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Una de las cuestiones más importantes al decorar el dormitorio es elegir el cabecero de la cama. Si el sofá es el rey del salón, es indiscutible que, en el espacio en el que descansamos, el centro de todas las miradas es el cabecero. Y su elección es algo que, muchas veces, no meditamos lo suficiente. Y es que esta pieza que enmarca nuestra cama y viste la habitación es el elemento que determinará el estilo, los colores y el resto de muebles que elijas para la estancia. Dentro de todas las preguntas que nos hacemos al hacernos con nuestro cabecero es: ¿de madera o tapizado? Analizamos los pros y contras de cada uno. 

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Por qué tu dormitorio necesita un cabecero

Puede que hayas visto cientos de imágenes de dormitorios sin cabecero en las revistas de decoración o copando publicaciones en las redes sociales. Pero lo cierto es que el cabecero no solo tiene una función decorativa en el dormitorio. También es una pieza funcional y práctica que aísla la cama del frío y del calor de la pared, dependiendo de la época del año. Pero también protege la pared de la suciedad, evitando que se manche con el roce de la almohada y la ropa de cama. Asimismo, al enmarcar la cama, aportan sensación de seguridad. Y, por supuesto, también son la pieza decorativa clave, capaz de dar carácter y personalidad al dormitorio. 

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Ventajas de los cabeceros de madera

Como ya hemos mencionado, un cabecero ayuda a dar personalidad al dormitorio. Pero, además, al elegirlo de madera conseguirás un toque de calidad extra. Y es que la madera es un material capaz de dar calidez al espacio gracias a su carácter natural y la belleza de las vetas. Son la opción más duradera y resistente, siendo, además, muy fáciles de limpiar. 

Sumándose a estas ventajas, los cabeceros de madera son atemporales y no pasan de moda, ya que tienen carácter propio. Una de sus principales virtudes es que existen diseños para todo tipo de dormitorios, desde los más rústicos –con la madera en su estado más natural–, a los más modernos –en los que esta luce unos colores más oscuros, como nogal, cerezo o palisandro–. Otra de las razones para elegir un cabecero de cama es que facilita la elección del resto de muebles del dormitorio. Muchos se venden con las mesitas y la cómoda del mismo modelo.

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Cabeceros tapizados: motivos por los que gustan

Si los cabeceros de madera suben la temperatura del ambiente, los tapizados lo hacen también al tacto. De chenilla, terciopelo, lino o algodón, sea el que sea el tejido que elijas para tu cabecero tapizado son un recurso ideal para dar calidez y sumar estilo. Este tipo de cabeceros son un must en dormitorios clásicos, pero también los encontramos en dormitorios modernos, aunque caracterizados por un diseño más limpio, sencillo y minimalista. 

Si eres una persona a la que le gusta leer o ver una serie en la cama, esta opción es para ti, ya que son más cómodos que los de madera (o cualquier otro material) y permiten apoyar la espalda cómodamente. ¿Y lo mejor? Que si se estropean puedes llevarlo a tapizar y, con un tejido nuevo, podrás cambiar por completo la imagen de tu dormitorio. 

Sumándose a estas ventajas, los cabeceros tapizados permiten decorar tu dormitorio con unidad, eligiendo el mismo tejido (o similar) para los cojines, las cortinas o el tapizado de una butaca o el pie de cama.  

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Inconvenientes de los cabeceros de madera

Aunque son una opción atemporal muy decorativa, los cabeceros de madera tienen algún hándicap si los comparamos con los tapizados. Son más incómodos y fríos, ya que si los utilizamos para apoyarnos, será necesario colocar varios cojines entre el mueble y nuestro cuerpo. Y también son algo más ruidosos cuando se mueve la cama, así como más pesados, puesto que muchos son de madera maciza. En cuestiones de estilo, dependiendo del diseño, se adaptan peor a otras tendencias.

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Desventajas de los cabeceros tapizados

Uno de los principales problemas de los cabeceros tapizados es su precio y es que suele ser algo más elevado que los de madera –aunque siempre dependerá de la calidad del relleno, la estructura y el tejido que elijas–. Asimismo, su limpieza es mucho más delicada, pues tendrás que tratar las manchas en seco y con mucho más cuidado que con los de madera.

Un consejo: antes de aplicar cualquier tipo de producto de limpieza o remedio casero, haz una prueba en una zona del tejido que no se vea. 

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7/9 © Mercè Gost Photo para Tinda's Project

¿Qué tejido es mejor para mi cabecero?

La elección dependerá del tipo de efecto que quieras en el dormitorio. Los de lino son los más decorativos, gracias a la arruga natural propia de este tejido y su efecto natural. Para un efecto elegante y sofisticado, elige un tejido de terciopelo o chenilla (cuyo entramado está compuesto por hilos entrecruzados que le confieren un aspecto aterciopelado y suave). Otra opción son los tejidos resistentes a las manchas y que son mucho más fáciles de limpiar, como los que se utilizan para el tapizado de sofás. Finalmente, los de piel y polipiel son duraderos, aportan un look moderno y muy resistentes. 

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Los híbridos son los que mejor funcionan

Si no tienes claro si decidirte por una opción u otra, aquí una propuesta. ¿Por qué no elegir un cabecero tapizado que combine ambas opciones? Puedes hacerte con un cabecero con estructura de cama de madera y detalles tapizados en el cabecero. Otra opción son los que vienen enmarcados, con un efecto de lo más elegante y sofisticado. Disfrutarás de las ventajas de ambos tipos de cabecero y tu dormitorio ganará en estilo y elegancia. 

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Tendencias en cabeceros: ¿qué es lo que se lleva? 

Si te gusta estar al día de las tendencias, ten en cuenta que lo que se llevan son los cabeceros tapizados y combinados con papel pintado en la pared, a modo de pared de acento. Este recurso hará que ambos elementos destaquen aún más y el cabecero gane protagonismo. Otra de las modas que triunfan en los dormitorios este año son los cabeceros de fibras, una especie de cabeceros de madera con algo más de calidez y un aspecto boho que les confiere facetas muy acogedoras y cálidas. 

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