Forma parte de la Compañía Nacional de Danza

Descubrimos a Natalia, la hija de Emilio Butragueño, que triunfa como bailarina

Empezó a bailar a los tres años en México y no ha dejado de hacerlo desde entonces: ‘Bailo para disfrutar. Siempre me ha encantado y es lo que me llena’

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Al igual que su padre, un jugador genial que elevó el fútbol a la categoría de arte, se gana la vida con los pies. Pero en otro escenario. Se llama Natalia, se apellida Butragueño y es la mayor de los tres hijos de quien fuera mítico capitán del Real Madridy de la Selección española, Emilio Butragueño, en la década de los 80. Una joven que comenzó a bailar a los tres años y que no ha dejado de hacerlo desde entoces. “Bailaba porque siempre me ha encantado, pero nunca pensé que podría ser una profesional”, asegura Natalia, que convirtió su pasión en su modo de vida tras formarse en la Escuela de Ballet África Guzmán de Madrid, en el Tring Park School for the Perfoming Arts (la principal escuela académica y de artes escénicas del Reino Unido), que le recomendó la bailarina Tamara Rojo, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2005, y en el Central School of Ballet con el profesor Renato Baroni: “Es mi mentor. Mi ángel de la guarda, como dice mi padre. Me ayudó mucho y me dedico profesionalmente al baile gracias a él”.

Dotada de gran talento, en 2014 bailó en El Lago de los Cisnes y en Romeo y Julieta con el English National Ballet, pasó por el Royal Ballet de Flandes y firmó un contrato con el Ballet de la Ópera de Burdeos. En septiembre de 2020 pasó a formar parte del cuerpo de baile de la Compañía Nacional de Danza, dirigida por Joaquín De Luz: “Para mí es un honor. Es como estar en la selección española de la danza”.

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“Mi familia estuvo siempre ahí para apoyarme, aunque a mi padre le costó un poco más entender mi decisión. Me decía: ‘¿Pero cómo vas a ganarte la vida bailando?”
Natalia Butrageño, imágenes como bailarina©BORJA DE LA LAMA
Natalia Butrageño, imágenes como bailarina©BORJA DE LA LAMA
Emilio Butragueño, y Sonia González, padres de Natalia©Gigi Iorio / SplashNews.com
Natalia Butragueño nació el 29 de abril de 1994 en Madrid, y es la mayor de los tres hijos del matrimonio formado por el exfutbolista y actual director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño, y Sonia González (sobre estas líneas, en una imagen de archivo). En la imagen superior, con un vestido de tul de Pedro del Hierro. Debajo, un primer plano de Natalia con un diseño con lazo de The 2nd Skin.

‘Lo pasé un poco mal’

—Se dice que el mundo del ballet es muy exigente, Natalia. ¿Qué es lo que hace que mantengas la ilusión cada día?

—Es cierto. De hecho hubo una época, en Burdeos, en la que lo pasé un poco mal. Es más, estuve a punto de dejar el baile porque sentí un poco de burnout (desgaste laboral). Afortunadamente conté con la ayuda de un coach que, en su día, me lanzó una pregunta muy interesante. “¿Para qué bailas?”, me dijo. Tardé mucho en responderle, pero llegué a la conclusión de que bailo para disfrutar. Siempre me ha encantado y es lo que me llena.

—¿Has tenido que renunciar a muchas cosas por ello?

—Me fui de casa muy joven y me he perdido muchas cosas de la adolescencia y bautizos, comuniones y bodas familiares, pero no he renunciado a nada. Ahora bien, después de tantos años fuera, me encantó regresar a España para estar más cerca de los míos y de mis amigos.

—¿Alguién de tu familia había tenido vena artística antes que tú?

—Mi abuela materna cantó en la radio cuando era joven y mi madre estudió solfeo, bailó flamenco e hizo ballet hasta los dieciocho años. Ya ves, por la parte de la rama materna, somos todas bastante artistas.

“Me gusta el fútbol y voy mucho al Bernabéu. Y como ni novio es francés y en su país hay mucha afición al rugby, me estoy metiendo un poco en ese deporte”

—¿Cómo reaccionaron cuando dijiste que querías dedicarte profesionalmente al baile?

—Se fueron haciendo a la idea poco a poco. Como también estaba estudiando, dije que iba a intentarlo y a ver qué salía. No niego que hubo momentos difíciles, porque pasaba audición tras audición y en todas me decían que no. Una llega incluso a pensar que a lo mejor no vale para bailar. Afortunadamente, mi familia estuvo siempre ahí para apoyarme, aunque a mi padre le costó un poco más entender mi decisión. Me decía: “¿Pero cómo vas a ganarte la vida bailando?”.

