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Hubo un tiempo donde las mujeres calificadas estilosas eran aquellas que dominaban el arte de la elegancia sencilla, del "menos es más", de la sofisticación en pos de la naturalidad. Por aquel entonces, las tendencias no dominaban el panorama de la moda, ni determinaban cómo debían vestirse. Era una palabra carente de sentido y, en su lugar, las influencers de la época eran las mujeres de la realeza y las estrellas de cine. Audrey Hepburn, Grace Kelly, Diana de Gales... Todas ellas fueron maestras de esta manera de vestir, cada una en sus momentos respectivos, pero todas coincidieron en ese sentido de elegancia clásica y de ser referentes de estilo que ha llegado hasta nuestros días.
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Ahora, la forma en la que consumimos moda ha cambiado radicalmente, pero seguimos mirando hacia el pasado y bebiendo de los iconos eternos de glamour. En un mundo donde estamos dominados por las modas sobrecargadas, los looks cada vez más excéntricos y lo que casi podría definirse como artificialidad estilística, aún existen mujeres que nos recuerdan lo que era aquella elegancia limpia, sencilla y discreta. Carlota Casiraghi es una de ellas.
A caballo entre la elegancia heredada de su abuela, Grace Kelly, y de su madre, Carolina de Mónaco, la Princesa es la perfecta fusión entre tradición, herencia y modernidad. Es el inicio de una nueva generación royal que abre paso a un mundo mucho más abierto. Hace unas semanas, analizábamos la figura de su madre como icono eterno de estilo. En estas líneas, con motivo del 39 cumpleaños de Carlota, analizamos las claves de estilo de una princesa única, de la mano de expertas de la moda.
Su armario: armonía entre herencia y modernidad
Entre el legado de Grace Kelly y la frescura de una nueva generación, Carlota domina el arte de la sofisticación natural, sin esfuerzos. Su estilo es sobrio y clásico, pero con retazos de modernidad. Y no es una seguidora de tendencia más, ella las convierte y las adapta a su estilo personal. Para analizar el armario y el estilo de la princesa, recurrimos a la visión profesional de dos mujeres expertas.
La estilista Raquel Trejo analiza el estilo de la Princesa y lo define como sofisticado y atemporal, con cierto toque effortless chic, siempre con una elegancia natural, que nunca es forzada ni impuesta. "Combina el chic francés con un punto sobrio, muy contemporáneo, pero que, al mismo tiempo, se mantiene atemporal", nos cuenta. Según esta experta, Carlota suele abogar por siluetas limpias, líneas clásicas y tejidos de calidad, así como por cortes rectos y sencillos para el día a día. En cuanto a los colores entre los que se mueve, la princesa de Mónaco prefiere las tonalidades neutras como el negro, blanco, marino o los pasteles, y se aleja de los colores estridentes, aventurándose en ocasiones hacia los tonos empolvados.
Por otro lado, la asesora de imagen, Ana Iriberri, completa el análisis de estilo al coronar a Carlota como una de las máximas representantes del "lujo silencioso", y alabando la coherencia existente entre la imagen que proyecta y su propia personalidad. Define, además, las prendas claves que llevan el "sello Carolina": "las chaquetas tweed de Chanel son indudablemente una seña de su estilo; también los vestidos midi fluidos, que le aporten movimiento y ligereza al look; y, como prenda básica de su armario, los pantalones vaqueros de corte recto o wide-leg, nunca fallan". "Su mayor virtud es su capacidad para lograr un balance entre el estilo clásico, que ha heredado de su madre y de su abuela, con su propia esencia, y dando un aire fresco a sus estilismos", reflexiona Ana.
Cuando pregunto a las expertas qué hace única a Carlota Casiraghi como referente de estilo, ambas no dudan en destacar la autenticidad y la naturalidad de la princesa, y su trasfondo intelectual y cultural que tanto le caracteriza. "Carlota busca transmitir una imagen culta y elegante, que trascienda más allá de las tendencias, y consigue reflejar su carácter y forma de ser a través de sus estilismos", explica la estilista Raquel Trejo, "a veces vemos un toque ecuestre en sus looks, o más sobrio. que enfatice su faceta de escritora y pensadora".
La historia de amor de Carlota y Chanel
Hay marcas de moda que inevitablemente llevan asociadas personalidades públicas. Audrey y Givenchy, Jane Birkin y Hermès, Sarah Jessica Parker y Manolo Blahnik… Sucede lo mismo con Carlota Casiraghi y Chanel. La casa francesa y la Princesa viven un idilio desde hace décadas y es embajadora de la maison desde 2020. Carlota es una mujer Chanel, como lo fue su madre antes que ella.
“Es una de las colaboraciones más magistrales de Chanel. La firma francesa refuerza el equilibrio entre tradición y modernidad que define el estilo de Carlota”, explica la estilista Raquel Trejo, quien añade que ambos hacen un match perfecto: "Chanel representa una feminidad libre, culta y elegante, que encaja completamente con la forma de ser de Carlota. Por su lado, Carlota aporta a la firma un enfoque más juvenil y relajado".
Finalmente, Carlota consigue que su papel de embajadora de la maison no quede forzado ni artificial, tal como concluye la asesora de imagen, Ana Iriberri: "encajan en los valores, ambos son un exponente del lujo silencioso, de lo no ostentoso".
Sus looks más icónicos
- Vestido de Chanel, en la Met Gala de 2023: "de encaje negro, con un fuerte toque vintage, pero que define su naturalidad sofisticada y una elegancia sin artificios ni exageraciones", opina Ana Iriberri.
- Vestido de Giambattista Valli, en 2011: un diseño azul pastel con capa, fue un claro homenaje a su abuela, Grace Kelly, y al precioso vestido azul de tirante espagueti que llevó en la película Atrapa un Ladrón.
- Vestido de Vaccarello para Saint Laurent: "creo que es uno de los más recordados e icónicos de la princesa", opina la estilista Raquel Trejo. Es un diseño corto de encaje, con tres lazos, que lució en el día de su boda.
Las joyas de una princesa filósofa
Aunque Carlota no recurre tanto a las joyas como lo hace su madre, y antes de ella, su abuela, su gusto por el minimalismo y su visión sostenible hace que resulte muy interesante analizar cómo la hija de Carolina de Mónaco introduce joyas en sus estilismos. Por ello, analizamos el joyero de esta Princesa moderna de la mano de Cristina Saracho, de Con Joyas y a lo loco.
"Carlota Casiraghi es más que una royal. Es una mujer actual, culta, con carácter. Tiene una riqueza cultural que la hace muy interesante. Su amor por la filosofía y por el medio ambiente se refleja en las joyas que lleva en sus apariciones", comienza explicando Cristina. Las máximas que mueven el gusto joyero de la Princesa son la conciencia sostenible y el menos es más, lo que hace que recurra a las mismas joyas en diferentes ocasiones y que no se decante por lucir tanto las joyas de la familia.
En su imagen del día a día, Carlota parece que no lleva joyas, parece incluso que aboga por la austeridad, pues "su estilo joyero es minimalista, clásico, se mueve entre una estética vintage francesa y una feminidad muy actual", analiza Cristina. Son joyas muy sencillas, clásicas y discretas, nos cuenta la experta, y añade que, frente al exceso, Carlota siempre elige la sobriedad, con piezas que puedan representar simbolismos, como cruces o medallas. Las joyas más frecuentes en sus estilismos suelen ser pendientes y colgantes delicados, anillos con sello personal, diamantes de cuatro garras, y también piezas vintage o de autor, que rompen el minimalismo sin perder la armonía.