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Productos lácteos

Las vacas que dan la leche que llega a nuestros mercados, o con la que se producen los derivados lácteos, están alimentadas con productos hormonados para garantizar que producen el máximo de leche y lo hacen sin interrupciones, aun cuando no tienen crías que hagan que su organismo necesite de forma natural producir leche.

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Alimentos fritos o con grasa

El aceite de oliva virgen extra es saludable. Pero cuando freímos este, o cualquier otro tipo de aceite, estamos convirtiéndolo en una grasa saturada que tiene un efecto negativo para nuestra salud, pues son estas grasas las que se acumulan en nuestras arterias y de esta forma son las responsables de una subida del colesterol malo o de padecer enfermedades cardiacas.

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Alimentos procesados

Todos los alimentos procesados tienen en común unos niveles muy bajos de agua, pues de esta forma garantizan que su conservación pueda ser más larga, y se cumple así una de las máximas de este tipo de alimentos: rentabilizar su precio con una duración mayor. Pero este hecho, la poca agua que tienen estos productos, produce que nuestra piel se deshidrate y que aparezcan antes las temidas líneas de expresión, arrugas y que tornemos a un color de piel cada vez más amarillo-grisáceo.

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