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Parece una planta sencilla, sin muchas pretensiones, pero es capaz de aportar mucha belleza a tu jardín. Le dará al espacio un aire natural y campero realmente especial. La gaura (Gaura lindheimeri o Oenothera lindheimeri) es, además, una especie de gran resistencia que te dará muchas alegrías y no te planteará problemas. Aprende a cuidarla y disfrútala.

 

Flores muy especiales

Cuando la gaura florece, el jardín se llena de naturalidad y belleza. La floración de esta planta es bastante larga, desde inicios de primavera hasta bien instaurado el otoño, prácticamente de mayo hasta finales de octubre.

Las flores de la gaura son sencillas y de pequeño tamaño, con cuatro pétalos de color blanco o rosado. Surgen al final de los tallos largos y delgados de la planta, de forma que, vistas de lejos, las flores parecen flotar, ofreciendo un paisaje lleno de encanto.

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Cómo usar la gaura en el jardín

La gaura tiene diversas aplicaciones en el jardín. Para empezar, es perfecta para formar macizos y parterres. Puedes crear con ella masas vegetales que se llenarán de color cuando comience la floración. Se trata de una planta de porte medio, que alcanza entre 50 cm y 1 m de altura.

Plántala a comienzos de la primavera, abonándola con un fertilizante con alto contenido en fósforo para lograr un buen enraizamiento. A la hora de formar los macizos, deja unos 30 cm de separación entre las plantas de gaura, para evitar que estén demasiado juntas. Cuando llegue el verano, tus gauras estarán ya crecidas y en flor.

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Sola o en compañía

Aunque la gaura es una planta perfecta para jardines de tamaño medio o grande, ya esté plantada sola o combinada con otras especies como gramíneas, también puedes cultivarla en maceta, o poner varios ejemplares en una jardinera. Es la manera perfecta para disfrutar de su belleza también en la terraza, y no solo en el jardín.

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¿Qué especie elijo?

Dentro del universo botánico, existen diversas variedades de Gaura lindheimeri que puedes seleccionar para tu jardín, y que resultan bellas y fáciles de cuidar.

- Gaura “Whirling Butterflies”. Es una de las variedades de gaura más populares. Sus flores blancas tienen los botones de color rosa intenso.

- Gaura “Rosyjane”. Las flores son de dos colores: blanco y rojo cereza. Sus hojas son pequeñas y de un verde intenso.

- Gaura “Sparkle White”. Crece en matas compactas y sus flores son de color blanco. Perfecta para cultivar en maceta.

- Gaura “Siskiyou Pink”. Una planta compacta de flores rosa fuerte. Es perfecta para climas secos, ya que tolera bien la sequía.

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El mejor emplazamiento en el jardín

Para cultivar la gaura en las mejores condiciones para ella, búscale un lugar con buena luz natural para que florezca de manera más abundante.

Es poco exigente en cuanto al suelo, por lo que puedes emplear sustrato universal y añadir arena a la mezcla para conseguir un buen drenaje. Es buena idea que, una vez al año, añadas al terreno un aporte de materia orgánica para fertilizar el suelo: guano, estiércol, etc.

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Para todo tipo de climas

Una de las cualidades que presenta la gaura (Gaura lindheimeri) es que se trata de una planta muy resistente que crece feliz en todo tipo de climas.

En verano soporta bien el calor y las altas temperaturas, por lo que es una estación esplendorosa para ella. Tampoco le molesta el sol intenso. Durante el invierno, la gaura también aguanta el frío, incluso si las temperaturas son extremas. Soporta heladas de hasta -10º C.

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El riego adecuado

La gaura resiste bien el calor y las altas temperaturas y no es exigente en cuanto al riego. Tiene suficiente con dos riegos semanales en verano. Como es una planta que no soporta el encharcamiento, es importante no regarla en exceso, ya que las raíces podrían pudrirse.

Un consejo: si es posible instala un sistema de riego por goteo para tus plantas de gaura. El agua llega a las raíces de forma profunda, lo que le va mejor que el riego aéreo.

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¿Hay que podar la gaura?

Son varios los motivos por los que la gaura debe ser podada. Para empezar, si la podas podrás prolongar su floración. La gaura rebrota a finales del invierno y florece de nuevo en torno a marzo o abril. Pódala a media altura para que florezcan de nuevo en junio. De esta forma aguantan todo el verano, ya que de lo contrario los tallos se agostan, ya que son finos y acaban por caer hasta quedar tumbados.

Una vez acabe la floración, en septiembre o a principios de octubre, es buen momento para podar de nuevo las matas de gaura, a unos 10 cm del suelo.

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Plagas y enfermedades

Es una planta muy resistente ante las plagas y las enfermedades, aunque puede sufrir sus ataques, especialmente si no la cultivas en las condiciones adecuadas. En ese caso la gaura se vuelve vulnerable al ataque de cochinillas, pulgones y otros insectos como la mosca blanca o la araña roja.

Si detectas la presencia de alguna de estas plagas, utiliza un insecticida adecuado para combatirlas. ¿Te preocupa la salud del medio ambiente? Utiliza un insecticida ecológico.

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