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Es un hecho: dependemos de la tecnología para vivir.

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En un mundo cada vez más conectado, resulta difícil prescindir de la tencología.

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A pesar de que tiene muchísimas ventajas, lo cierto es que su uso en exceso puede tener muchas consecuencias negativas en nuestra salud mental.

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Si algo se estropea, no sabemos cómo reemplazarlo; dormimos peor por quedarnos hasta tarde viendo la tele o con el móvil, creemos que todo lo que vemos en redes sociales es verdad, etc.

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Y además estamos más conectados a los de lejos, que a nuestro propio entorno.

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Muchas de las creadoras de contenido que se dedican a las redes sociales incluso han hecho un detox de las mismas.

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Otras también implementan hábitos diarios que les ayudan a desconectar de vez en cuando de las mismas.

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Para hacerlo, se recomienda centrarse en una actividad, dejando la tecnología a un lado, que te distraiga y te permita estar presente.

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La tecnología es un arma de doble filo. Debemos cuidarnos de ella.

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