El emocionante regreso de Sybilla y sus confesiones más profundas : "Vuelvo al lugar donde comencé"


Hablamos con la diseñadora, una de las más influyentes y relevantes de la moda española, tras un tiempo alejada de la primera línea


La diseñadora Sybilla en su taller© Félix Valiente
5 de diciembre de 2025 - 19:35 CET

El nombre de Sybilla se asocia con elegancia, lujo y máxima calidad. La diseñadora, nacida en Nueva York y afincada en España, triunfó en los años 80 y 90, convirtiéndose en una de las más influyentes e importantes de la moda española. De carácter tímido y reservado, sus creaciones sublimes la conectan con los más grandes.

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"La maestría para los volúmenes y el alto grado de atención al detalle de Balenciaga, el manejo de la técnica al bies y la libertad del cuerpo de Madeleine Vionnet, el humor surrealista de Elsa Schiaparelli o el trabajo de modelaje sobre el cuerpo de madame Grès", la describía el catálogo de la exposición El hilo invisibleque Madrid le dedicó hace dos años. Ese fue el último resurgir de Sybilla, que abrió una tienda efímera —hoy permanente— en la calle Noviciado.

© Félix Valiente

Antes, en 2005 había vuelto a desaparecer de la primera línea para regresar diez años después, cuando en 2015 se le concedió el Premio Nacional de Moda. "En estos años, por distintos motivos, he sentido la necesidad de alejarme, ya fuera por salud, economía o para dedicarme a otros proyectos que han terminado enriqueciendo mi vida y mi trabajo", cuenta a ¡HOLA! la diseñadora, que vuelve a encontrarse en estado de gracia.

Acaba de abrir otra tienda en el madrileño barrio de Salamanca y el pasado verano, además de diseñar el traje de novia de Gala González, participó en el desfile que Carolina Herrera celebró en la Plaza Mayor de Madrid con cinco prendas creadas especialmente para la ocasión. También se ha "colado" en el vestidor de la Reina Letizia, que llevó uno de sus diseños en los últimos Princesa de Asturias. Y Marilo Montero fue la deslumbrante madrina en la boda de su hijo Alberto vestida de Sybilla, que también firmaba el diseño que lució la hermana del novio, Rocío Crusset.

© Félix Valiente
"En estos años, por distintos motivos, he sentido la necesidad de alejarme, ya fuera por salud, economía o para dedicarme a otros proyectos que han terminado enriqueciendo mi vida y mi trabajo. Cada época ha sido un nuevo capítulo creativo", nos desvela Sybilla, que abre nuevos espacios en Madrid: una galería de arte en Noviciado y una tienda en el barrio de Salamanca

¿Estamos ante otro renacer de Sybilla? Aunque tú prefieres llamarlo revuelta, ¿no?

Hace dos años lo llamaron "la revuelta", porque la marca murió y volvió más de una vez, y porque intentamos hacer las cosas de manera distinta, salirnos del molde. Abrimos la primera tienda hace dos años en la calle Noviciado, primero como efímera y ahora ya fija, y en estos días también abrimos una galería de arte en la misma calle. Me enamoré de ese lugar porque guarda la esencia de lo que era el Madrid de mi juventud, y ahí encontré la fuerza y la inspiración para volver a arrancar. Es un barrio realmente especial y la gente se sorprende cuando lo descubre, con tantos pequeños negocios originales con sus dueños al frente y un espíritu de comunidad increíble. Ahora abrimos en Lagasca 21, a la vuelta de donde tuve mi primera tienda hace 40 años, en el callejón de Jorge Juan que la gente recuerda con mucho cariño. Cuando abrimos ahí, la calle era de barro y en lo que hoy son locales había okupas. Vuelvo al lugar donde comencé, que ahora está muy transformado: un nuevo Madrid cosmopolita y sofisticado que no deja de sorprenderme y que me encanta también.

Dijiste que te habías reconciliado con Madrid. ¿Qué te hizo “romper”con ella? ¿Y qué te ha hecho que vuelvas a quererla?

El tener que cerrar la compañía al no poder entrar el inversor que tenía previsto hacerlo en nuestra última etapa fue muy duro, aunque hoy, en la distancia, me doy cuenta de que es lo mejor que pudo haber pasado. Mi pareja murió y mi padre también, dos personas que eran mi punto de referencia en la ciudad. Fue un buen momento para alejarme, y Mallorca ha sido siempre mi otro hogar, mi refugio, soy muy feliz ahí dedicada a otros proyectos alejados de la moda. La calle Noviciado y el barrio que la rodea me reconciliaron con Madrid. Fue todo un descubrimiento para mí, un lugar auténtico, con sus distintos personajes, luz y alegría, y el edificio donde tenemos nuestros locales que era un antiguo convento, y el jardín que hemos recuperado detrás que sin duda tienen una energía muy especial y muchísimo encanto. También el haber recuperado la marca y poder volver a crear un equipo con gente talentosa y entusiasta. Incorporar a gente joven al proyecto me da mucha energía y esperanza.

