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Una dieta sana y equilibrada no sólo va a ayudar a los huesos, sino que evitará muchos otros problemas de salud como pueden ser la obesidad, la diabetes, la hipertensión, etc. De cualquier modo,  el calcio y la vitamina D son dos grandes aliados en nuestra alimentación para fortalecer nuestros huesos. 

En la sociedad occidental asociamos el calcio solo con los lácteos, pero existen muchos otros alimentos que aportan una gran cantidad de calcio y que debemos de tener presentes: verduras de hoja verde, legumbres, soja...

En cuanto a la vitamina D, el sol es la mejor fuente. 30 minutos al día son suficientes (guardando las debidas precauciones de protección solar) para asegurarnos la necearia. En cuanto a los suplementos, estos se tomarán únicamente con la prescripción del médico.

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El ejercicio es, sin duda, otro aspecto a tener muy en cuenta para mantener nuestros huesos sanos y fuertes.

Los ejercicios que más mejoran la densidad ósea y, por tanto, ayudan a prevenir la osteoporosis son los ejercicios de carga, son aquellos en los que el cuerpo intenta vencer la fuerza de la gravedad, y los ejercicios de resistencia

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