—¿Y qué te dijo cuando te vio bailar por primera vez sobre un escenario?

—Recuerdo que la primera vez vino a Burdeos, a verme bailar La Bella Durmiente. Se sentía bastante orgulloso porque era mi primer rol importante con tan solo veinte años. Lo que ocurre es que me dice que no entiende y, claro, cuando termina la función, me pregunta: “¿Pero has bailado bien?”. Yo le digo que no se trata de entender, que lo importante es sentir. Sin embargo, se va haciendo cada vez más experto y ya me dice: “Este se ha caído o esta me ha gustado mucho”.

 Natalia Butrageño posa vestida de bailarina©BORJA DE LA LAMA
Emilio Butragueño, y Sonia González©BORJA DE LA LAMA
“Mi abuela materna cantó en la radio cuando era joven y mi madre estudió solfeo, bailó flamenco e hizo ballet hasta los 18 años”, desvela Natalia que, sobre estas líneas, posa con un vestido rosa de Encinar. En la imagen de arriba, la bailarina con un vestido de tirantes de Teresa Helbig.

‘Tamara rojo siempre me ha encantado’

—Cuando te formabas, ¿a qué bailarina soñabas con parecerte algún día? 

—No tenía una musa específica, pero siempre me ha encantado Tamara Rojo y también Marianela Nuñez.

—¿De qué manera te ayudó Tamara en tu camino en la danza?

—Cuando fui a Londres con 14 años, reservó una sala con un pianista en el Royal y me dio una clase. Y después me dio la oportunidad de trabajar en las producciones de El Lago de los Cisnes y de Romeo y Julieta. Fue una primera experiencia profesional increíble.

—¿Qué cualidades te distinguen del resto de bailarines?

—¡Uff... no lo sé! Yo creo que soy bastante atlética y dinámica. Y en líneas generales, yo diría que destaco por el movimiento armónico. Pero también tengo mis cosas malas (risas).

—¿Cuántas horas de trabajo le dedicas a la danza?

Seis o siete. Empezamos a las diez de la mañana y terminamos sobre las cuatro y media de la tarde.

—¿Y para desconectar? ¿Qué te gusta hacer?

—Practico mucho yoga, veo series y documentales, he empezado a leer bastante y salgo con mis amigas de toda la vida. También me gusta el fútbol y voy mucho al Bernabéu. Y como mi novio es francés y en su país hay mucha afición al rugby, me estoy metiendo un poco en ese deporte.

—Ahora está al alza el fútbol femenino. ¿No te pasó por la cabeza practicarlo?

—No, no. De hecho, cuando jugábamos en la playa, me decían: Natalia, estás bailando.Tienes que estar más activa.

—Una curiosidad. Cuando vas a algún sitio y ves a la gente bailar “a su manera”, sin tener ni idea, ¿piensas “vaya pena que da esta peña”?

—¡Para nada! Cuando salgo y la gente me dice “no puedo bailar a tu lado”, les digo: “¿Por qué?”. Siempre digo que no hay que saber bailar, que solo hay que sentir la música. Eso es lo guay.

—¿Cuáles son tus sueños dentro de la música? ¿Dónde te ves en los próximos diez o quince años?

—Como directora artística no me veo, porque no me gusta ser el centro de atención, pero a lo mejor sí como codirectora. Aunque como he estudiado Administración de Empresas, a lo mejor me dedico a la gestión cultural, que también me gusta mucho. No lo sé todavía, aún lo estoy pensando.

Emilio Butragueño, y Sonia González©BORJA DE LA LAMA
Emilio Butragueño, y Sonia González©BORJA DE LA LAMA
“Como he estudiado Administración de Empresas, a lo mejor me dedico a la gestión cultural, que también me gusta mucho”, nos dice Natalia que, sobre estas líneas, luce un vestido negro de Carolina Herrera. Encima, posando con una falda de tul de Alejandra Oria.

Texto: ENRIQUE J. SUERO

Fotos: BORJA DE LA LAMA

Estilismo: LEIRE PEÑA

Agradecimientos: COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA

Asistente de estilismo: IOVANA MARTÍNEZ

Asistente de fotografía: DAVID VALOR

Peluquería y Maquillaje: YUREMA VILLA