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Ya ha llegado la primavera y los días empiezan a ser más largos, lo que significa que es el momento de airear tu casa y prepararla para los meses de más calor haciendo una limpieza general. La limpieza de primavera hará que tu casa (y tú) os sintáis renovados y que la veas con otros ojos. Dejarás la casa como nueva y eso se traducirá en un mejor estado de ánimo. Así que coge el trapo y el aspirador y ponte manos a la obra. Te damos varios consejos para que dejes tu casa impecable y no se te haga cuesta arriba. 

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Traza un plan

Antes de ponerte a limpiar, es importante que te planifiques bien. No es un maratón, así que reserva los días que creas que vas a necesitar y hazte con los productos de limpieza que no tengas y vayas a utilizar. Asimismo, te recomendamos que impliques a todos los miembros de tu familia. Cada uno debería ocuparse de su dormitorio y participar en la limpieza del resto de la casa como un equipo. Finalmente, planifica un horario y cíñete a él. Si te organizas bien y limitas las horas de limpieza, la limpieza de primavera será mucho más llevadera. 

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Comienza por los armarios de los dormitorios

Empezar por los armarios no hará que poco a poco vayas viendo los resultados, pero es una de las partes más tediosas y así te la quitas de encima cuando antes. Así que coge la ropa de invierno, lava lo que consideres necesario y, cuando esté bien seco (o si no, la ropa cogerá olores), guárdala en bolsas ahorra espacio, con las que conseguirás que todo ocupe mucho menos. Aprovecha para limpiar el armario y revisar entre lo que no utilizas, está roto o se ha quedado viejo. Lo que se pueda aprovechar, dónalo. ¡Te quitarás el cambio de armario enseguida! 

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Continúa por los dormitorios

Cuando hayas revisado los armarios, cómodas y mesitas de noche donde guardas la ropa, le ha llegado el momento a la cama. Si tu edredón se puede lavar en la lavadora, hazlo; si no, prepáralo para llevar con los de los otros dormitorios a una tintorería. 

Asimismo, limpia el colchón y dale la vuelta (lo tendrías que hacer cada tres meses aproximadamente, a no ser que tenga lado de invierno y verano, que solo lo tendrás que hacer dos veces al año). Aprovecha para vestir la cama con ropa más fresca.  

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Siguiente paso, alfombras y cortinas 

No te olvides de limpiar la alfombra de los dormitorios, así como los suelos (también debajo de la cama y, si es posible, debajo de armarios, cómodas y mesitas de noche). Para una limpieza exhaustiva, te recomendamos que primero las aspires y la limpies y, después, la recojas para poder limpiar bien el suelo: barriéndolo y fregándolo.  Aprovecha también a lavar las cortinas y cambiarlas si tienes cortinas de invierno, más gruesas.

Un consejo: no te pongas como loca a poner lavadoras. Espera a tener las cortinas de varios dormitorios para lavarlas juntas, si es posible y permiten el mismo tipo de programa. Cuando haya terminado la lavadora, cuélgalas en el dormitorio correspondiente para que se sequen y perfumen el dormitorio. 

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Repasa el estudio

Si tienes una estancia de tu casa destinada a trabajar, aprovecha la limpieza de verano para poner en orden todos los papeles y libros que tengas atrasados. Clasifica las facturas, comprueba los papeles y tira todo aquello que no tenga utilidad. Ordena las estanterías y, si has dejado cosas de por medio, recógelas. 

Pero, como bien sabes, lo más importante es la mesa de trabajo, que para que te ayude en la concentración del día a día debería estar despejada y limpia. Revisa que todos los bolígrafos y rotuladores que tengas, tienen tinta. Si no es así, a la basura. Quita todo lo que tengas en la mesa, incluido el ordenador, y límpiala bien. Aprovecha también para limpiar el ordenador y el teclado, que suelen acumular mucha suciedad. La pantalla límpiala con un producto especial para pantallas, mientras para que el teclado puedes utilizar el aspirador (mira estos trucos con el aspirador) y pasarlo con un paño ligeramente húmedo. 

