A la hora de decidir cómo llevar la melena el día de la boda, muchas novias buscan peinados de novia que les permitan sentirse ellas mismas: naturales, favorecidas y sin excesos. Más allá de recogidos sofisticados o moños elaborados, cada vez ganan más protagonismo los peinados sencillos y elegantes, perfectos para novias con estilo que apuestan por la discreción del "menos es más". Entre las opciones más demandadas están los semirrecogidos, los moños bajos de inspiración clásica o las coletas con ondas suaves.
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Peinados versátiles y acordes con las tendencias de 2025 que, además, permiten pequeñas variaciones durante el día —los llamados peinados que evolucionan a lo largo de la celebración— y se adaptan al ritmo de cada novia. También hemos visto novias que apuestan por adornos o accesorios que suman puntos a un look sencillo, como el peinado con flores naturales que lució Belén Écija en su boda hace unos días. Si buscas ideas de peinados de novia sencillos, estilosos y atemporales, sigue leyendo: esta selección te va a encantar.
Natalia celebró su boda en Granada y apostó por un recogido bajo trenzado que era una reinterpretación actual del clásico moño de bailarina y recogía su melena con precisión. La clave estaba en el trenzado que lo recorría, perfectamente integrado en la estructura del moño para aportar textura, movimiento y un toque romántico sin caer en excesos. Este tipo de peinados, además de ser muy cómodos y resistentes durante toda la celebración, estilizan el cuello y funcionan especialmente bien con vestidos cerrados como el suyo. El peinado fue obra de Amparo, de Peluquería Montesinos, que supo crear una propuesta sofisticada pero muy fiel al estilo de la novia.
Moderno, favorecedor y perfectamente equilibrado entre lo romántico y lo natural. Así fue el peinado que lució Marta el día de su boda, firmado por el equipo de Vicky Brea, especialistas en estilismos frescos y elegantes para novias. La propuesta fue un semirrecogido con trenza twist en la parte superior, que aporta sujeción y estructura sin rigidez, y deja el resto del cabello suelto en una melena ondulada con acabado muy pulido pero con movimiento. El trenzado no es clásico, sino una versión depurada tipo cuerda, girada sobre sí misma, que se integra con naturalidad y culmina en una coleta baja texturizada, envuelta con un mechón para ocultar la goma y dar continuidad al conjunto. ¿La clave? Crear ondas anchas y definidas en medios y puntas contrastan con la limpieza de la parte alta. Un peinado ideal para vestidos con escote en la espalda, como el que llevó esta novia, firmado por Marta Martí.
La de Mariló fue una boda con personalidad, de esas en las que cada detalle refleja exactamente cómo es la novia. Su peinado no fue una excepción. “Siempre he sido muy de hacerme coletas”, confiesa, y precisamente por eso optó por una: una coleta larga, con suaves ondas marcadas, peinada con naturalidad y cero artificios. Nada de recogidos elaborados ni moños sofisticados. Mariló quería reconocerse al cien por cien, sin seguir tendencias, sin dejarse llevar por lo que “se lleva”, y acertó. “Creo que debes ir el día de la boda con el peinado que tú creas que más te favorece a ti y no el que más se lleve”, explica. El peinado, ejecutado por Juani, su peluquera de siempre, consistía en una coleta baja, con raya en medio y con ondas abiertas que realzaban la textura de su melena. El acabado era pulido pero relajado, justo en el punto medio perfecto para una novia que quería estar cómoda, guapa y ella misma.
Carlota tenía claro que en el día de su boda quería llevar un semirrecogido con ondas suaves, un peinado natural, romántico y muy fiel a su estilo. Pero el vestido de Lorenzo Caprile con el que entró en la iglesia pedía algo distinto, más pulido y estructurado. ¿La solución? Un peinado convertible: “Al principio llevé una coleta ondulada, ligeramente desenfadada, que encajaba mejor con la sobriedad del vestido. Y luego, quitando unas pinzas escondidas en los mechones, se me quedaba el semirrecogido perfecto”, nos cuenta.
Este tipo de propuestas convertibles son cada vez más habituales entre las novias que buscan evolucionar su look a lo largo del día. Igual que el vestido puede transformarse, también el peinado se adapta, pasando de un recogido más formal a otro más relajado o más festivo. Técnicamente, requieren planificación y un montaje muy limpio, con elementos invisibles que permitan el cambio sin dejar rastro.
Amaia Lauzirika, la estilista encargada de peinado de Arantza, optó por recoger su cabello en un recogido clásico, con contornos limpios, sin apenas mechones sueltos, para no restar protagonismo al vestido ni a los detalles del look. Hablamos de un moño pulido que encajaba a la perfección con la estética vintage de su vestido de seda natural de los años 40. El diseño, procedente de la tienda londinense Heavenly Vintage Bride y descubierto en Etsy, fue adaptado por Castellar Granados, quien además diseñó para ella una capa y un coletero a juego con parte de la cola del vestido. Un detalle que consiguió hacer de un moño sencillo un peinado con irresistible encanto retro.
El peinado de Hala es elegante y atemporal. Hablamos de un moño de bailarina pulido, perfectamente centrado y, a diferencia de muchas novias, colocado en lo alto, sin una sola hebra fuera de lugar. Este recogido estructurado tiende a estilizar la figura, alargar visualmente el cuello y despejar el rostro, creando un efecto sofisticado y muy acorde con el aire casi escultórico del vestido que llevó, con grandes mangas abullonadas y escote en la espalda, firmado por Mariane Bechara. También da protagonismo a los accesorios, como el collar de perlas que eligió esta novia.
Pilar se casó con Quique en El Puerto de Santa María el 4 de mayo de 2024 con un romántico diseño de María Gadea, y según nos contaba se decantó por recoger su melena rubia ondulada porque le parecía más elegante y encajaba con su look. "Opté por un moño trenzado comenzando con trenzas de raíz, suele ser el recogido que me hace mi hermana María en las bodas como invitada, me sentía cómoda así". Sí, has leído bien, se lo hizo su hermana.
Alejandra quería llevar velo en el día de su boda y buscaba un complemento especial para darle un toque a su semirrecogido. Apostaron por una trenza en espiga, que se dejaba intuir a través de un sencillo velo de tul de seda. Remataron la jugada con una rosa de organza que le hizo Charo Agruña, un detalle floral de plena tendencia por el que apuestan cada día las novias más virales.
Nerea trabaja con la diseñadora Alicia Rueda, en un atelier donde cada día tejen los sueños de muchísimas novias. Tiene el ojo más que hecho a las tendencias y los tres peinados que lució en su boda fueron pura fantasía. Todo partió de un sencillo recogido bajo, hecho por peluquería Mimos, que fue evolucionando a lo largo de la celebración a través de diferentes tocados. El segundo, utilizado para el momento del banquete, estaba compuesto por un cubremoño estructurado que le cubría toda la raíz del pelo. Fue obra de Anita Ribbon y es una manera de incorporar joyas al peinado de una forma sutil, elegante y original.
Para su boda en Navarra, Natalia confió en María Daza para diseñar un peinado a medida, con dos versiones que se adaptaban al ritmo del día. “Para la iglesia me hizo un semirrecogido con flequillo y para el resto del evento decidimos hacer un look más clean”, nos explica la novia. Nos centramos en el segundo, que ofrece una imagen más depurada de la novia, con un acabado pulido y minimalista, muy en línea con las nuevas tendencias: rostros despejados, texturas brillantes y una elegancia serena que deja todo el protagonismo a los gestos. Tan solo está recogido de forma sutil en uno de los laterales, para retirar el flequillo de la cara.