Victoria Beckham siempre será 'Posh', y ahora que ha recibido el título de Lady por parte del rey Carlos III, no hay quien refute esta afirmación. Referente de elegancia y sobriedad, la diseñadora ha tenido que luchar para ganarse su reputación como icono de estilo, trazando un camino que, tal vez, jamás se hubiese consolidado sin ese vestido de mangas cortas con aberturas y cuerpo ligeramente fruncido sobre el abdomen que ha llevado este martes al castillo de Windsor. Un símbolo del éxito de su firma de moda, que esconde una estrategia digna de análisis.
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El vestido que Victoria Beckham siempre repite
Este vestido, cuyo nombre es Isabella, ya se ha convertido en un habitual en las agendas reales: la princesa Ariane de los Países Bajos lo llevó el pasado 16 de septiembre de 2025 a los actos por el Día del Príncipe, una cita solemne para la corona neerlandesa; hace apenas unos meses, fue la misma Victoria quien optó por su versión larga y en color blanco para un banquete organizado por el soberano británico, y la reina Letizia lo estrenó en verde, con motivo de una recepción previa a la coronación de Carlos III, provocando que se agotara en tienda solo unas horas después.
Bella Hadid, Kendall Jenner, Rosie Huntington-Whiteley y Meredith Duxbury son algunas de las celebrities que también se han rendido a los encantos del diseño, reconocible a leguas por sus mangas con aberturas laterales, ese drapeado que marca la cintura y su espalda abierta en forma de 'V'.
Ornella Ioncoli, consultora especializada en firmas de moda para la agencia Murph, opina que la promoción de este vestido en específico es un paso clave y bien calculado en el proceso de rebranding que ha atravesado la firma de Victoria Beckham este último lustro: "Al verlo repetido, que le siente bien a tantas personas y que la propia diseñadora lo respalde, se genera una credibilidad que fideliza y consolida".
En 2025, ya pocos ponen en duda los talentos de Victoria como diseñadora, pero esto no siempre fue así. Cuando lanzó su firma homónima, en 2008, y durante muchos años, la prensa y la crítica se rehusaban a verla como algo más que una estrella pop -como si esto fuese denigrante- o una mujer de futbolista. Así se relata en el documental de Netflix que lleva su nombre y que nos ha enganchado a todos, y gracias al que hemos podido aprender un poco más sobre su negocio.
Una y otra vez se reafirma lo difícil que ha sido para ella demostrar que tiene una visión digna de reconocimiento por parte de las grandes cabeceras de moda y, quizá lo más importante, por parte de quienes ya puede llamar compañeros de profesión. Esta intención, que expresa de forma casi desesperada en ocasiones, se plasma en cada uno de los diseños de Victoria Beckham. Pero, ¿cómo?
¿Por qué este vestido es su diseño favorito?
Realizado en crepé satinado, el vestido en cuestión presenta delicados pliegues de la falda que desembocan en un bajo fruncido hasta el suelo y favorecen al máximo, al disimular la zona del abdomen y marcar la cintura; mientras tanto, los cut-outs en las mangas dan la sensación de que los brazos también son más estrechos, estilizando todavía más el torso.
Queda claro, al verlo puesto, que cada detalle, por nimio que parezca, esconde un propósito claro. "Para ella es importante demostrar que puede hacer ese tipo de prendas. No es tan fácil diseñar un vestido que funcione, que en el cuerpo -cualquier cuerpo- se vea realmente bien", apunta nuestra experta. Y es que en prácticamente todas las creaciones de la firma encontramos un elemento común: el drapeado.
No parece casualidad. "Probablemente, la idea de Victoria Beckham cuando fundó su empresa era crear vestidos que sentasen bien, que fuesen acorde con los cuerpos de las mujeres, y esto se logra muy bien a través del drapeado porque estás moldeando el cuerpo", nos explica Ioncoli, quien, además, tiene estudios en diseño de moda e implementa estos conocimientos en sus labores de consultoría. "Ella lleva la técnica del drapeado a sus vestidos, tops, jerséis... Es su manera de relacionar algo específico con su marca para que sea más relevante porque no es suficiente su nombre, la historia, la creatividad; se busca la unión de todo un universo".
Si bien no fue hasta inicios de 2023 que Victoria Beckham finalmente pudo considerarse un negocio rentable, tal como confirmó NEO Investment Partners, la reestructuración que la empresa puso en marcha en 2018 ha sido, definitivamente, un éxito. En su rigurosa estrategia, encontramos la utilización de tejidos sostenibles; el nombramiento de nuevas embajadoras más jóvenes, como Kendall, Gigi o Bella; el lanzamiento de su línea de belleza; la expansión de su división de gafas, así como una revisión exhaustiva del catálogo para encontrar ese factor identitario que hiciera reconocibles los diseños de la marca.
Este vestido es el resultado.
Un símbolo de éxito
Se dice que toma una década triunfar de la noche a la mañana. Algo así le ha pasado a la artista británica, que recién ha dado con ese factor, gracias a Isabella. Nuestra experta lo resume: "Victoria ha generado una situación en la que, si otra marca hace lo mismo que ella, la gente dirá: 'se parece muchísimo al vestido de Victoria Beckham'. Aquí vemos la importancia de 'iconizar' un producto para vincularlo a tu marca, sea a través de un gráfico, un color, un tejido o del producto en sí; es decir, un tipo concreto de vestido".
Partiendo de esta estrategia, se puede idear un abanico de productos en distintas categorías. Lo complicado, está claro, es tener esa primera buena idea, de la que va a desplegarse un imaginario completo. "Es mucho más fácil crear un producto que genere impacto, metérselo a la gente con calzador, darle duro a publicidad para que la gente lo conozca y que, después, te reconozcan por ese producto diferenciador. A partir de ahí, lo que haces es coger el detalle que hace que ese producto sea especial y añadirlo a otros productos", concluye.
Una vez que tienes un superventas, que no es cosa menor, la conversación en torno a la marca se vuelve constante. Si las clientas lo siguen comprando, mantiene su relevancia, aunque pasen las temporadas. Aun así, Victoria no se confía. Cada nueva temporada, lanza versiones actualizadas de su vestido porque, como ella misma ha demostrado, no es posible tener "demasiados básicos" en el armario.
