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Quedan apenas 15 días para dar carpetazo a un año que, la mayoría, no guardaremos en el cajón de los buenos recuerdos. La pandemia del coronavirus ha trastocado nuestras vidas a muchos niveles. Por eso, muchas personas tienen puestas sus esperanzan en el nuevo año 2021. Todos queremos poner fin a esta etapa marcada por la pandemia, recuperar nuestra vida como era antes, abrazar a nuestros seres queridos, retomar hábitos que ahora hemos tenido que dejar de lado…  Todos estos momentos vividos desde marzo podrían estar afectándonos sin que seamos conscientes e, incluso, comenzar a dar señales cuando todo haya acabado. Así lo explica la directora técnica de Clínicas Origen Pilar Conde, quien apunta que puede ocurrir que estemos achacando sutiles cambios de nuestro estado de ánimo, incluso algunos más severos, a nuestras circunstancias personales: problemas laborales o sentimentales, por ejemplo. Sin embargo, es posible que, ese decaimiento se haya ido produciendo y pronunciando, agravando así la percepción de nuestros propios obstáculos, a lo largo de estos meses de alarma sanitaria. “El confinamiento, el poco contacto con el aire libre, los índices económicos negativos, todo influye, sin que, a veces, seamos conscientes de ello”, explica. Por eso, con el fin de evitar un estado depresivo no anunciado y, por supuesto, de mejorar tu estabilidad emocional en cualquier circunstancia, desde Origen sugieren contestar a un breve test para chequear cuál es nuestra situación a nivel psicológico.

 

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1. ¿He presentado estado de ánimo decaído en el último mes?

El decaimiento en nuestro estado de ánimo es una de las señales que más personas están advirtiendo en estas fechas. Si ese estado ánimo va acompañado de apatía, o de dificultad a la hora de disfrutar de las actividades que antes te gustaban, y si tienes problemas de apetito o de sueño, que se vienen produciendo de manera recurrente en el último mes, podrías estar presentando síntomas depresivos en opinión de la experta.

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2. Cuando pienso sobre la situación pandémica y sus implicaciones, ¿siento ansiedad, miedo o angustia?

Nos ha tocado vivir una situación muy complicada. Lo cierto es que sentir angustia ante la enfermedad es normal, pero no obstante, la psicóloga advierte que es una señal que indica que hay algo que no estamos gestionando de la mejor manera. Precisamente por este motivo, y para evitar que vaya a más, lo mejor es prestarle atención, entenderla y gestionarla de manera correcta desde el principio.

 

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3. ¿Estoy teniendo problemas de sueño?

No son pocas las personas que reconocen estar durmiendo peor en estos meses en los que la crisis provocada por la pandemia del coronavirus lo ha trastocado todo. Tardar en conciliar el sueño o despertarse por la noche a menudo es síntoma de inquietud, de preocupaciones. Hay que estar atento, pues si esta situación se mantiene en el tiempo, es cuando nos tenemos que poner en manos de profesionales, dado que el no descansar de manera adecuada, puede derivar en la activación de otros síntomas.

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4. Cuando pienso en la posibilidad de contagiarme. ¿Cómo es mi preocupación?

Nunca hasta ahora habíamos vivido una situación similar a la actual, que ha roto nuestros esquemas tanto a nivel personal como social. Es normal que la preocupación por el contagio la tengamos todos. La diferencia es cuánto malestar y limitación nos está suponiendo. La experta nos cuenta que si esa preocupación deriva en ansiedad o miedo moderado o intenso, y siento temor a salir a la calle o a quedar, aun con las medidas de seguridad, hablaríamos de preocupación alta y limitante.

 

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5. ¿Me muestro optimista si pienso en tu futuro?

Cada persona ha afrontado esta situación de una forma distinta. Sin duda, tiene mucho que ver nuestra personalidad y la manera de hacer frente a las novedades, pero también cómo te esté impactando la situación que estamos viviendo. Si has estado expuesto a varios factores estresantes durante este período, o si, en cambio, no ha habido prácticamente cambios en tu rutina.

 

La psicóloga nos cuenta que, una vez que hemos hecho un análisis de nuestras respuestas a estas preguntas, toca sacar conclusiones. “Si en las tres primeras preguntas, tu respuesta ha sido afirmativa y podrías decir, que sí, que te afecta mucho, deberías consultar a un profesional de la salud mental. Si, además, te muestras preocupado por un posible contagio y ante el futuro inmediato, no esperes a que la situación se resuelva para encontrarte mejor. Pregunta a un psicólogo, en primera instancia, si precisas de apoyo terapéutico”, concluye Pilar Conde.

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