Durante años, la moda de lujo ha estado asociada a las prendas inalcanzables y a los armarios sin fondo de las grandes fortunas. Pero los tiempos cambian, y también lo hacen los valores. En plena emergencia climática, algunas de las marcas más deseadas del planeta están liderando una transformación inesperada: apostar por la sostenibilidad sin renunciar al estilo ni a la exclusividad. Es decir, vender ropa usada de marcas de lujo a precios más asequibles.
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No es una simple tendencia. En un momento en el que la moda vintage está en pleno auge, y donde esta industria es una de las más contaminantes del mundo, aunque muchas veces quede en segundo plano frente a sectores como el transporte o la energía, esta inclinación emerge más como una necesidad, que como una tendencia.
Según datos de compañías como Greenpeace, la moda genera cerca del 10% de las emisiones globales de CO₂. Además, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también alerta sobre la industria, dictaminando que consume miles de litros de agua por prenda —hasta 7.500 litros para un solo pantalón vaquero— y que es una de las principales responsables de la contaminación por microplásticos.
El nuevo lujo: vestir con historia (y conciencia)
En medio de este panorama, la moda de segunda mano está viviendo su momento más brillante, y no solo por sus precios más amables. Acceder a un bolso de Chanel, unos mocasines de Gucci o una chaqueta de Louis Vuitton por una fracción de su precio original no es solo un fenómeno posible, sino que es una decisión inteligente. Se trata de una nueva forma de consumir más ética, más responsable y, teniendo claro que viene directa de pasarelas, plena de calidad y tendencias.
'Celebrities', moda vintage y sostenibilidad: el cóctel del momento
Si bien hasta el momento se ha hablado mucho de las tiendas de ropa de segunda mano más asumibles, lo cierto es que la de marca de pasarela también está aumentando su séquito de seguidores. Más allá de eso, hay ecos que están ayudando a que esto sucede, pues la reventa de ropa de lujo ha alcanzado otro nivel gracias a los nombres que se esconden en sus etiquetas. Celebrities como Paul Mescal, Paris Hilton o Alexa Chung ya han vendido parte de su armario en plataformas como Vinted o Vestiaire Collective, convirtiendo cada prenda en una pieza de culto. Y es que la ropa con pasado no solo tiene alma, también se ha convertido en un nuevo símbolo de estatus.
Comprar un abrigo que una vez llevó alguien célebre, o ese vestido agotado de pasarela que vuelve a ver la luz, es también una forma de contar quién se es sin decir ni una palabra. Una fusión perfecta entre exclusividad y sostenibilidad.
El ranking de reventa de moda de lujo
A propósito de una de sus últimas campañas, #LowBuy2025, Vestiaire Collective ha emitido datos esclarecedores sobre el consumo actual de moda. La plataforma señala que en 2024, la Unión Europea recibió 4.600 millones de paquetes de bajo valor, en gran parte procedentes de plataformas de moda ultrarrápida. Francia ya ha propuesto una ley pionera para regular esta industria, una medida que puede marcar un antes y un después en la forma de consumir moda en todo el mundo.
En cuanto a las preferencias de los consumidores, la plataforma de reventa de moda de lujo también ha emitido conclusiones. Según un comunicado emitido desde la misma, Chanel encabeza la lista de las marcas de lujo más deseadas y con mejor valor de reventa. Le siguen Louis Vuitton y Hermès, mientras que Dior y Prada han visto cómo su valor en el mercado de segunda mano ha crecido más de un 10% en los últimos años.
En el segmento de diseñador, The Row —la firma minimalista de las hermanas Olsen— ha liderado el crecimiento, impulsada por la tendencia del "lujo silencioso", y le siguen Moncler y Brunello Cucinelli. En cuanto a marcas premium, Vestiaire Collective señala que destacan Polène, Golden Goose y Ganni como las favoritas entre los fashionistas más jóvenes, combinando funcionalidad, estética y valores sostenibles.
En su estudio también hay lugar para las firmas de culto que están conquistando los armarios más exigentes: Miu Miu, Alaïa, Maison Margiela, Vivienne Westwood y Loewe no solo arrasan en redes sociales, sino que su valor de reventa sigue creciendo gracias a sus propuestas únicas y su conexión con las nuevas generaciones.
Lujo consciente: la moda que sí tiene futuro
La idea de que lujo y sostenibilidad no pueden ir de la mano ha quedado atrás. Hoy, una chaqueta de segunda mano bien conservada puede ser tan codiciada como una de nueva colección. Y más aún si lleva consigo una historia, un nombre o un valor emocional. La moda está entrando en una nueva era, donde la elegancia también se mide por el respeto al planeta. Y en ese nuevo paradigma, el lujo —con su enfoque en la durabilidad, la artesanía y el diseño atemporal— tiene mucho que decir. Porque no se trata solo de comprar menos: se trata de comprar mejor.
El lujo no puede salvar el planeta, pero puede ayudar a hacerlo siempre que se entienda desde una perspectiva consciente y sostenible. Teniendo en cuenta los datos, queda claro que el sector está dejando atrás su imagen de derroche para liderar un nuevo modelo basado en la durabilidad, la reventa, el consumo responsable y el valor emocional de las prendas.
El enfoque no solo responde a la emergencia climática, sino que convierte al lujo en un aliado inesperado en la lucha por un futuro más comprometido. El poder, como siempre, está en manos del consumidor. La decisión se divide entre comprar más ropa barata y asumible, o comprar menos, y más cara, pero de mayor calidad. Sea de segunda mano no, la segunda respuesta parece la correcta.