© GTRES
La Reina Letizia con un diseño de la creadora en los Premios Princesa de Asturias

A la vuelta del verano, vimos tu colaboración con Carolina Herrera. ¿Cómo surgió este proyecto? ¿Qué es lo que más disfrutaste de esta colaboración?

Wes Gordon me llamó para proponérmelo. La verdad es que fue muy fácil y divertido. Disfruté mucho con todo su equipo y trabajando con Wes. También fue emocionante trabajar en un proyecto que unía Nueva York, la ciudad donde nací y donde mi madre trabajaba como diseñadora, con Madrid, la ciudad donde crecí, desarrollé mi trabajo y que tanto me ha marcado.

¿Qué importancia tienen las colaboraciones para ti hoy en día?

Me encantan las colaboraciones y creo que son el futuro. Me encanta trabajar con distintas industrias y con artesanos con otro tipo de conocimientos, mezclar disciplinas, imaginar cosas juntos. En este momento estoy muy abierta a meterme en todo tipo de nuevas aventuras.

© Días de Vino y rosas
Gala González el día de su boda, el pasado 23 de junio, con un diseño exclusivo de Sybilla

Con una carrera tan prolífica y extensa como la tuya, si echas la vista atrás, ¿de qué te sientes más orgullosa?

De la gente con la que he trabajado, de los equipos que se han formado, las amistades y los momentos emocionantes que hemos vivido juntos. Materializamos muchos sueños que parecían imposibles y en todo el proceso hubo mucho amor y mucho aprendizaje. Me siento muy agradecida.

También ha sido una trayectoria de idas y venidas, a veces decidías retirarte y desaparecer por un tiempo. ¿Esas ausencias estaban relacionadas con tu deseo de anonimato? ¿Qué es lo que te ha motivado para querer volver?

Es difícil mantener un proyecto con el nivel de exigencia que tengo. A un escritor, a un director de cine o a un pintor, no se le exige que esté siempre creando en primera línea. Yo mantengo una involucración muy grande en todo lo que lleva mi marca. En estos años, por distintos motivos, he sentido la necesidad de alejarme, ya fuera por salud, economía o para dedicarme a otros proyectos que han terminado enriqueciendo mi vida y mi trabajo. Cada época ha sido un nuevo capítulo creativo. Por suerte, cuando he vuelto, seguía habiendo gente que apreciaba mi trabajo y he podido sentir que tenía algo que ofrecer. Mantener una marca pequeña e independiente viva hoy es todo un ejercicio de equilibrio, caminamos sobre la cuerda floja.

"Por bien que intente hacer las cosas, sé que estamos lejos de ser un ejemplo en moda sostenible. Hay mucho camino por recorrer todavía"

De todo el proceso creativo, ¿cuál es tu parte preferida?

Cada vez que veo un dibujo pasado a tela por primera vez y empiezo a trabajar con el prototipo, modelándolo, intentando encontrar la sensación que busco. A veces ese proceso es rápido, pero a veces son años dándole vueltas a un prototipo hasta que considero que está listo. Otro momento que disfruto mucho es cuando fotografiamos las prendas y creamos las imágenes de la campaña. En ese momento, lo que en su día fue un dibujo se convierte en algo real, intento capturar con la cámara lo que en su día imaginé, un dibujo en carne y hueso.

Has dicho: "No me gusta la moda, pero amo la ropa". ¿Siempre has pensado igual?

Creo que sí, aunque hay momentos en que lo que se hacía en el mundo de la moda me interesaba más, sobre todo en los años 80, cuando había muchos diseñadores dueños de sus marcas haciendo cosas muy distintas, con mucha personalidad o quizás era por mi edad entonces. Empecé muy joven rebuscando ropa en los mercadillos; esa fue mi escuela. En esa época la ropa de segunda mano no estaba valorada como ahora, buscaba tesoros en montañas de ropa, en el Rastro, era mi pasatiempo favorito, y después transformar esas piezas que me acompañaron durante muchos años. Soy de crear relaciones largas con las prendas, como si fueran amigos con los que puedes contar en distintas situaciones cuando los necesitas. Creo que por eso intento crear prendas que perduren en el tiempo y de las que te cueste desprenderte. Hay mucho amor y tiempo en cada pieza que hago: el patronaje, el tejido, el color, los pequeños detalles… Todo cuenta para que te enamores de una prenda y que pueda darte fuerza y alegría.

¿Qué significa para ti el Premio Arte y Creación Consciente de MadBlue que acabas de recibir?

