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A la hora de decorar salones reducidos es importante tener en cuenta ciertas claves de diseño que te ayudan a organizar el espacio de la mejor manera posible. Evitar algunos de los errores más frecuentes es posible y te ayudará a conseguir un salón acogedor y con mucho estilo.

 

Apostar por demasiados elementos

Lo primero que debemos hacer es ser conscientes del espacio que tenemos. Si nuestro salón es pequeño no debemos caer en la tentación de incluir demasiadas cosas: aunque haya sitio para ellas, el resultado puede ser agobiante.

No importa el tamaño. Aunque se trate de cosas pequeñas no debemos pasarnos con el número, ya que llenar demasiado el salón impide que podamos movernos con comodidad. Por eso es importante elegir pocos muebles y colocarlos dónde resulte más fácil circular por el salón, sin bloquear pasillos ni zonas de paso.

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No aprovechar el espacio en vertical

Cuando los metros cuadrados escasean es una gran idea aprovechar al máximo el espacio que nos ofrecen las paredes, especialmente esos huecos en los que no hay puertas ni ventanas. Elige en función de tus necesidades y de las circunstancias del espacio: armarios altos, estanterías altas, estantes volados, ganchos y percheros, etc.

Otra forma de aprovechar las paredes es utilizarlas como espacio para decorar con cuadros. Puedes, por ejemplo, montar una pequeña galería en alguna pared libre, aunque esta sea pequeña.

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Caer en el desorden

Los espacios desordenados se ven siempre más pequeños de lo que son. Por eso, si a tu salón no le sobran los metros cuadrados debes poner interés en mantener el orden. Es la manera de conseguir que no parezca aún más reducido. Trata de evitar que se acumulen las cosas que están fuera de su sitio. Busca soluciones de almacenaje prácticas y efectivas y dedica un tiempo cada día a lograr que el orden sea una realidad. Así tu salón será más fácil de limpiar y, además, se verá más despejado.

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Equivocarse con las soluciones de almacenaje

Este error está relacionado con el anterior, ya que no diseñar adecuadamente los espacios para guardar en un salón pequeño puede ser la causa de que el orden brille por su ausencia. No conviene poner pocos muebles con espacio de almacenaje, pero tampoco demasiados.

Una buena idea es elegir elementos con varias funciones, como las mesas con tapa y espacio en el interior, o pufs con sitio para guardar, etc. Si te decides por armarios, aparadores o estanterías, vigila las dimensiones y el fondo para que no ocupen demasiado.

Un consejo: ten especial cuidado con las estanterías abiertas, ya que es fácil caer en la tentación de llenarlas excesivamente, lo que hará que se vean desordenadas.

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No iluminar correctamente

Este es otro de los errores que se suelen cometer al diseñar un salón pequeño: no dotarlo de la iluminación adecuada. Para que un espacio se vea más amplio y diáfano debe contar con la suficiente luz, ya sea esta natural o artificial. Además de iluminar correctamente, con varias lámparas que ofrezcan luz general, ambiental y luz puntual donde se requiera, puedes utilizar otros trucos interesantes como poner espejos que reflejen la luminosidad, pintar las paredes de colores claros, etc.

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Crear espacios excesivamente simples

Cuando tenemos que decorar un salón pequeño solemos centrar nuestro esfuerzo en conseguir que parezca más amplio de lo que es. Eso nos lleva a escoger formas sencillas, a poner pocos elementos y optar por el blanco o por colores claros. El resultado puede ser demasiado simple y con poco carácter. Un tanto frío y desangelado. Para evitarlo es recomendable incorporar ciertos elementos que añadan confort y hagan que los espacios sean más acogedores. Puedes optar por elementos textiles que pongan una nota de color, o por algún mueble especial que sume personalidad al conjunto.

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Elegir elementos que no combinan

Si no tenemos mucho espacio en nuestro salón se hace más importante lograr que los muebles y objetos decorativos que elijamos armonicen entre sí. Por eso merece la pena optar por dos lámparas iguales o cojines a juego para lograr un efecto más armonioso. Huye de los elementos inconexos que se ven extraños en espacios pequeños.

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Poner piezas demasiado voluminosas

A la hora de elegir los muebles para un salón pequeño es mejor optar por diseños ligeros y poco voluminosos. Renuncia, por ejemplo, a los sofás o las butacas grandes de respaldo alto y grande: aunque tengas el espacio para colocarlos, darán sensación de agobio en estancias pequeñas. Tampoco elijas diseños con brazos muy armados. Es mejor elegir muebles ligeros y sencillos que ocupen menos. Otros trucos pueden ser elegir mesas de cristal, más ligeras visualmente, o muebles y sofás con patas finas.

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No manejar bien los colores

Demasiados colores en la proporción incorrecta pueden conseguir que tu salón pequeño parezca aún más reducido. Si bien es cierto que no existe un color especialmente recomendable para espacios pequeños (más allá de que se los tonos claros son más acertados), saber emplear el color es clave.

Ya sabemos que el blanco puede resultar frío y demasiado simple, y que es posible utilizar colores más intensos y alegres. Sin embargo, también hemos de aprender a manejarlos: puedes elegir un color de base que unifique y dos o tres tonos más vivos para resaltar determinados objetos.

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