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Han llegado para quedarse por un tiempo con nosotros. Las mascarillas forman ya parte de nuestro día a día, convirtiéndose en un elemento de primera necesidad, debido a la crisis sanitaria de la COVID-19. Por eso, nos planteamos cómo debemos utilizarlas de forma correcta para evitar contagios, para conservarlas bien y hacer un uso correcto de las mismas, teniendo en cuenta que, junto con la higiene de manos y la distancia social, son nuestra mejor arma para prevenir la expansión del virus y lograr vencerlo. 

 

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¿Qué hacemos si se moja?

¿Qué debemos hacer si la mascarilla se humedece, tanto en los días de lluvia como si hacemos un deporte intenso con ella? Los expertos de SAFE Iberia, empresa española que se dedica a la fabricación y distribución de las mascarillas quirúrgicas, lo tienen claro: en caso de que la mascarilla se humedezca, es necesario cambiarla. “Las mascarillas quirúrgicas (por la naturaleza de su tejido) están fabricadas para un uso continuo de cuatro horas. Las condiciones externas pueden modificar esos tiempos y la lluvia, por ejemplo, sería una condición para sustituir la mascarilla”, nos dicen. Coincide la farmacéutica Meritxell Martí, que nos explica que si es de varios usos lavable, habría que lavarla y dejarla secar, cosa que no sucede con las de un solo uso. “Es tan fácil como pensar que si la mascarilla es un filtro, al estar mojada no va a tener esta función de filtro, si es de un uso al mojarse pierde además toda la forma que la hace estanca. Y en el caso de las otras, al mojarse, aumenta la capacidad de absorción de todas las partículas o, lo que es lo mismo en palabras coloquiales, haría como una esponja”, nos cuenta la gerente de Farmacia Meritxell, en Andorra.

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Retirarla para comer

¿Cómo debemos guardarla en los momentos en los que no la usemos, por ejemplo, cuando estamos comiendo en un restaurante? Partimos de que es preferible mantenerla siempre puesta para evitar que se contamine, pero en el caso de tener que hacerlo, en SAFE nos recomiendan utilizar fundas protectoras. Actualmente hay una gran oferta de este tipo de protectores en el mercado. “Tan importante es cómo la guardamos que cómo nos la quitamos. Hay que retirarla evitando tocar la zona externa al máximo, por las gomas por ejemplo, y manipularla lo mínimo, pues debemos tener en cuenta que podría estar contaminada en la parte de afuera”, nos detalla Meritxell Martí, que matiza que para guardarla, lo más adecuado es sin tocar la parte interna por supuesto y el mínimo la de fuera, guardarla en un estuche específico para ello, o en una bolsita o sobre. “No la debemos dejar encima de la mesa, donde están los alimentos, por ejemplo, ni rodando por el brazo”, añade la experta, que nos cuenta que hemos de tener presente todo el tiempo que la mascarilla la vamos a usar de nuevo cuando salgamos del restaurante y la parte de dentro tiene que estar en perfectas condiciones.

 

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Llevar una de repuesto

Si llevamos una de repuesto, como se recomienda por ejemplo a los niños en el colegio (algo que sería recomendable para todos), ¿cuál es la mejor forma de transportarla? “La mejor manera de transportarla es en una funda. Por este motivo, en Safe Iberia ofrecemos las mascarillas emblistadas individualmente. De esta forma se garantiza una protección tota del producto y se puede transportar con facilidad sin riesgo”, nos cuentan desde la firma española fabricante de mascarillas que presenta sus mascarillas en fundas individuales. Coincide Meritxell Martí, que explica que la de repuesto debe ir siempre en una funda o estuche, siempre lo más hermética posible. Desde el Ministerio de Sanidad recomiendan utilizar un sobre o una bolsita de tela, opciones sencillas que siempre podemos tener a mano. El papel es un material transpirable, por lo que al meter la mascarilla ahí la posible humedad se acaba evaporando y no se acumula. Aunque si está muy mojada, como decíamos al principio, conviene retirarla.

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¿Y si las usas más de 4 horas?

¿Qué sucede si nos vemos obligados a usarla más de las 4 horas recomendadas? No es lo recomendable, pero a veces puede pasar, por un descuido o una situación inesperada, pero lo cierto es hay que tener muy claro que las mascarillas higiénicas tienen una vida útil de 4 horas. El motivo es que si se hace un uso mayor a este tiempo, la mascarilla pierde el grado de efectividad, por lo que todo nuestro esfuerzo para prevenir contagios por el coronavirus puede irse al traste.

 

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¿Es eficaz airearla cuando no la estamos usando?

Lo cierto es que seguro que has visto mascarillas colgadas, aireándose, con la falsa creencia de que así las ventilamos y pueden seguir usándose. No está demostrado que esta afirmación tenga validez. “No debemos airear la mascarilla, ya que podríamos airear de esta forma virus o bacterias. Cuando este sucia por el uso o se han cumplido las horas recomendadas de utilización, se debe lavar si es de tela, o bien desechar o cambiar. Airear no elimina los virus ni las bacterias”, concluye Meritxell Martí.

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