Finalmente, limpia la alfombra y lava las cortinas, como te hemos recomendado hacer en los dormitorios. 

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Baño, ha llegado tu momento

Probablemente, sea uno de los pasos de la limpieza de primavera que más cuesta arriba se te hace. Si crees que no te va a dar tiempo a hacerlo en un día, puedes hacerlo en dos jornadas. Lo mismo si tienes más de un baño en tu casa. Sigue la misma dinámica que en el dormitorio: comienza por el interior de los armarios, revisando lo que esté caducado o que no uses y tirándolo. Limpia el interior y ordena los productos por función (o usuario, como os sea más cómodo). Después, limpia el baño como lo haces habitualmente, sumando a tu rutina los azulejos. Echa todas las toallas a lavar y termina con el suelo. 

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Limpia el salón a fondo

Antes de ponerte a limpiar, recoge todo lo que tengas por medio y guárdalo en su sitio. Después, comienza limpiando el mueble del salón. Empieza de arriba a abajo, es decir, limpiando el polvo primero de los estantes más altos y yendo hacia abajo. Puesto que es una limpieza a fondo, saca los libros, repasa los lomos quitándoles la suciedad y haz lo mismo con los estantes vacíos. Si tienes una vitrina, limpia también su interior. Respecto a la televisión, utiliza un producto específico para pantallas o pasa un paño de microfibra seco. 

Cuando hayas terminado, le toca el turno al sofá. Antes de limpiarlo, muévelo, barre y friega el suelo. Colócalo de nuevo en su posición y procede a la limpieza del sofá. Aprovecha para cambiar las fundas de los cojines por otras más primaverales y lava las que están puestas. 

Como en las otras estancias, limpia la alfombra y quita las cortinas para lavarlas. Finalmente, saca de la estancia todo lo que puedas para que sea más fácil limpiar el suelo, desde las sillas del comedor, hasta la mesa de centro. Así te será más cómodo.   

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Da un repaso general a la cocina

Aunque no lo creas, dejar la cocina para el final es lo más adecuado, ya que será tu centro de operaciones: donde tienes los productos de limpieza y vas dejando la ropa que hay que lavar, como las fundas de los cojines o las cortinas. 

Para limpiar a fondo la cocina, haz como en el salón y empieza de arriba a abajo. Comienza con la parte superior de los armarios: saca todo y limpia su interior con una mezcla de agua y vinagre, que te ayudará a eliminar la grasa que pueda haber en el interior. Pasa también los frentes de la cocina. Continúa por los armarios bajos y deja las paredes y la encimera para el final. Respecto a esta, quita todo lo que tengas por medio y déjala cuando más liberada sea posible. Guarda los pequeños electrodomésticos que no uses con frecuencia y utiliza una bandeja para agrupar objetos, como los aliños de las ensaladas. Finalmente, limpia el suelo. 

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Cosas que tienes que limpiar en todas las estancias

Además de las alfombras, las cortinas y los suelos, hay varias cosas que tienes que repasar en todas las habitaciones. Las lámparas son uno de ellos, pero también los cuadros o espejos, así como las puertas, rodapiés y los marcos de las puertas. 

También las ventanas son importantes, pero puedes destinar una jornada a limpiarlas, de manera que no tengas la casa empantanada tanto tiempo y te organices por estancias o tipo de limpieza. 

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No te agobies con las lavadoras

La limpieza de primavera conlleva poner varias lavadoras con los edredones, las cortinas, etc. Pero no quieras hacerlo todo en un solo día. Ve haciéndolo poco a poco. Puedes comenzar por las cortinas para así ver alguna de las estancias ya terminada y dejar para el final esas cosas que son para guardar y con las que te corre menos prisa. Lo más importante es que no guardes nada húmedo: espera a que se seque todo bien antes de guardarlo, ya que podría coger humedades y estropearse. 

Para que sea más llevadero, separa la ropa por tejidos o colores y no pongas lavadoras al tuntún, puesto que supondrá un gasto extra de energía. 

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