Si en los 2000 fueron las niñas prodigio que crecieron ante las cámaras, hoy Dakota y Elle Fanning son dos de las jóvenes actrices más consolidadas de Hollywood. No solo por su talento —que va del thriller al biopic musical—, sino por la capacidad que ambas han desarrollado para convertir cada aparición pública en una lección de estilo personal.
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Todo comenzó en los estrenos de películas como The Cat in the Hat y Uptown Girls, donde estas hermanas de pelo rubio y mejillas sonrojadas acaparaban todos los flashes con sus pequeñas blusas de volantes, petos y vestidos infantiles. Hoy el escenario es otro y sus looks son diametralmente opuestos, casi como si dialogaran entre sí sobre las múltiples caras de la feminidad contemporánea: Elle, envuelta en un azul de cuento en Los Ángeles, y Dakota, vestida de negro gótico en Nueva York.
Elle Fanning: una Cenicienta moderna
Elle Fanning ha aparecido este fin de semana en la gala LACMA Art+Film de Los Ángeles (donde hemos visto a Salma Hayek, Demi Moore, Kaia Gerber y Cindy Crawford, entre otras celebrities) como si acabara de escapar de un estudio de cine del Hollywood dorado. Con un vestido de encaje azul bebé y un abrigo de pelo al tono, evocaba a una diva de los años cincuenta, de esas que parecían iluminar el celuloide. Pero su interpretación del “cuento de hadas” es deliberadamente actual: el encaje transparente, las mangas largas y el volumen controlado crean una silueta etérea que se aleja de la ingenuidad para situarse en una zona más sofisticada.
Elle, que a sus 27 años se ha convertido en una de las embajadoras del romanticismo contemporáneo, entiende el poder narrativo de un buen look. Su “azul Cenicienta” es el tono que la psicología del color asocia a la creatividad, la calma y la autoafirmación. Su estilismo, completado con un recogido de ondas marcadas y un collar de diamantes, encarna una suerte de optimismo elegante, una feminidad sin ironía. En un Hollywood que a menudo confunde modernidad con ruptura, Elle se atreve a rescatar la magia del pasado para proyectarla hacia el futuro.
Dakota Fanning: dama gótica con alma romántica
A diferencia de su hermana, Dakota Fanning —más reservada, más introspectiva— se mueve en un terreno estético donde lo romántico se tiñe de sombra. En el estreno neoyorquino de All Her Fault, la actriz ha aparecido con un diseño de Saint Laurent por Anthony Vaccarello que combina transparencia y estructura: un vestido negro palabra de honor con cuerpo fruncido y falda de volantes vaporosos. La pieza juega con ese “gótico glam” que recuerda a los ecos de los años ochenta, pero con un refinamiento casi victoriano.
Su gusto por los tejidos con caída, los cortes arquitectónicos y los volúmenes controlados revela una madurez estilística inusual en alguien que lleva más de veinte años ante los focos. Su estilo —oscuro, elegante, sin excesos— parece rendir homenaje a figuras como Winona Ryder o Rooney Mara, pero con una nota más contenida, más suya. Una dama victoriana con alma gótica que vive en el siglo XXI.
Dos hermanas, dos estilos muy diferentes
Lo fascinante de las Fanning no es solo su diferencia, sino cómo esas diferencias dialogan. Elle se mueve entre el cuento, el drama de Hollywood y la vanguardia de la moda, Dakota entre el clasicismo oscuro y la melancolía romántica. Ambas han vivido, desde muy pequeñas, bajo la luz constante de los flashes. Dakota, hoy con 31 años, consolida una carrera que la ha llevado de los festivales independientes al reconocimiento televisivo, mientras Elle (27) explora nuevos géneros, del biopic de Bob Dylan A Complete Unknown a la moda de autor.
Su relación, según han contado en varias entrevistas, es más de apoyo que de rivalidad. Quizá por eso sus estilos nunca compiten: se complementan a la perfección. En un Hollywood que a menudo exige elegir entre el brillo y la sombra, las hermanas Fanning han decidido quedarse con ambos.
