La reforma de una cocina rústica con alma provenzal
Descubre el antes y después de un espacio con encanto
Una casa con 100 años de antigüedad y de estilo rústico. Este es el punto de partida de la reforma de esta cocina -que podrás ver con imágenes que muestran el antes y el después de la intervención-, que debía mantener su alma rústica aunque con todas las comodidades y tecnología del presente y de un estilo actual. Para lograr el equilibrio, se jugó con una línea provenzal en el mobiliario de la cocina, una distribución inteligente y la combinación de elementos actuales con alguna pieza de herencia.
Una distribución bien pensada
El estudio de decoración Thinking Home (www.thinkinghome.es) llevó a cabo la transformación de esta cocina para una familia de cuatro miembros. Para sacar partido al espacio que cuenta con grandes dosis de luz, se organizó la planta en dos ambientes: zona de trabajo -la cocina propiamente dicha- y office. Mientras que la primera tiene un guiño funcional y actual; la segunda potencia el contraste con su carácter de casa rústica antigua. El mobiliario se distribuyó en forma de U con dos frentes adosados a las paredes y un tercero a modo de península que delimita. Además, frente al fregadero, el espacio se completa con un rincón de despensa.
Antes y después de la cocina
Esta imagen muestra el cambio que ha experimentado la cocina, en sus dos ambientes. Se ha mantenido la esencia tradicional y rústica pero más cuidada y actualizada. Para ello se renovaron los revestimientos de paredes y suelo y también el mobiliario.
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En la península: placa de cocción y campana
En ese módulo que delimita la zona de trabajo del comedor de diario se instaló la placa de cocción. Pero para no cortar la continuidad visual se optó por integrar la campana extractora en la encimera, junto a la placa. Esta concepción del área responde a la pasión de uno de los propietarios por la cocina: deseaba preparar los platos mirando a los comensales.
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Un rincón mejor diseñado
En el mismo lugar pero más organizada. Así ha quedado la despensa en esta cocina. La imagen muestra el antes y después del espacio: muebles en formato columna que integran el horno y el frigorífico así como módulos de almacenaje. Además, con el nuevo diseño, junto a estos muebles se adosa uno bajo en el que ocultar los cubos de basura y reciclaje y que aporta espacio extra de encimera.
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Los acabados de la cocina
"La cocina es de aire clásico, partiendo desde el recuadro que creamos en el suelo en la zona de trabajo a modo de alfombra realizada con baldosa hidráulica. La baldosa rústica de la pared -de la marca Cevica- también potencia el efecto", señalan desde el estudio encargado de la reforma. Los muebles son blancos con encimera de mármol Macael en tono similar. Así se consigue más luminosidad y cierto contraste con el tono beis usado en las paredes. Los frentes con molduras; las vitrinas y el fregadero de mármol refuerzan su aire provenzal.
Antes y después del 'office'
Con un estilo más cuidado y rústico, el office o comedor de diario para cuatro se adosa a la península. Se han cambiado las sillas y la mesa, aunque gozan de la misma privilegiada ubicación delante de uno de los ventanales con contraventanas de lamas. Las sillas se han escogido en un tono verdoso, a juego con las contraventanas. Además se ha ganado funcionalidad con un banco diseñado a medida bajo la ventana y que cuenta con espacio para guardar.
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Detalles de la zona de comedor
Otro de los motivos por los que el estilo rústico está presente en este proyecto es la elección de un papel pintado muy especial para revestir la pared del office. "Hemos diferenciado esta zona con un diseño toile de jouy en negro, que crea un ambiente más cálido". También se ha protegido la zona baja de la pared con un arrimadero con cuarterones y así evitar manchas en el papel.
Un mueble de herencia que se mantiene
En la zona de comedor también se mantiene un mueble muy personal que se encontraba en la cocina ya antes de la reforma: el aparador heredado en madera. Se trata de una pieza perfecta para guardar menaje, que se convierte al mismo tiempo en mueble de apoyo para servir el café. El contraste que aporta su acabado -el resto de la cocina se decora en tonos neutros- refuerza el carácter rústico de la estancia.
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