Entramos en el refugio surfero de Kristen Stewart en Malibú
Una vivienda con constantes guiños al mar
Dar vida a Bella en la popular saga de 'Crepúsculo' la catapultó a la fama, y desde entonces Kristen Stewart es una de las celebrities más populares de la gran pantalla. Si hace unos meses conocíamos que uno de sus últimos proyectos será dar vida a Diana de Gales, la actriz ha vuelto a acaparar titulares por algo que nada tiene que ver con su profesión, sino con sus propiedades inmobiliarias.
La intérprete ha decidido poner a la venta su casa de Malibú por más de 8 millones de euros. Una vivienda que comparte con su madre, Jules Mann-Stewart, y que fue diseñada por Lorcan O'Herlihy Architects.
Este refugio, ubicado en una ladera de la ciudad californiana, cuenta con nada menos que cinco dormitorios y cuatro baños, pero lo que llama la atención es su particular arquitectura. Se trata de un edificio único dividido en dos pisos con forma ovala, que se une, a través de un puente colgante, a una casa de invitados.
La decoración de su interior sigue un estilo surfero y desenfadado, en un guiño a su conexión con el mar. ¿Te animas a descubrirlo?
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La entrada principal, en la parte trasera de la casa
Otra de las originales características de la casa de la actriz es que la entrada principal se sitúa en la parte trasera del edificio. De este modo, dando la bienvenida a la propiedad se encuentra una terraza, compuesta por un sofá con forma de 'L' y cojines blancos, así como una mesa baja, acristalada.
Además del adorno floral, una alfombra, con fondo verde, cubre las tablas del suelo exterior, de madera.
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Recibidor con ambiente surfero
El hall de entrada anticipa la conexión de esta casa con el mar, y en concreto con el surf, que, de hecho, forma parte de la cultura de Malibú. Tanto es así que la ciudad fue elegida como la primera Reserva Mundial de Surf por sus olas.
Por tanto, en un guiño a ese carácter, se ha colgado una tabla de surf de madera en una pared, como si de un cuadro se tratase. Justo debajo, unas láminas decorativas, y un banco a juego con la tabla.
El último toque decorativo lo pone la alfombra marinera, que combina rayas blancas y azules.
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Salón con guiños al mar
En efecto, además del surf, se imprime la conexión con el mar a través de diversos elementos de la decoración. En el salón principal, encontramos, de nuevo, la misma alfombra, a rayas blancas y azules.
Sobre la misma se ha colocado una mesa de centro, y a su alrededor, un par de butacas, en color cian oscuro, y un sofá marrón, que parece de cuero.
Este rincón mira directamente hacia la chimenea, instalada en una pared color azul clara. Y, en vez de adornar el rincón con algún cuadro, se ha situado un ancla y una guitarra, que desvela la pasión de la intérprete por la música.
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Comedor abierto al exterior
Detrás del salón, y abierto al mismo, está el comedor principal, en el que, una vez más, se han incorporado detalles que evocan al mar, como la sirena dorada que sobrevuela esta zona.
Asimismo, se ha optado por crear una zona casual y desenfadada, apostando por una mesa alargada, acompañada de unas sillas y unos bancos de madera.
Una alfombra azul marina, con un dibujo de una estrella de mar en blanco, protege parte del suelo.
Para aprovechar toda la luz natural que llega a la vivienda, se han instalado grandes ventanales que ofrecen unas vistas de excepción al sol californiano.
La madera toma la cocina
La cocina, en cambio, rompe con el estilo del resto del hogar. Sus muebles son de madera, con encimera de hormigón, que combinan a la perfección con el color metal de los electrodomésticos. Una apuesta que se inspira en el estilo industrial.
Para remarcar que éste es el rincón del chef, se ha colocado un divertido cuadro de un tenedor y un cuchillo haciendo una cruz.
Estilo ecléctico
En el despacho se conjugan estilos muy diferentes, dando como resultado un cuarto moderno y de lo más original. Varias estanterías de madera, repletas de libros, están separadas por una escalera que esconden un curioso detalle: en la parte superior se han colocado dos guantes que recuerdan a un personaje infantil inolvidable, Mickey Mouse.
En todo despacho no puede faltar un escritorio, que en éste se presenta con una silla oscura y una butaca de un color tierra claro.
La madera del suelo, tapado con una alfombra negra con mensajes en blanco, contribuye a crear un ambiente cálido.
