El récord de Lady Gaga en la alfombra roja de la Gala Met: ¡4 looks en 1!

Vuelta a los orígenes, la artista recuperó algunos de los elementos más representativos de su carrera musical

Por Mara Mariño

Si pensábamos que desde su Oscar por Ha nacido una estrella no volveríamos a ver a la Lady Gaga que sorprendía con cada una de sus apariciones sobre los escenarios, la Gala Met 2019 ha sido la prueba de lo contrario. Y es que la alfombra rosa -teñida especialmente para adecuarse a la temática de este año, Camp: Notes on Fashion-, ha sido testigo de un espectáculo sin precedente (¡y eso que la fiesta no había ni empezado!), un estilismo que escondía un secreto ya que, por debajo, se ocultaban otros vestidos. La celebración, toda una oda al exceso, ha empezado con un desfile de moda de más de 16 minutos en el que la artista era la modelo y sus looks superpuestos, firmados por Brandon Maxwell y hechos a medida, que iba descubriendo, los protagonistas. Unas mezclas que además recuperaban guiños a los rompedores comienzos de la cantante en la industria musical.

Al llegar, un descomunal vestido rosa fucsia de cuello alto no hacía sospechar lo que vendría a continuación. Y es que el diseño, de mangas abullonadas que iba ceñido a la cintura y terminaba en una cola de varios metros, ya era excesivo por sí solo, así como el tocado, un lazo de la misma tela. Acostumbrada a dar de qué hablar, o al menos hace unos años -recordemos que hablamos de la misma persona que se atrevió a lucir un vestido de carne o unas gafas llenas de cigarrillos-, el look de la intérprete de Shallow fue evolucionando.

El vestido rosa desapareció para dejar a la vista un diseño negro palabra de honor ceñido al cuerpo con una gigantesca sobrefalda en el lateral. Pero no terminaban ahí las sorpresas de la cantante. Su tercer estilismo, a juego con el color del primer look, era un diseño satinado minimalista de tirantes espagueti al que Lady Gaga puso el toque barroco con unas gafas XL cubiertas de brillantes y un teléfono que hacía las veces de attrezzo como de bolso.

Finalmente, para rematar su carrusel de combinaciones, reveló como punto final un look lencero mucho más atrevido que recordaba a los que usaba la artista para sus conciertos. Formado por un sujetador negro, culotte a tono, medias de rejilla y los botines de plataforma infinita, puesta a sorprender, una carretilla a modo de irreverente accesorio cargada de vino, laca o sombreros estilo cowboy como el de la portada de su disco Joanne, remataba su combinación.

Además, el estilismo hacía un sutil homenaje al look que lució en el videoclip de Poker Face, donde un gigantesco lazo hecho de pelo rubio coronaba su melena suelta. La versión 2.0 de su hair style más icónico, que se convirtió en característico de su imagen, respetó el flequillo mientras que el largo se acortó unos centímetros. En esta ocasión, la melena iba ondulada y con varios minilazos, también de pelo, del mismo estilo que el que llevó once años antes. Para rematar, y a juego con el color de la tela del primer vestido, aquel inmenso y abullonado, llevó los labios en fucsia con unas pestañas postizas metalizadas que remataban el efecto dramático. ¡Un 10 en Camp!

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