Lucía Entrecanales se ha casado hoy con Laszlo Bene, dando el esperado ‘sí, quiero’ en la iglesia del Hospital de Tavera, en Toledo. Hija de Juan Ignacio Entrecanales, vicepresidente ejecutivo de Acciona, y Gemma Archaga, Lucía ha deslumbrado con un espectacular vestido de volantes que reflejaba a la perfección su juventud y elegancia. La ceremonia, además de tener un fuerte valor personal y familiar, ha reunido a numerosos rostros de la aristocracia europea.
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Un vestido tan romántico como bohemio
La novia ha elegido un vestido romántico y bohemio que parece sacado de un cuento de hadas. En color blanco, con tirantes y corte imperio, el diseño juega con pequeños volantes que recorren el cuerpo ligeramente plisado, aportando movimiento y ligereza. Es un vestido original y extremadamente femenino que transmite sofisticación sin perder la naturalidad de una novia joven y elegante. Para completar la puesta en escena, Lucía ha llevado un velo largo, translúcido, con bordados florales y detalles de encaje, que ha usado también como capa a la entrada de la iglesia, sujeto con un antiguo broche de diamantes.
Joyas vintage de diamantes
En cuanto a las joyas, la novia ha optado por piezas vintage: una gargantilla de perlas de tres líneas con una perla central más grande y unos pendientes de diamantes en forma de lazo que armonizan con el broche del velo. El recogido bajo estilo bailarina pone la guinda al conjunto, acompañado de un maquillaje natural en tonos nude.
Invitadas de la aristocracia europea
Las invitadas, por supuesto, no han pasado desapercibidas. Sassa de Osma, acompañada de su marido, Christian de Hannover, ha lucido un vestido midi de estampado floral de su propia marca, Philippa1970, combinado con sandalias de tacón metalizadas y un bolso de mano de tejido natural. También ha asistido la duquesa de Medinacelli, Victoria de Hohenlohe-Langenburg, quien heredó el título tras la muerte de su padre en 2016 y es la mujer con más títulos nobiliarios en España. Para esta celebración, ha apostado por un diseño de Leyre Doueil en organza bordada con hilos dorados y lentejuelas, combinado con sandalias de tacón y bolso de rafia. Una de las apariciones sorpresa ha sido la de Miriam de Ungría, que ha llegado a la ceremonia del brazo de su hijo mayor, Boris, guardián de la corona búlgara.
El contexto de la ceremonia añade capas de significado: la iglesia del Hospital de Tavera es un templo renacentista gestionado por la Fundación Casa de Medinaceli, escenario también de bodas anteriores de relevancia, como las de Amelia Bono y Manuel Martos en 2008 o Rafael Medina y Laura Vecino en 2010. La elección de este lugar por parte de Lucía y Laszlo habla de un respeto por la tradición y la historia, mientras que la finca Estiviel, propiedad de la familia de la novia, ha acogido el banquete y la posterior celebración.
Una novia original
Lucía Entrecanales, de 29 años, ha sabido reflejar en su vestido su estilo tan personal. Psicóloga de formación y emprendedora en el mundo empresarial y cultural con su proyecto Popurrí, ha trasladado al look nupcial la misma atención al detalle que aplica en su vida profesional. Cada volante, cada plisado y cada bordado del velo parecen cuidadosamente pensados para transmitir su personalidad: sofisticada, delicada y moderna.
La jornada ha reunido también a la familia al completo, incluyendo a destacados miembros del mundo empresarial, como su padre Juan Ignacio Entrecanales, vicepresidente ejecutivo de Acciona y coleccionista de arte contemporáneo. La combinación de rostros familiares, amigos íntimos y figuras de la alta sociedad ha subrayado la importancia social de este enlace, mientras los recién casados se mostraban visiblemente emocionados, entre aplausos y felicitaciones.
En conjunto, la boda de Lucía y Laszlo ha demostrado que tradición y modernidad pueden coexistir en la alta sociedad española: un lugar emblemático, invitados de renombre y, sobre todo, un vestido de novia que encapsula romanticismo, feminidad y frescura, convirtiéndose en un referente de estilo para las futuras novias que buscan deslumbrar en su gran día.