1/11 © Coordonné

Las cortinas son uno de los elementos de la decoración de interiores que más quebraderos de cabeza producen y más satisfacciones dan, al mismo tiempo, ya que son el broche final de cualquier ambiente, nos dan la privacidad que necesitamos, crean la atmósfera ideal (y oscura) para el sueño y son capaces, sin ayuda de aliados, de ‘levantar’ un espacio con su sola presencia. ¡No exageramos! La clave de su éxito se encuentra en elegir adecuadamente, como en este ambiente de Coordonné, y colocarlas bien. Por eso, hemos preparado, con ayuda de expertos textiles, este manual de uso, lleno de buenas ideas de decoración que te ayudarán en la tarea. Es el momento de decir adiós a las ventanas desnudas.

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2/11 © Stitched

Toma (bien) las medidas

Es clave para no equivocarte. La barra es la que te dará las medidas de la cortina. Para ello, mide el ancho de la ventana y añade 20-30 cm más a cada lado. Después, haz lo mismo con el alto, dejando mínimo 10 cm sobre el marco. A continuación, señala en la pared y haz los agujeros. Asegúrate de que las marcas están alineadas, para evitar que queden torcidas. Puedes colocarlas en el techo, o casi como en esta propuesta de Stitched, o en la pared. Si este es tu caso, coloca cada soporte a la altura elegida y a unos 10 y 15 cm desde el marco, para que puedan abrirse por completo.

3/11 © KA International

Acierta con el tamaño

Una vez sabes a lo que te enfrentas, elige en consecuencia. “Teniendo en cuenta la medida de ancho de tu ventana, para conseguir un espacio bien vestido recomendamos siempre utilizar el doble de tela para que la cortina tenga el volumen y las ondas perfectas. Este concepto es lo que llamamos ‘coeficiente de fruncido 1:2’. Es decir, si tu ventana mide 70 cm de ancho, recomendamos confeccionar una cortina o caída con un ancho 140 cm o dos de 70 cm cada una, según el espacio y el gusto de la persona”, aconsejan desde KA International.

4/11 © Pepe Peñalver

Hazte con un diseño atemporal

La adquisición de las cortinas suele suponer un desembolso importante, especialmente si se trata de las del salón o el dormitorio. Por eso, y teniendo en cuenta que son (casi) para siempre, elige un modelo que no te canse y no parezca anticuado dentro de un par de años. No tiene que ser necesariamente clásico, sino con un diseño moderno fácil de combinar, que llame la atención a primera vista. 

Evidentemente si apuestas por cortinas lisas y juegas únicamente con la textura o el efecto de la tela, como estas de Lizzo (en Pepe Peñalver), la cosa se simplifica bastante. Otro factor muy importante es la caída de la tela. Si quieres comprobar si tiene ‘cuerpo’, antes de decidirte pide una muestra, sujétala por la parte superior y muévela. ¡Saldrás de dudas!

5/11 © Cream Cornwall

Cuélgalas perfectas

Antes de vestir tus ventanas, asegúrate de que tus cortinas están perfectas y plancha o vaporiza los pliegues y arrugas que puedan tener. Retira los terminales de la barra y ve introduciendo cada anilla, dejando siempre una entre el terminal y el soporte, para que quede bien fija. Dependiendo del tipo de soporte, es posible que debas colocarla antes de terminar. Cuando acabes, no olvides apretar los tornillos. Los bandós, como el de esta propuesta de Cream Cornwall, son perfecto para ocultar tanto la caja como la barra o riel. 

6/11 © Alhambra

Sobre el suelo

¿Qué arrastren o no? En el caso de las cortinas siempre es mejor que sobre a que falte, como en este ambiente de Alhambra. Es decir, puestos a elegir mejor que arrastren un poco (y con un poco no queremos decir 10 cm) a que queden cortas, ya que además de un efecto horroroso, no hay forma de arreglarlas. Por eso, asegúrate de que la tela toque siempre el suelo o acabe a menos de tres centímetros de él. Si las compras confeccionadas, elige las más largas y haz un dobladillo con el sobrante, para no equivocarte.

7/11 © Romo

Adaptadas al espacio

Para que las cortinas ‘triunfen’ y sean un plus decorativo, su tela debe adaptarse a la estancia. Los tejidos más ligeros, como los de ropa de cama, dejan entrar más luz y se ven más informales, perfectas para espacios como el salón, como en esta propuesta de Romo. Mientras que las más pesadas, como los terciopelos, bloquean la luz y brindan privacidad, por lo que son una buena opción en dormitorios. Si vives en un clima más frío o en un edificio antiguo, estos tejidos ​​también pueden ayudar a bloquear las corrientes de aire.

8/11 © Designers Guild

En equipo

Las cortinas no están solas, las barras y los terminales siempre van con ellas. Así, las cortinas más pesadas requieren que las barras sean más fuertes, mientras que los visillos se pueden colocar en las más finas. De la misma manera, una buena idea es coordinar, si se da el caso, el material o el acabado de la barra con algún detalle metálico de la estancia.

9/11 © KA International

Si son dobles…

Los modelos dobles (cortina y normalmente visillo) son tan prácticos como decorativos, ya que ofrecen un plus de elegancia, al mismo tiempo, que se adaptan a cada momento del día, según necesites más o menos luz. A la hora de colgarlas y según el efecto que quieras conseguir, puedes hacerlo en la misma barra o en dos. En este caso, las ‘principales’ (las que van por fuera) deben ir en una barra un poco más arriba, asegurándote siempre de que no se entorpezcan y puedan abrirse sin problema.

“Combina cortinas con dos tejidos de diferente grosor para jugar con la entrada de luz. Unos visillos más translucidos para la parte interior (más pegada a la ventana) y otro un poco más tupido y con dibujo para la parte exterior. Los visillos naturales con composición de lino y con motivos estampados o bordados son perfectos para dar el toque de estilo que buscas”, apuntan desde KA International.

10/11 © Gancedo

En techos bajos

Si tus techos son bajos o se trata de un falso techo, algo muy habitual en pisos antiguos, las cortinas pueden dar mucho juego. “Para techos bajos, el tipo de confección más conveniente es la tabla, porque crea una franja en la parte de arriba y consigue una caída ordenada y recta. Otra buena idea cuando queramos dar sensación de altura a una cortina es utilizar dibujos geométricos o rayas verticales. De la misma manera, los visillos ‘transparentes’ estilizan la ventana y aportan luminosidad a la estancia”, aconsejan desde Gancedo.

11/11 © Gancedo

En altos

Si tienes la suerte de tener techos infinitos, con aire señorial, las cortinas deben contribuir a la decoración, proporcionando la calidez que necesitan estos espacios. Para lograr sacar su potencial, “puedes elegir una cortina con rayas en horizontal, que ‘reduzca’ su altura o utilizar dos tejidos, una franja de unos 50 cm y el resto con otra tela distinta”, proponen desde Gancedo.

 

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