Me quisieron premiar otros años como moda sostenible y dije que no podía aceptarlo, porque por bien que intente hacer las cosas, sé que estamos lejos de ser un ejemplo en ese sentido. Por muchos certificados que tengan mis prendas o aunque colaboremos con talleres sociales, hay mucho camino por recorrer todavía. Este año me premian por crear belleza, y lo agradezco, y por ayudar a materializar proyectos en otras áreas en Mallorca. Siempre he querido ayudar a convertir utopías en realidades, y para esto creamos una asociación de amigos en Mallorca con algunos éxitos. Mad Blue está ayudando a financiar proyectos que en principio parecían imposibles, y premiando a soñadores valientes; por eso estuve feliz de recibir el premio de ellos, y quiero apoyarles en su labor en todo lo que pueda.

© Félix Valiente

Siempre se ha dicho de ti que vas por libre. ¿En qué mujer piensas cuando diseñas?

En todas y en ninguna. Me gusta pasar tiempo en las tiendas, donde aprendo mucho con las clientas. Disfruto un montón cuando hacemos tiendas efímeras en otras ciudades y veo a las mujeres gozando con la ropa. Nuestro salón de ropa a medida es también una fuente de inspiración constante, inventando prendas junto a las mujeres que van a llevarlas. Hay algunas mujeres jóvenes, que son artistas y madres, con mucha personalidad y exposición pública, que buscan mi ropa y me motivan a crear, y hay mujeres más maduras, con puestos de mucha responsabilidad, para las que la ropa es también un instrumento de trabajo, que les da fuerza y protección en su profesión, que me inspiran a darle sentido a mi trabajo. Mi vida ajetreada y mi coquetería o inseguridades también me da ideas constantemente.

¿Cómo es un día de trabajo normal para ti? ¿Y uno extraordinario?

Tengo un taller creativo en Mallorca y un taller más de producción en Carabanchel, en Madrid. Mis días son muy distintos según dónde estoy. Los días en Madrid están llenos de reuniones con los equipos, pruebas de producción, montaje de las tiendas... meto la nariz en todo. También paso bastante tiempo en la calle Noviciado, que es siempre una dosis de Madrid en estado puro, una dosis de alegría madrileña. Los días de trabajo en Mallorca son algo más serenos, paso muchas horas trabajando con los prototipos, a menudo de noche y los fines de semana, dándole vueltas a las cosas y disfrutando del proceso de creación, con el mar enfrente. Un día extraordinario es cuando tengo tiempo para mí, para escucharme y seguir mi intuición. Disfruto mucho cocinando y estando en la naturaleza, de estos procesos suelen nacer las cosas más importantes y valiosas.

La marca Sybilla ha pasado por diferentes etapas empresariales, ¿cómo describes el momento actual?

Como un brote verde y tierno que asoma entre dos adoquines en una calle con mucho tráfico. A ver si prospera…

© Félix Valiente

¿Cómo ves el presente de la moda en España? ¿Y cómo imaginas que va a ser el futuro?

Creo que viene una revolución, en todos los sentidos. El viejo mundo se queda atrás y lo que viene es algo tan distinto que no lo podemos ni imaginar. Me da vértigo, miedo y esperanza a la vez

¿Crees que el pasado tiene más cosas que ofrecer que lo que está por venir?

Creo que vivimos un momento fascinante, pero también terrible, aunque creo en la grandeza del ser humano y en la batalla de la luz contra la oscuridad. La gente hoy está más focalizada en lo que nos separa que en lo que nos une, hay mucha soledad, indignación, incertidumbre. Abro la Galería de la Plaza del Gato en la calle Noviciado, 20 para crear un lugar que promueva encuentros, donde la gente se emocione junta, excusas para celebrar, compartir y conocer nuevos amigos, hacer debates, actuaciones y conciertos. Ojalá no perdamos lo que nos hace humanos, los valores, la creatividad, la libertad y la capacidad de amar.

¿Cuál dirías que es tu legado para la historia de la moda?

Quizás la persistencia y la resistencia. Una tozuda cabezota soñadora, rodeada de buenos amigos y talentosos colaboradores, que tuvo la suerte de poder crear lo que imaginó, aprender en el camino y ver cómo la gente lo apreciaba y lo disfrutaba.

PIES DE FOTO

"En estos años, por distintos motivos, he sentido la necesidad de alejarme, ya fuera por salud, economía o para dedicarme a otros proyectos que han terminado enriqueciendo mi vida y mi trabajo. Cada época ha sido un nuevo capítulo creativo", nos desvela Sybilla, que abre nuevos espacios en Madrid: una galería de arte en Noviciado y una tienda en el barrio de Salamanca. Junto a estas líneas, la Reina Letizia con un diseño de la creadora en los Premios Princesa de Asturias. A la derecha, Gala González el día de su boda, el pasado 23 de junio, con un diseño exclusivo de Sybilla

TEXTO

Silvia Castillo

FOTOGRAFÍAS

Félix Valiente / Ricardo Labougle

FOTOGRAFÍAS ADICIONALES

Cortesía de Carolina Herrera / Días de Vino y Rosas / GTRES

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.