los novios opten por preparar un menú casero, en cuyo caso tendrán que plantearse de qué forma se va a servir esa propuesta gastronómica. Es posible que alguien de la familia se encargue de repartir cada uno de los platos y alimentos. Por el contrario, si los protagonistas han preferido escoger un catering siempre habrá alguien encargado de realizar el servicio y tendrán que decidir si lo hacen a la francesa o a la inglesa. En el primer caso, el camarero acerca la bandeja y el comensal se sirve la cantidad que desea; mientras que en el segundo, el camarero acude con la bandeja y sirve él mismo al comensal. Al tratarse de una celebración en ambiente distendido, también es apropiado un formato tipo cóctel o bufé, por el cual cada persona puede ir comiendo aquello que le apetezca y servirse a sí mismo.

© Ricardo Ferreiro Wedding Photographer

5. Un fotógrafo siempre es buena idea

Al igual que sucede con la boda, es normal que la pareja y sus invitados quieran inmortalizar este día. Lo más común es que esto se haga a través de los móviles de quienes han asistido a la cita, pero esta elección puede hacer que haya momentos que no se puedan capturar o que siempre falte alguna persona en la foto. Por esto, en mi caso, cuando celebré mi pedida, en 2023, decidí contratar a un fotógrafo (Ricardo Ferreiro), que permitiera que nadie tuviera que preocuparse de hacer imágenes o agobiarse porque algún instante no se ha retratado. Ya en este 2025, asistimos a un auge de este formato, pues cada vez más prometidos se animan a ponerse en manos de un profesional que logrará que esa galería de fotos sea inolvidable.

6. ¿Vestir de blanco o a color?

A la pregunta de qué ponerse para una pedida, la novia puede encontrar dos grandes respuestas: una que es una clara apuesta por vestidos o trajes de colores lisos y otra que muestra las bondades de elegir el color en blanco para este día. No existe una única fórmula correcta. Las redes sociales están repletas de novias que en este día han escogido ambas opciones. Lo imprescindible es quedarse con un diseño con el que la prometida en cuestión se sienta favorecida, tenga el tono que tenga. Si el objetivo es que nadie más lleve esa tonalidad, con naturalidad puede comentarse, dado que, al fin y al cabo, este no es el traje nupcial.

© Elisa Cortés Collection

7. También puedes encontrarte con sorpresas

Como sucede en algunas bodas, hay detalles y momentos que escapan de nuestro control y son verdaderas sorpresas que los invitados tienen preparadas para los novios. Es habitual que, elaborado previamente o de forma espontánea, alguno de los asistentes ofrezca un discurso sobre uno o ambos miembros de la pareja. Es una bonita carta de presentación para quienes no conozcan el pasado de quien se casa y puede crear reacciones muy emotivas. El consejo es que dejes espacio a la naturalidad, pero si este tipo de escenas no son de tu agrado, conviene avisarlo antes de que sea demasiado tarde.

© Nany Sánchez

8. Un recuerdo imborrable

Ante la duda de si hacer o no una pedida de mano, quienes la han llevado a cabo son contundentes: siempre sí, puesto que todo es positivo. Celebres en el formato que celebres, guardarás un recuerdo imborrable de la jornada. Siempre que las partes encajen y pongan de su parte, el día será muy bonito y podrás ver cómo se forjan relaciones duraderas, se cuentan anécdotas o la simple comida da de sí momentos divertidos. Como en la boda, los protagonistas deben centrarse en disfrutar. 

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