"No he podido elegir mejor, confío mucho en sus manos. Creo que he sido fiel a mí, pero también con el toque de mis diseñadores, que creo que son maravillosos” nos contaba Claudia Ula el pasado febrero al desvelarnos que su vestido de novia iba a ser obra de Victorio & Lucchino. La joven influencer, quien es la mayor de los tres hijos de Raquel Revuelta, tenía claro que pasaría por el altar vestida de estos diseñadores de su Sevilla natal, muy amigos de su madre. Ambas tienen una estrecha relación con José Víctor Rodríguez Caro (Victorio) y José Luis Medina del Corral (Lucchino), y ese cariño ha quedado, sin duda, reflejado en un look nupcial que ha sabido transmitir a la perfección la personalidad de la novia y la magia del enclave en el que se ha celebrado el enlace: su adorada Zahara de los Atunes. Aún con resaca emocional por haber vivido un día tan especial, hablamos con los icónicos diseñadores para conocer de primera mano cómo fue el proceso creativo de este vestido, que definen como una creación que evoca la 'espuma del mar'.
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En una entrevista reciente con Claudia, nos comentó que, para ella, erais como de la familia, como sus tíos. ¿Cómo es esa relación?
La conocemos desde que era una niña de pequeñita a través de la relación que tenemos con su madre, y la queremos muchísimo, es una niña encantadora. Es muy dulce. Es una niña muy especial.
¿Qué pensasteis cuando os llamó para que le hicierais el traje más especial de su vida?
Nos llamó y le dijimos que era una alegría que hubiera contado con nosotros, que pondríamos todo el cariño y toda nuestra profesionalidad para que fuera una novia guapísima
¿Cómo ha sido el proceso creativo? ¿Tenía claro lo que quería?
No, al principio no tenía claro nada. Era una amalgama de historias, de ideas y de cosas y que fuimos definiendo hasta que al final se dio. Ella lo que quería era un traje muy escotado y muy, muy ligero, y sobre esa base diseñamos el vestido. Tuvimos que amoldarnos al sitio donde se celebra la boda, que es un sitio de playa en pleno verano.
¿Ha habido grandes cambios desde la primera idea?
El concepto del traje estaba ya desde el primer momento. Lo que sí ha habido es aportación de tejido, el ir poniendo más capas, capa sobre capa, gasas y demás.
¿Cuál era ese concepto que mencionáis?
La idea primordial era que fuera una cosa muy vaporosa, que volase, que fuera muy sutil. Lleva primero una base de crep para evitar transparencias, luego va envuelto en una gasa de cristal de París muy bonita y lleva un tul emulando un encaje de Bruselas muy caído y delicado. Tenía que ser todo así, muy sutil, para conseguir ese efecto vaporoso que es lo que queríamos.
Si tuvierais que definir el resultado de este vestido en pocas palabras, ¿qué diríais?
"Espuma de mar".
¿La habéis visto nerviosa estos meses?
Pues no, la verdad. Muy feliz, muy contenta, riéndose mucho y pasándoselo muy bien. Pero ya en la última prueba sí la notamos ya un poquito nerviosa.
Claudia nos contó que su madre era quien le transmitía mucha calma y seguridad. ¿Cómo habéis vivido estar en un momento madre-hija tan especial?
Como suele pasar con todas las novias, es una comunión muy íntima entre las dos, de mucho cariño, de mucha emoción. Y bueno, cuando ya vieron el traje colgado en la última prueba, a las dos se le saltaron las lágrimas. Por estas cosas te das cuenta de que se trata del traje más importante de una mujer en su vida, y para una madre también es especial, llega el momento de ver a su hija vestida de novia. Es un momento muy emocionante para ella.
Y en este caso, que Raquel entiende tanto de moda y tiene tanta experiencia, ¿ha opinado mucho sobre el diseño?
No, se han dejado llevar mucho y han sido muy dóciles en ese sentido. Ha sido una relación muy cómoda.
Vuestros diseños beben mucho de la estética andaluza, por lo que las bodas en el sur serán especialmente señaladas para vosotros
Bueno, tocamos todos los palos, depende de la novia. No es lo mismo una boda en la catedral, en la iglesia, en la playa, la ciudad... son novias y conceptos completamente distintos, no tiene por qué salir constantemente esa raíz. Pero bueno, sí, es nuestro estilo y nuestra manera de sentir a la hora de diseñar.
Habéis mencionado en varias ocasiones la coherencia entre el traje y el tipo de celebración. ¿Creéis que eso es lo más importante al diseñar un vestido de novia?
Lo más importante es que el vestido sea 'muy ella', que la novia se sienta muy identificada, que sea feliz, porque ya te digo que es el traje más importante para una mujer. Y, sí, que sea coherente con el lugar, el sitio, el tipo de boda...
Habéis diseñado vestidos de novia tan especiales como el de Margarita Vargas, Bibiana Fernández, Esther Arroyo o, incluso, la duquesa de Alba. ¿Sigue haciéndoos ilusión que figuras de esta talla confíen en vosotros para su gran día?
Nosotros somos felices vistiendo a la mujer, y que confíen en nosotros para el traje más importante de su vida, nos sentimos muy felices. Claro que sí, sea duquesa, marquesa o lo que sea, todas son importantísimas.
Tenéis clientas de edades y estilos muy diferentes, Claudia, por ejemplo, es influencer. ¿Notáis que las redes sociales han cambiado lo que piden las novias?
El mundo de la novia se ha ido moviendo más lento que el pret à porter, eso es mucho más cambiante y más rápido, va a otra velocidad. El de la novia va un poco más lento, pero obviamente hay una gran evolución. Recordando los primeros trajes de novia de las primeras colecciones con respecto a lo que se lleva ahora... pues imagínate, ha ido evolucionando mucho. Pero también hay trajes nuestros de hace 20 años nuestro que sirven y siguen siendo actuales, no sé si es bueno o es malo para nosotros. De hecho, en el museo que tenemos en Palma del Río la gente se sorprende y nos dicen que se podrían poner los vestidos a día de hoy.