4 trucos para adelgazar que ni tú ni tus amigas deberíais seguir

Expertos nutricionistas nos explican algunos de los hábitos que más se repiten

Por Mariana Chacón

De las conversaciones entre amigas surgen ideas que a veces nos lanzamos a poner en práctica sin tener en cuenta que cada cuerpo es un mundo. Aunque esa dieta la siga tu amiga con más tipazo o la recomiende la propia Beyoncé, como hizo la semana pasada cuando animó a sus fans a hacerse veganos. En cuestión de dietas siempre hay que hacer caso de los profesionales. Ya lo explicaba la ciencia: hacer régimen con tu BFF no siempre es una buena opción porque puedes desde perder masa muscular a tener efecto yo-yo y otros riesgos de los conocidos efectos secundarios. Hemos hablado con nutricionistas para que nos expliquen qué hay de cierto (y de peligroso) detrás de los algunos trucos quema-grasa que más se repiten.

Beber mucho té al día

Todo en su justa medida. Este es un principio que se puede aplicar a cualquier truco para adelgazar y en el caso del té no es diferente. “El té verde posee propiedades diuréticas ya que estimula la diuresis y disminuye la retención de líquidos”, nos explica Laura Parada, nutricionista de Slow Life House, quien recomienda elegir una variedad orgánica y evitar acompañarlo de azúcar, nata o leche y añade que al consumirlo entre horas reduce el apetito. Como sustituto del té verde, Paula Rosso, médica especializada en nutrición del Centro Médico Lajo Plaza, recomienda el té Oolong: “Ayuda a regular el metabolismo y controlar la obesidad”.

Sin embargo, los expertos Marta Álvarez y Javier Barbón de Berdibon, advierten que si no se controlan las cantidades “puede causar otros efectos secundarios no deseados, como malestar estomacal, ardor, inquietud, ansiedad o nerviosismo, insomnio, temblores musculares y aumento del ritmo cardíaco”. Todos ellos coinciden en cuál sería el número de tazas ideal: dos o tres.

Basar tu alimentación en las ensaladas

“Comiendo sólo ensaladas se puede perder peso, siempre dependiendo de la carga calórica de los ingredientes que pongas en ella y de cómo la aliñes, puesto que hay recetas con más calorías que los tradicionales”, aclaran los expertos del centro de asesoramiento integral de nutrición y entrenamiento personal Berdibon. Es decir, si preparas tus mezclas con ingredientes que incluyan hidratos de carbono y proteínas además de vegetales no tienes por qué temer por tu salud.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Eso sí, si tus recetas son pobres en nutrientes y no tomas más que este plato al día “se generará un gran déficit calórico con un inminente descenso de peso, pero no una significativa perdida de grasa, lo que llevará a recuperar el peso perdido apenas se vuelva a la dieta habitual”, advierte Laura Parada, y también explica que este hábito puede provocar que se te abra el apetito, ansiedad, estrés, fatiga, debilidad o cambios de humor, entre otros problemas.

Sustituir las comidas por barritas energéticas

La experta de Slow Life House nos cuenta que no es una opción que fomente unos hábitos saludables ya que lo ideal es saber comer sano con alimentos reales y que además “estas barritas suelen estar cargadas de azucares refinados (aunque aportan pocas calorías) y edulcorantes artificiales”. Álvarez y Barbón lo corroboran: “El efecto rebote está casi asegurado, nuestro intento por adelgazar sólo tendrá efecto a corto plazo” y continúan avisando de la importancia de leer la información nutricional de las etiquetas: “Como en todos los alimentos procesados hay barritas de proteínas baratas y de mala calidad, llenas de azúcares, grasas, sodio y un largo listado de productos químicos”. En contrapartida, la Dra. Rosso añade que “si la ecuación es pincho (comer mal) versus barrita, me quedo con consumir barritas. Todo depende de la situación personal de la paciente”.

Saltarse el desayuno

“Saltártelo sólo hace que tengas más hambre y tengas más posibilidades de pasarte con las comidas posteriores, además eleva tus niveles de azúcar”, afirman desde Berdibon y nos cuentan que se ha descubierto que “el aumento del consumo de proteínas en el desayuno, puede aumentar los sentimientos subjetivos de plenitud y saciedad durante todo el día y de esta manera, disminuir las calorías ingeridas a lo largo de la jornada”. Eso sí, Laura Parada avisa que “es preferible no desayunar que realizar un desayuno de mala calidad, o forzarnos si realmente no nos apetece ya que no es sostenible en el tiempo”.

“Hay dietas en las que se elimina el desayuno para prolongar el periodo de ayuno ya que según algunas teorías estos tiene efectos beneficiosos en nuestro organismo y ayuda a quemar grasas más eficazmente pero al mismo tiempo también sometemos al organismo a mayor estrés que no es positivo”, explica Paula Rosso y continúa: “En mi experiencia muchas de las personas que llevan una mala alimentación no desayunan y eso luego acarrea comer desorganizadamente durante el resto del día”.

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