La autenticidad y la diversidad no son una tendencia reciente, sino una filosofía que ha ido calando con el tiempo y que recuerda que cada cuerpo es único y merece respeto. Durante décadas, gran parte de la moda trató de reducir a las mujeres a tallas o cánones imposibles, pero también hubo voces dispuestas a romper esas reglas. Elena Mirò es una de ellas: convencida de que la verdadera elegancia reside en la libertad de ser una misma y en la confianza con la que cada mujer habita su propio cuerpo. En ese camino, la creatividad se convierte en herramienta de expresión. Cada prenda es un reflejo de identidad y un acto de empoderamiento, con un propósito que va más allá de vestir, transformar la moda femenina a través de un lenguaje que conecta, libera y acompaña.
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En este contexto, Elena Mirò se alza como una de las marcas de referencia dentro del panorama de la moda designed in Italy. Desde sus inicios en 1985, bajo el paraguas del Grupo Miroglio, apostó por colecciones que respondieran a las necesidades de las mujeres reales, alejándose de la rigidez de una industria que durante mucho tiempo ignoró la diversidad de cuerpos y aportando grandes dosis de estilo y de confianza. Sus propuestas, que abarcan tallas que van desde la 40 (XS) hasta la 56 (3XL), se centran en diseños versátiles y combinables, capaces de adaptarse a distintas rutinas y a diferentes momentos de la vida. De jerséis y abrigos cuidadosamente estructurados a monos y pantalones que aúnan comodidad y estilo a partes iguales. Cada pieza está pensada para que la mujer que la vista se reconozca en ella y se sienta protagonista de su propio relato.
Moda como reflejo de identidad
En un momento en el que la conversación sobre inclusión y diversidad ocupa titulares, Elena Mirò lleva cuatro décadas practicando lo que muchos apenas empiezan a reivindicar. La marca ha demostrado que la moda puede ser estructurada y fluida a la vez, tendencia sin renunciar a confort y, sobre todo, un territorio donde la elegancia no depende de una talla, sino de la autenticidad. Esa filosofía se refleja también en su última campaña, Desde siempre, yo misma, creada para celebrar el 40 aniversario: un manifiesto en el que mujeres de distintas edades, cuerpos y estilos recuerdan que no existe un único canon de belleza ni una única manera de habitar la moda.
La colección otoño/invierno 2025 traduce esa visión en prendas que equilibran versatilidad y carácter. Caterina Salvador, al frente de la dirección creativa, reinterpreta los códigos clásicos de la firma con un aire contemporáneo que convierte el knitwear en protagonista, a través de jerséis de texturas refinadas y paletas vibrantes que iluminan los días fríos. Las siluetas estructuradas conviven con cortes relajados en abrigos, blazers, pantalones y monos pensados para el día a día, reivindicando que la moda puede mirar al futuro sin perder de vista sus raíces. Una propuesta que confirma lo que Elena Mirò lleva defendiendo 40 años: la moda es, ante todo, un espacio de libertad.
Durante estos 40 años de recorrido, Elena Mirò ha sabido construir un legado que trasciende las prendas en sí mismas y se inscribe en el debate de cómo queremos que sea la moda del presente y del futuro. En una industria que aún trabaja por liberarse de patrones rígidos y excluyentes, la marca italiana es la prueba de que la moda también puede ser un espacio de igualdad, creatividad y autenticidad. Que puede –y debe–reflejar la pluralidad de las mujeres y ofrecerles herramientas para poder expresarse con confianza. Porque la ropa no debería dictar cómo tenemos que ser, sino acompañarnos mientras lo descubrimos.