SU PIEZA ESTRELLA

Julia Roberts y el arte de llevar traje: 8 trucos de estilo que funcionan en cualquier ocasión


Del icónico Armani en los Globos de Oro de 1990 al esmoquin reinventado de 2025, desciframos los secretos detrás de su estilo y cómo adaptarlos en el día a día


Julia Roberts en Nueva York, 2025. © Getty
15 de octubre de 2025 - 18:00 CEST

La historia de Julia Roberts con el traje empezó por casualidad y terminó siendo una declaración de principios. La culpa la tuvieron dos apariciones consecutivas en los Globos de Oro que marcaron una época: 1990 y 1991. En la primera, cuando recibió el galardón a Mejor Actriz de Reparto por Magnolias de acero, la llamada “novia de América” irrumpió con un traje masculino de Giorgio Armani —similar al que llevó Diane Keaton en 1978 para recoger su Oscar por Annie Hall— que descolocó a la prensa y fascinó a los diseñadores. 

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Un año después, al recibir el premio por su inolvidable papel protagonista en Pretty Woman, repitió la idea pero en clave distinta: un traje de raya diplomática, chaqueta y minifalda, que rozaba la silueta del power suit noventero. Dos maneras opuestas de apropiarse de la estética masculina —una literal, otra reinterpretada— que definieron su estilo para siempre. 

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A lo largo de su carrera, la actriz ha demostrado que el traje no es una prenda rígida ni exclusiva de la oficina: puede ser seductor, poderoso, irreverente o romántico según cómo se combine. Sus elecciones recientes —desde el esmoquin de alfombra roja hasta trajes oversize de street style— sirven como un manual vivo de sastrería aplicada. A continuación, desglosamos ocho trucos de estilo inspirados en Julia Roberts para llevar el traje en cualquier ocasión y transformarlo en una herramienta de estilo versátil que nunca pasa de moda.

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Julia Roberts en la premiere de "After The Hunt" en el BFI London Film Festival, Londres, 2025.

1. El 'smoking' femenino

El pasado sábado, en la alfombra roja del BFI London Film Festival, Julia Roberts apareció con un traje negro estilo esmoquin: chaqueta abierta, camisa blanca ligeramente desabrochada, un escote que dejaba ver un collar de diamantes y unos zapatos de tacón acharolados con cordones. La fórmula es conceptual: rescata el Le Smoking que Yves Saint Laurent creó para la mujer en 1966, pero lo aligera. Julia lo convierte en algo más femenino, introduciendo luz (la camisa blanca) y brillo (las joyas). El truco está en esa combinación de poder y delicadeza: la prenda masculina se vuelve un marco que realza lo femenino, no su opuesto.

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Julia Roberts, con un traje de hombre de Giorgio Armani en los Globos de Oro de 1990.

2. Armario masculino

Su traje más recordado sigue siendo el de los Globos de Oro de 1990: un conjunto masculino de Giorgio Armani, gris, de hombros estructurados, con una corbata azul oscuro y camisa blanca. Julia tenía entonces 22 años y fue su primera gran alfombra roja internacional. Aquella elección, más que una excentricidad, fue algo cultural: mientras Hollywood medía la feminidad por los centímetros de tul, ella prefería un traje italiano. Ese look es la piedra fundacional de su estilo. Hoy, cuando la nostalgia noventera domina la moda, su silueta oversize rescata la tendencia dad core. Para emularla, basta buscar proporciones amplias y tejidos con caída.

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Julia Roberts a la salida de "The Late Show With Stephen Colbert", NY, 2025.

3. El traje de 'working girl'

Julia Roberts ha recuperado también la estética working girl, aquella que en los años ochenta celebraba el ascenso femenino al mundo corporativo. Su versión más reciente la muestra con una blazer de doble botonadura, pantalones de pinzas muy anchos, camisa y corbata, rematado con gafas: un look de poder, sin parodia. El truco está en llevarlo con naturalidad, como si fuera un uniforme. Esa es la clave del atractivo de la actriz: no parece vestirse para reivindicar, sino para estar cómoda. La corbata, que vuelve a asomar en sus últimas apariciones, refuerza la idea de estructura, pero ella la suaviza con un gesto: la camisa desabrochada o la chaqueta abierta.

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Julia Roberts en los People's Choice Awards, California, 2002.

4. Sin camisa

Una de las fórmulas más recurrentes en los eventos de noche es el traje sin camisa debajo. Julia lo ha llevado en varias ocasiones, la más recordada en 2002, cuando apareció en los People’s Choice Awards con un traje negro y nada bajo la americana. El efecto es elegante y moderno, y funciona especialmente bien cuando el escote se convierte en el marco para una joya. En Julia, ese gesto tiene además un matiz de ironía: convertir una prenda de oficina en una opción de alfombra roja sin tocar una sola costura.

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Julia Roberts saliendo del hotel Claridges de Londres, 2025.

5. Efecto sorpresa: un corte inesperado

En una de sus últimas apariciones, Julia Roberts llevó un traje negro oversize, pero sustituyó el pantalón tradicional por unas bermudas. La prenda —que amas u odias— transformaba la silueta clásica del traje. Lo combinó con camisa blanca, corbata de aire barroco, medias negras y zapatos planos de cordones. El conjunto sintetiza su filosofía: tomar algo formal y restarle solemnidad. Las bermudas son un gesto de humor, casi de irreverencia, pero dentro de un marco que mantiene la compostura. Esa tensión entre lo tradicional y lo inesperado es lo que hace que funcione.

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Julia Roberts con traje amarillo en Nueva York, 2022.

6. Colores de tendencia

Aunque los trajes neutros son su terreno natural, Julia también sabe cuándo romper esa paleta. En una de sus apariciones optó por un traje amarillo mantequilla, recordándonos que la sastrería no tiene por qué ser seria ni demasiado clásica. La elección del color cambia el tono emocional del look sin renunciar a la estructura. El traje se convierte así en algo más cercano e informal. 

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Julia Roberts con traje estampado en Nueva York, 2025.

7. Falda-pantalón

El gris es, probablemente, el color más recurrente en las prendas de sastrería de su armario. Uno de sus looks más singulares lo confirma: un traje de lana con estampado, corbata y pantalones tan anchos que parecen una falda al caminar. Esa ilusión óptica —ni falda ni pantalón— crea una silueta flotante, de movimiento. Es una forma de renovar el traje sin traicionar su esencia. 

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Julia Roberts en los Critics' Choice Awards, California, 2006.

8. Un toque romántico

No todos los trajes piden camisas lisas. Julia Roberts ha incorporado en ocasiones blusas románticas, con pechera de volantes o lazos. Esa mezcla entre rigidez y ligereza crea un equilibrio interesante: la estructura del traje se mantiene, pero la blusa introduce textura y movimiento. El resultado es una versión más delicada de la sastrería, ideal para quienes quieren suavizarla sin perder su porte. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.