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¿Delante o detrás de la ventana? ¿En una esquina o en el centro de la habitación? Tan importante cómo elegir el sofá ideal, es encontrarle la ubicación perfecta, ya que estamos ante el mueble estrella del salón, aquel alrededor del cual se organiza todo. De él dependerá el tamaño y la forma de la mesa de centro, la televisión e, incluso, la librería, ya que asegura la perfecta convivencia de los distintos elementos. Sin olvidar que una correcta ubicación permite aprovechar mejor los metros, diseñar recorridos cómodos sin convertir la estancia en una carrera de obstáculos, y no obstaculizar la circulación de la luz. Descubre las 11 mejores maneras de colocarlo e integrarlo en la decoración del salón.

 

1. De espaldas a la ventana

Esta posición permite disfrutar de una agradable entrada de luz, de forma que, sentada en el sofá, puedes sentir el calor del sol y lograr una estancia luminosa. Este tipo de distribución, sin embargo, requiere elegir bien. Para que funcione y permita el paso de la luz natural, no debe tener un respaldo demasiado alto para no interferir con la apertura de las ventanas. Además, esta colocación es ideal para jugar con la carta de la armonía y conjuntar los cojines con las cortinas o el resto de las telas de la estancia.

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2. Frente a frente

A priori, tener dos sofás no es fácil, sobre todo si se trata de un salón de pocos metros, donde resulta más indicado jugar con dos sillones. No obstante, si el tamaño de tu estar lo permite, colocar dos modelos enfrentados aportará un plus de estilo y elegancia, al mismo tiempo que favorecerá la convivencia. Eso sí, no los escondas. La mejor opción es el 'cara a cara', en medio de la habitación para ganar fluidez. En función del efecto que quieras crear, un aire más sofisticado o informal y juvenil, opta por dos diseños gemelos, iguales de diferente color o distintos compartiendo tono. Juega en paralelo con la decoración, usa los colores de los cojines, añade una alfombra y alguna mesa auxiliar, que complemente a la de centro.

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3. En el centro

Esta disposición es solo apta para atrevidas, ya que colocar tu sofá en el centro del estar hará que la distribución sea más compleja. De esta manera, le otorgarás el papel principal, alrededor del cual se situarán el resto de muebles. El salón girará en torno al sofá, definirá las diferentes actividades de la estancia (zona de TV, zona de comedor...) y su respaldo actuará como separador de espacios. Eso sí, para que esta disposición funcione y cause el efecto deseado, deberás elegir un modelo espectacular tanto en tamaño como en diseño, color o tapizado. Es preciso que todos los ojos están puestos en él.

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4. Delante de la chimenea o el televisor

Es una de las posiciones clásicas a la hora de configurar una zona de estar familiar y cómoda donde se hace vida. Si está delante de la chimenea, ten en cuenta que puede provocar una ‘guerra’ estética de poder. En ese caso, lo ideal es que el sofá sea discreto y ceda protagonismo a la chimenea y al fuego en sí. Si se trata de la televisión, esta amenaza desaparece. En ambos casos, ojo con la distancia. 

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5. Contra la pared

Es la ubicación más habitual, especialmente en salones de pocos metros donde resulta muy práctica. Colocado de esta manera, el sofá sigue las líneas de la pared y permite a quien se sienta en él ‘controlar’ toda la estancia, una posición muy útil en un salón comedor. En cuanto al tamaño del sofá, tanto los pequeños como los grandes se adaptarán a esta disposición, si se guardan bien las proporciones. Siempre que puedas, ponlo cerca de una ventana, para que reciba la luz y la energía del sol. Para completar el conjunto, puedes decorar la pared y aportar un plus de estilo.

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6. Un sofá rinconero para estructurar el salón

Aliado de los grandes salones, el sofá esquinero proporciona una atmósfera más vivida en el día a día. Además, su forma en 'L' es ideal para modular ambientes dentro de una misma estancia. Este tipo de sofá también puede ser reversible con la posibilidad de colocar el ángulo a la izquierda o a la derecha, según tus necesidades y la orientación que quieras darle. Aunque, puedes situarlo en un rincón de la estancia, lo idóneo es darle un lugar central, que realce su valor decorativo y potencie su capacidad para estructurar el espacio.

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7. Adosado a un mueble

En un salón pequeño, una buena idea es apoyar el sofá contra un mueble para crear una separación y dividir el espacio. De espaldas a una estantería baja o contra un aparador, por ejemplo, permite delimitar también distintos ambientes en una gran estancia. En un momento en el que triunfa el ‘open concept’ y los tabiques entre la cocina, el salón y el comedor desaparecen, jugar con el sofá como elemento divisorio es un gran acierto. Aunque pueden ir solos, su efecto ‘barrera’ será aún mayor si, como recomiendan desde ManoMano, “esté a igual o menor altura que el respaldo para evitar añadir más volumen a nuestro campo de visión”.

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8. En una esquina

Disponer un sofá en un rincón de un salón funciona tanto en un salón grande en el que se quiere diseñar dos ambientes distintos (estar y comedor, por ejemplo) dentro de la misma habitación, como en un salón pequeño, en el que se busca ampliar visualmente los metros, ya que este tipo de ubicación optimiza el espacio y crea un ambiente acogedor. Una de las virtudes de esta configuración es que puedes jugar con los contrastes entre las paredes que forman el ángulo, usando papel pintado, un color distinto, un tabique de cristal, una alfombra especial…

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9. De espaldas a la entrada

Esta disposición es perfecta en una vivienda pequeña que no tenga un pasillo o en recibidores abiertos al salón, ya que se delimita desde la entrada. Para este tipo de distribución, lo ideal es elegir un modelo con respaldo alto, que actúe (casi) como un auténtico tabique. En función de su forma, en ángulo o rinconero, puedes crear una zona de estar que funcione como una isla independiente. Refuerza esa sensación con una alfombra o una mesita auxiliar en uno de sus lados.

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10. Debajo de las escaleras

Si tienes una escalera en el salón, una buena idea es colocar debajo el sofá, ya que sentada no necesitas un techo alto y así, además, ahorrarás espacio, algo importante si no tienes un estar muy grande. Para completar el conjunto, puedes montar un acogedor rincón con una librería a medida y jugar con el poder de las alfombras, para potenciar la sensación de hogar o delimitar ambientes dentro de un espacio común.

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11. Separado de la pared

En muchas ocasiones, nos encontramos con que no podemos optar por la distribución que más nos gustaría por tener una salida al jardín, una zona de paso o una librería justo donde querríamos ubicar nuestro sofá. “La solución perfecta para solventar este problema sería retirar el sofá de la pared al menos un metro para dejar una zona libre y, de esta forma, poder circular o acceder de una estancia a otra con comodidad”, señala Paula Silvagni de ManoMano.

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