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Soñamos con ser organizados en casa y, sin embargo, y a pesar de nuestros esfuerzos, vemos que no siempre luce como esperamos. No pienses que es culpa tuya o de tus hijos. A veces no se trata tanto del cómo sino del qué. De hecho, el orden requiere una inversión mínima. Y estos 11 muebles y accesorios pueden cambiarlo todo, ayudándote no solo a ordenar sino también creando sensación de felicidad, relajación y, por supuesto, ofreciéndote espacio extra. Eso sí, antes de ir de compras, es necesario hacer limpieza, deshacerte de todo aquello que no usas y no usarás en el futuro y quedarte únicamente con lo que es importante o sencillamente te hace feliz. Porque, nunca habrá organizadores suficientes que pongan orden al caos y el exceso. Y después, recuerda invertir con cabeza y sentido estético porque adquirir varias cajas iguales en lugar de desparejadas, por ejemplo, resulta mucho más bonito.

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1. Cestas en el suelo

Aunque se les puede acusar de ser un comodín provisional y de ‘ensuciar’ visualmente el suelo con su presencia, lo cierto es que las cestas pueden ser muy útiles, especialmente cuando tienes niños. Con ellas se acabó la excusa de no recoger porque no llegan a lo alto de la estantería. Además, también son un accesorio imprescindible en otros rincones de tu hogar. Así, en el salón y el comedor son muy prácticas para guardar la mantita del sofá o los cojines de las sillas y en el dormitorio para dejar la colcha o el plaid o la ropa de estar por casa, por ejemplo. Sin olvidar que son muy decorativas, especialmente las de fibras naturales, una tendencia de la temporada estival.

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2. Un aparador

Este mueble que tuvo su momento ‘out’ y que ahora vive una época de esplendor puede ser un buen aliado para poner orden en el comedor, pero también en el recibidor o como pieza comodín en otras estancias de la casa, donde su valioso espacio interior ofrecerá sitio tanto para la vajilla y la mantelería como para bolsos, bufandas, guantes y todas aquellas cosas pequeñas que nunca sabes dónde poner. Elige el modelo (con puertas y cajones) que mejor encaje con tus necesidades. A la hora de organizar la vajilla, apila los platos por tamaño y tipo, dejando siempre los de uso diario en la parte delantera, más accesible.

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3. Un revistero

Es una de esos complementos ‘deco’ al que no sueles prestar mucha atención, pero que te soluciona el día a día sin que te des cuenta, ya que tener la mesa de centro llena de revistas, aunque sean los últimos números del ‘¡Hola!’ es una de las cosas que más estrés visual produce en un salón donde todo está en su sitio. Lo bueno de los revisteros es que los puedes colocar en cualquier sitio, junto al sofá o en el rincón de lectura, y siempre aportan valor decorativo a la estancia.

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4. Un auxiliar suspendido

Aunque a la hora de organizar, debes establecer zonas y evitar el efecto ‘cajón de sastre’, lo cierto es que un mueble para todo puede venir y decorar al mismo tiempo en estancias como el pasillo, el recibidor, el despacho o la habitación ideal. La mejor opción son los muebles suspendidos, tipo cajas colgantes, que son ligeros visualmente, despejan el suelo y son muy prácticos para objetos o juguetes que al exponerse aumentan el valor ‘deco’ del espacio. 

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5. Un vacíabolsillos

¿Cómo saber que la organización no funciona bien en nuestra casa? Cuando te pasas media hora buscando las llaves. Según el estudio ‘Orden y tiempo’ de Ikea, el 60% de los españoles destinamos 10 minutos semanales a la búsqueda de cosas que perdemos en el hogar. Por eso, algo tan sencillo como un vacíabolsillos, un contenedor o un colgador para las llaves te hará la vida más fácil. Colócalo en la entrada y dedica ese tiempo a otras cosas más interesantes. Eso sí, procura que tenga un tamaño mini, para que tampoco se pierdan en él.