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Un despacho con baño incluido
El despacho dispone de su propio baño, que sigue la línea marcada por la cocina. El mobiliario, de madera, se intercala con una ducha y una encimera de cerámica de tonalidad tierra. Este material se suele usar, habitualmente, en la decoración de exteriores. Sin embargo, al introducirlo en el interior de la vivienda, se ha sumado a una de las últimas tendencias de decoración, borrando los límites entre una y otra.
Un gran reloj, que recuerda a los de los barcos, se sitúa entre los dos espejos del cuarto.
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En clave azul
La sala de estar recrea el ambiente del mar de una manera inconfundible. Un efecto que se logra gracias a las diferentes tonalidades de azul. Un color presente en las paredes, las alfombras, las mantas y los cuadros. De hecho, en el principal, aparece una gaviota que alza el vuelo sobre el mar. E incluso uno de los cojines tiene forma de tabla de surf.
El centro del cuarto está conformado por un sofá de esquina, oscuro, que contrasta con una mesa baja de centro, de madera.
La moqueta de color gris cubre todo el suelo.
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Algún que otro detalle del lejano Oriente
La gran protagonista de un dormitorio es, sin lugar a dudas, la cama, que, en esta ocasión es de madera. Y a uno de sus lados, se ha colocado una mesita de noche, a juego.
El reloj, los cojines y la ropa de cama vuelven a representar esa conexión con el mar. Pero en este cuarto, además, destacan otros elementos que no están relacionados con ello. Es el ejemplo del cuadro alargado, en el que se ha plasmado un dibujo oriental.
La moldura de madera separa los dos diferentes colores que envuelven el espacio: verde agua y blanco.
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Con un sello exótico
En esta otra habitación, se revela que la actriz no sólo siente atracción por lo oriental, también por lo exótico. Tal y como evidencian los cuadros y el rincón que se ha creado en esta estancia, que recuerdan al estilo hawaiano.
El toque natural llega de la mano de un pequeño árbol, mientras que, una vez más, las alfombras nos hablan de los fondos marinos.
Una moderna lámpara de pie se suma a esta escena, que vuelve a mezclar diferentes estilos. Basta con observar las dos sillas tan diferentes que ha juntado en una misma zona.
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El arte de mezclar estilos opuestos
La seña de identidad de la vivienda es la mezcla de estilos. A las anteriores etancias se une este otro baño, con muebles de madera y encimeras de hormigón, en el que irrumpe (y atrae las miradas) una elegante lámpara de techo en cascada.
En cuanto a tonalidades, cabe destacar la elección del gris en las baldosas que conforman tanto la bañera como la ducha, y que e integra, asimismo, en la alfombra central.
Sala de estar con vistas al mar
En el segundo piso, antes de dar un paso hacia la terraza, se ha creado otra pequeña sala de estar. Su privilegiada situación, mirando al mar, la torna en un espacio ideal para la calma y el relax. Es más, en la puerta que conduce al paisaje se ha tallado una ola que irrumpe con fuerza.
La distribución es clara. En el centro, un sofá con una mesa rústica, de madera, acompañada de varios pufs, sobre una alfombra con fondo gris. Delante, una pequeña mesa auxiliar con televisión incluida, y 'escoltada' por una guitarra. Al igual que en el salón principal.
A otro lado, un sofisticado sofá negro, con dibujos florales.
En esta fotografía también se puede apreciar que las escaleras que conectan el nivel inferior con el superior se han decorado con varios cuadros.
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Un balcón al mar
La terraza es todo un balcón al mar, guardado por palmeras y piedras grises. Para aprovechar al máximo este rincón, hay una mesa cuadrada con varias sillas, de color oscuro, así como una plataforma circular, protegida por una sombrilla.
Más allá, dando la sensación de estar prácticamente a pie de playa, se encuentran dos sofás de exterior, adornados con cojines azul turquesa. Color que 'se funde' con el cielo y el mar de Malibú.
El suelo es similar al que cubría la entrada a la vivienda, tablas de madera. Esta vez, la alfombra tiene formas azules, completando así el paisaje.
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Jacuzzi en plena naturaleza
En caso de que no se quiera bajar hasta la playa, los próximos inquilinos del hogar tendrán la opción de disfrutar de un relajante baño en este jacuzzi, cuya localización no puede ser más adecuada. Escondido entre el frondoso jardín, lleno de plantas y árboles, que se ha formado en las inmediaciones de la propiedad.
Una casa para los huéspedes
A través de este puente, se puede acceder a la casa de huéspedes, que se sitúa justo al lado de la vivienda principal. Y a juzgar por la imagen, puede hospedar a más de un invitado.
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