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Insectos, bacterias y algo más

Aunque no los veas, lo cierto es que en tu propio hogar existe una rica fauna que permanece casi invisible. Son más de 20 familias diferentes de bacterias, pero también insectos y otras formas de vida que ni imaginas. No tengas miedo, es normal e incluso la presencia de algunos resulta beneficioso. Como en cualquier ecosistema, para mantener el equilibrio hace falta cierta diversidad, también entre los muros de tu hogar y sobre tu bañera. En la foto puedes ver un insecto que habitualmente se confunde con una araña, no lo es, pese a que sí pertenece a la familia de los arácnidos, se trata de un opilión. Se caracteriza por tener un cuerpo muy pequeño en comparación con unas patas enormemente largas, le verás muy a menudo en la bañera, es uno de sus lugares favoritos. Ahí es dónde le ves, puede vivir hasta un año, pues cada 10 días muda las patas. Si te da miedo la posibilidad de que te pique debes saber que es 100% inofensivo para los humanos, solo come pequeños insectos (muy pequeños, como verás por su propio tamaño) además de hongos y residuos orgánicos.

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Pececillo de plata

Otro ejemplo de insecto dócil y completamente inofensivo es el pececillo de plata, que debe su nombre a que algunas familias de éste muestran un aspecto plateado. Se trata de un animal nocturno, cuando hay luz prefiere permanecer oculto en rendijas o huecos en el suelo. Su lugar favorito para vivir es el baño, donde hay humedad. Generalmente permanece con poca luz la mayoría del día, ahí está a salvo de sus depredadores, generalmente las arañas, que no les interesa el baño porque precisamente hay mucha humedad para ellas y así no pueden tejer su tela. Tal vez el mayor (y único) mal que pueden producir los pececillos de plata a los humanos es que les gusta demasiado el papel, si tienes libros en una zona húmeda éstos podrían ser atacados por pececillos de plata y dejarlos un tanto agujereados. ¿Qué hacer si no estás muy conforme conviviendo con estos insectos? Limita la humedad en tu casa y sella bien las juntas y grietas entre azulejos y rodapiés, especialmente en el baño y la cocina.

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Ácaros del polvo

Dormir en la más absoluta soledad no es del todo posible, como sabes, los ácaros del polvo nos rodean, son de un tamaño microscópico, pertenecen a la familia de los arácnidos y uno de sus hogares favoritos es el colchón de tu cama. Se estima que cuando te vas a dormir lo haces a la vez con 200.000 ácaros y con más de 2.000.000 de sus excrementos. Lo más importante que debes saber es que no son en absoluto peligrosos, se alimentan de tus pieles muertas, por eso la cama es un lugar tan apetecible. Sin embargo, a mayor número de ácaros más probabilidad de desarrollar o padecer alergia a éstos. Como cada vez es más común conocer la existencia de estos arácnidos, hay en el mercado algunas aspiradoras que reducen considerablemente la cantidad de ácaros del ambiente, y en concreto del colchón.

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Piojos

Hemos llegado a un insecto que deja de ser inocuo, se trata del muy temido piojo. Si tienes hijos de entre 3 y 9 años puede que te eches a temblar cada vez que escuchas su nombre o lees que hay casos de ‘pediculus’ en la clase de tus hijos. Son unos vampiros casi invisibles, se transmiten con gran facilidad y eliminarlos es todo un dolor de cabeza. Sin embargo hay algunos falsos mitos y características que conviene aclarar: no saltan (por lo que el contagio solo se produce juntando las cabezas), el picor que producen no es por la picadura (sino por la irritación que produce su saliva, que contiene una toxina anticoagulante), y aunque es necesario lavar a alta temperatura la ropa de cama y demás textiles para asegurarnos de que desaparecen ellos y las liendres, lo cierto es que no sobreviven fuera del cuero cabelludo más de tres días, por lo que un piojo despistado que caiga en el sofá morirá pronto si no encuentra un hogar.

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Polillas

Aunque el saber popular nos dice que las polillas disfrutan haciéndose un festín con nuestra ropa, lo cierto es que solo les gusta la lana, eso sí, si tienes una prenda de merino y la polilla da con ella puede que cuando vayas a echar mano de ella para la siguiente temporada te lleves una desagradable sorpresa. Se trata de uno de los insectos de mayor ciclo de vida, pudiendo completarse en tres años, lo que les hace especialmente dañinas si habitan una zona del armario en la que no solemos reparar. Pero no solo las encontraremos en nuestro vestidor, también son amantes de moquetas y alfombras.

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Estropajo

¿El estropajo es un ser vivo? Casi, la fauna que esconde puede representar a un microplaneta. Los estropajos y las bayetas son objetos que pueden recoger hasta 20 familias distintas de bacterias y son la punta del iceberg de las zonas de la casa que, pareciendo las más limpias, esconden el mayor número de especies ocultas. Tanto el suelo de la cocina como del baño son las zonas más contaminadas, el motivo es que los alimentos que cocinamos van dejando trazas en la encimera, el fregadero e incluso el suelo. De ahí que los estropajos sean el ‘coche escoba’ de todos ellos.

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Moho

El moho es un hongo, y existen buenos y malos, pero en el hogar son más bien perjudiciales porque nos alertan de un alimento o resto orgánico está en descomposición. Podemos encontrarlos en la nevera y en bayetas o ropa húmeda. Este hongo, del que se conocen hasta 300.000 tipos, habita en lugares húmedos, por lo que si mantienes tu hogar por debajo del 40% de humedad y si limpias tu nevera en profundidad cada ciertos meses no tendrás problema con ellos.

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Pájaros en la terraza

Parece que el mundo de los insectos y las bacterias copan toda la fauna que podemos tener en nuestro hogar sin saberlo, pero no podemos olvidar a las aves. Tanto si tienes una terraza como una zona de tu ventana que les haya llamado la atención, no es extraño que de vez en cuando algunos pájaros decidan posarse sobre tu casa y hacerte una visita. Si teletrabajas o te pilla mirando por la ventana suele ser una alegría toparte con estos visitantes. Puedes fomentar su presencia colocando una pequeña caseta de madera a modo de nido. Sin embargo, a veces se autoinvitan, no deja de ser poco común que traten de anidar en los tambores de las persianas o en los canelones colmados de hojas secas.

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Gecko o salamanquesa

Se le llama de muchas formas y no todas son acertadas. ‘Sabandija’ o ‘ salamandra’, aunque su nombre correcto es salamanquesa o gecko. Se trata de un animal nocturno y crepuscular, de día tratan de permanecer bajo el suelo, aprovechando grietas o fisuras, pero no desprecian el calor que les produce el sol y de vez en cuando salen a recibir unos rayos pegados a una pared. Hacia el atardecer y la medianoche se ponen en movimiento, este reptil se alimenta de insectos y nunca hará daño a los humanos. Aunque puede usar su boca para defenderse, mordiendo, jamás lo hará si no se ve completamente obligado, es decir: el gecko no se acercará a morder, sino que tratará de hacerlo únicamente como defensa si tratas de cogerlo con la mano y no encuentra otra escapatoria. Si recibes en tu casa la visita de este reptil, lo cual no es poco común si vives en un bajo o un primer piso, ten en cuenta que acabar con su vida es delito, pues está protegido por el Real Decreto 3181/1980.

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