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6. Cajas y cajas

Ya que hablamos de contenedores, no olvidemos el más simple de ellos. El almacenamiento en una caja no tiene límites, siempre y cuando se respeten algunos principios. El primero es adaptar su tamaño al contenido, ya que no es necesario contar con una XL para las pilas o los útiles de oficina, y el segundo es etiquetar adecuadamente para que sepas qué hay dentro y no tengas que estar abriendo la tapa continuamente para ver el interior. Puedes usar etiquetas tradicionales, pero también una foto con el contenido o simplemente escribirlo con rotulador indeleble. Aunque esta última opción no es reutilizable.

Eso sí, tampoco se trata de usar cajas para todo, porque puede producir el efecto contrario y al final tener que poner orden entre ellas. Lo idóneo es saber lo que vas a guardar y después comprar la que necesitas, nunca al revés.

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7. Un zapatero

Nos hemos acostumbrado a entrar en casa y dejar los zapatos en la entrada. Una buena regla que deberíamos seguir todos, siempre que no tendamos a la sobreacumulación y el zapatero de la entrada se convierta en el general de toda la familia, con pares que se pasan los días (y los meses) allí. Además, a pesar de esto, sigue siendo habitual encontrar zapatillas de andar por casa, deportivas o unas chanclas junto al sofá, bajo la cama o en el baño. Es decir, en todos aquellos lugares donde nos descalzamos. Por eso, en una casa que lucha por ser organizada siempre tiene que haber un zapatero en el recibidor (preferiblemente cerrado), pero también en las habitaciones o en el pasillo.

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8. Un perchero de pared

Capaces de adaptarse al espacio disponible, son el ‘alma’ de los recibidores y sin ellos es casi imposible mantener el orden en la entrada de la vivienda, a no ser que tengas espacio suficiente para colocar un armario. Pero también son un básico de las habitaciones infantiles para colgar desde el abrigo hasta la mochila y la ropa del día siguiente. Eso sí, para que funcione y lo usen, pónselo a su altura.

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9. Un cesto para la ropa sucia

Este básico del orden no solo te hace la vida más fácil, sino que puede aportar su granito de arena a la decoración de la casa. Si tienes un espacio de lavado, uno de esos lujos actuales que cuando los conoces no puedes pasar sin ellos, el diseño es lo de menos, pero si el cesto de la ropa sucia está en medio del baño, es requisito imprescindible que tenga tapa. Así, no solo ocultas el interior, sino que también evita que una prenda quede en zona de nadie (el borde del cesto), algo que suele ocurrir cuando en lugar de depositarla juegas a encestar (¿te suena de algo?).

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10. Una barra para la pared del antepecho

Si hay un ‘punto negro’ en lo que a orden en la cocina se refiere, esa es la encimera. Tenerla llena de pequeños electrodomésticos, tablas de cortar, portacuchillos o botes con cucharas y espumaderas puede resultarte útil en el día a día, pero transmite sensación de caos, aunque todo tenga un hueco, e, incluso, de suciedad, ya que es difícil limpiar algo que está abarrotado de cosas, a no ser que cada día quites todo, pases la bayeta y vuelvas a colocarlo otra vez donde estaba. Las barras con ganchos, contenedores o soportes imantados en el antepecho solucionan ambos problemas (organización y limpieza) de golpe. ¡Pruébalo!

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11. Otros ayudantes: pizarra y etiquetas

Al lado de estos muebles y complementos, hay dos elementos que no se notan, pero que aportan su granito de arena al orden:  pizarra y etiquetas. Aunque su apariencia está en un segundo plano, lo que importa es que la pizarra sea accesible para toda la familia y contenga información con los productos de la compra que faltan, las citas con el dentista o, incluso, los cumpleaños. Mientras que, en una vivienda organizada, todo debe anotarse. Desde los frascos de la despensa, hasta las cajas del armario ropero o las medicinas. 

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