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Los muebles multifuncionales, que ofrecen más de un uso, son un elemento genial en casas pequeñas cuando el espacio, al ser reducido, no permite otras opciones.

Los sofás cama, por ejemplo, te ayudan a disponer de una cama más cuando lo necesitas, ya sea a diario o solamente de vez en cuando. La clave está es saber elegir este tipo de muebles que, además de estética, han de reunir ciertas condiciones que los hagan cómodos y funcionales.

 

Rentabilizar el espacio

A muchos de nosotros nos gustaría tener una casa más grande que la que tenemos. Seguramente alguna vez has pensado que te hace falta una habitación más en casa, un dormitorio extra, sobre todo cuando tienes visita y tienes que alojar a los invitados.

Contar con un buen sofá cama soluciona el problema de ofrecer tu casa a aquellos amigos que vienen a verte de lejos. Pero puede que no solo lo necesites para las visitas, sino que quizá tengas que hacer uso de este mueble de forma cotidiana. Por eso es importante saber elegir un buen sofá cama, que sea cómodo, resistente y duradero.

Un sofá cama de calidad te ofrece muchas ventajas si vives en una casa pequeña. Además de rentabilizar cada metro cuadrado al máximo, es una solución económica para contar con dos muebles en uno.

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El tamaño perfecto

Una de las claves para acertar en la elección del sofá cama es dar con el tamaño adecuado para nuestra casa. Por eso lo primero que debemos pensar en dónde vamos a colocarlo: si es un sofá para el salón o para alguna otra habitación como un estudio o un cuarto infantil. En función del espacio disponible podremos elegir un modelo más o menos voluminoso.

Hay que tener en cuenta las dimensiones del sofá una vez convertido en cama, ya que debe haber espacio suficiente para desplegarlo sin necesidad de estar moviendo los demás muebles de la habitación, especialmente si vas a usarlo a menudo. Además, han de quedar unos 60 cm alrededor para poder movernos cómodamente por la habitación.

También es importante tener en cuenta el tipo de apertura del sofá cama para poder elegir el que más nos conviene. Las dimensiones estándar para sofás cama dobles son 120 x 190 cm, o 160 x 190 cm. Existen sillones muy prácticos que se convierten en camas individuales de 80 x 190 cm.

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La comodidad es esencial

Tanto si lo vas a usar como cama, ya sea de invitados o de uso diario, como si va a ser el sofá de tu salón, es esencial que el sofá cama sea cómodo. Apostar por un modelo barato no es buena idea, ya que resultará incómodo y tendrás que cambiarlo más pronto que tarde. Es mejor invertir desde el principio en un sofá cama de calidad que, aunque más caro, será mucho más confortable y te durará más tiempo.

También has de pensar en el sistema de apertura, para que sea fácil de abrir y cerrar. Es importante que el sofá cama cuente con un buen colchón, aunque sea plegable. Elige un modelo de espuma de alta densidad del grosor adecuado. Los colchones que quedan ocultos en el interior duran más, ya que tienen menos desgaste (solo cuando el mueble está en modo cama).

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Elige tu estilo

Si piensas que los sofás cama son muebles poco estéticos que no se integrarán en la decoración de tu casa, enseguida te darás cuenta de que no es así. Puede que en el pasado no se cuidase tanto el diseño en este tipo de muebles, priorizándose siempre la funcionalidad. Sin embargo, hoy día puedes encontrar sofás cama muy decorativos, de todos los estilos, por lo que te resultará fácil dar con el modelo adecuado. Los hay de líneas contemporáneas que parecen sofás de diseño, con chaise-longue incorporada, y otros modelos de líneas clásicas, de formas redondeadas.

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De apertura italiana, muy confortables

Existen muchos tipos de sofá cama: de diferentes formas y tamaños, y con distintos sistemas de apertura. Un modelo muy habitual, por su comodidad y resistencia, son los de apertura italiana.

Se abren con facilidad, abatiendo hacia el frente el cuerpo central del sofá tirando desde el respaldo, de forma que el mecanismo despliega el somier y el colchón, convirtiéndose en cama. El respaldo y los asientos quedan debajo, y tienen la ventaja de que pueden cerrarse con la cama hecha. El colchón es un elemento independiente en este tipo de sofás, por lo que podrás cambiarlo si es necesario.

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De apertura tipo libro

En este tipo de sofás cama el respaldo se pliega hacia atrás hasta quedar plano, de forma que el sofá se convierte en cama. Es un sistema muy rápido y fácil de abrir, ya que solamente hay que accionar unos resortes y empujar el respaldo.

Es importante que la base del sofá cama sea estable y resistente. El colchón es el mismo cuando el mueble se usa como sofá y como cama, y tiene unos pliegues para poderse doblar. Es un sofá menos confortable que el de apertura italiana, pero puede resultar perfecto para un uso ocasional.

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Un sofá con chaise-longue

Cuando el sofá del salón es el que tiene que incorporar una cama extra y se necesita un modelo de grandes dimensiones, lo mejor es elegir un sofá cama con chaise-longue. De esta forma, además de contar con la cama doble, podremos disponer de una tercera cama extra gracias a la chaise-longue.

Una vez cerrado, el conjunto ofrece un sofá de diseño actual muy decorativo. Existe una gran variedad de modelos, diseños y tapizados para elegir el que mejor se adapta al estilo del salón.

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Equipado con cama nido

Los sofás con cama nido son muy prácticos y su apertura no puede ser más cómoda y sencilla. Debajo del sofá se aloja un cajón grande con ruedas en el que se oculta un colchón. Para abrirlo solamente hay que deslizarlo tirando hacia afuera.

Tiene la ventaja de que puede cerrarse con la cama hecha, aunque por lo general es de uso individual dadas las medidas. Una vez fuera, se pueden desplegar unas patas para subir la altura de la cama inferior. Es un tipo de sofá cama muy habitual en cuartos infantiles, en estudios y otro tipo de habitaciones, más que en el salón.

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Claves de mantenimiento del sofá cama

Si ya has dado con el sofá cama perfecto para ti, es importante que adoptes una buena rutina de mantenimiento para conseguir que te dure mucho tiempo en perfectas condiciones.

- Ábrelo y ciérralo siempre con suavidad, evitando los golpes que pueden estropear la estructura con el tiempo.

- Presta atención a las instrucciones de limpieza de la tapicería y de la estructura. No utilices limpiadores agresivos que puedan dañar los tejidos.

- Utiliza siempre una funda para el colchón.

- Aspíralo una vez a la semana para limpiarlo en profundidad.

- Si necesitas mover el sofá cama, hazlo con cuidado procurando que las patas no sufran.

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