Meghan Markle adapta el 'bobret' a su nueva silueta premamá

La duquesa de Sussex ha encontrado la manera de mantenerse fiel a su estilo durante el embarazo

Por HolaFashion ES

La gira de los duques de Sussex por Oceanía está teniendo un significado especial para la pareja ya que ha tenido lugar nada más anunciar el embarazo de Meghan Markle. Durante su gira australiana, la mujer del príncipe Harry ha mostrado sus primeros looks premamá siguiendo su característico estilo bobret, un término que hace referencia a la combinación la estética bohemia francesa y bretona. La duquesa de Sussex se ha limitado a adaptar algunas de sus tendencias favoritas a su nueva silueta, algo que han probado los últimos conjuntos que ha vestido en Wellington. Para los actos que han tenido lugar en la capital de Nueva Zelanda, repetía de sus colores y estampados predilectos optando por siluetas más sueltas o talles más relajados que le permiten marcar con comodidad su incipiente figura premamá.

El estampado príncipe de Gales era el protagonista en el diseño que escogió para la cita: un trench anudado a la cintura con solapas amplias y corte midi. Es el mismo estampado que llevó hace varios meses, antes de contraer matrimonio con Harry y al que, además, recurría muy a menudo Lady Di en los noventa. A principios de año Meghan lucía este print con escote Bardot en forma de top entallado. Su gabardina -de la firma neozelandesa Karen Walker- no podría ser más opuesta sin embargo, la duquesa de Sussex logra no renunciar a la tendencia adaptandola en ambos contextos.

Muy comprometida con la moda local -está incluyendo firmas del país en todos sus looks- Meghan Markle combinó la prenda larga de corte sartorial de la firma neozelandesa (656 euros) cerrada mediante un cinturón ancho con un vestido negro la colección premamá de Asos (49 euros). Además no es la primera vez que incluye una prenda de Karen Walker en la gira, ya que también ha utilizado gafas de sol o pendientes de la firma. Como broche del estilismo llevó unos salones de tacón que había utilizado el día anterior de Sarah Flint (346 euros) y pendientes con forma de rombo de Birks.

Para el evento de la noche escogió un vestido negro de cóctel. El color, que es uno de los favoritos de la duquesa de Sussex, fue también por el que optó para llevar durante su visita a Irlanda en la recepción de la Embajada Británica. Si bien para ese momento llevó un vestido de tirante ancho que iba ceñido al talle con un cinturón, Meghan Markle encontró la versión ideal del modelo para la recepción organizada en la Casa de Gobierno en Wellington. De largo midi y falda con silueta tipo A, el talle del vestido era diferente al marcar la silueta sin llegar a ser tan ajustado ya que prescindía de cinturón.

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