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Fue el presidente más joven de los Estados Unidos, y su trágico asesinato (fue abatido por un francotirador cuando paseaba en coche con su esposa, Jacqueline Kennedy) todavía es recordado como uno de los acontecimientos que marcó y cambió el rumbo de la historia del país norteamericano. John Fitzgerald Kennedy es, sin lugar a dudas, uno de los rostros más importantes del pasado siglo XX, y su apellido todo un símbolo de una de las sagas más influyentes en la política estadounidense.

Él y su mujer, Jackie Kennedy, conformaron un matrimonio que causó fascinación más allá del Atlántico, y que todavía continúa haciéndolo a día de hoy. Prueba de ello es que, a pesar del paso del tiempo, los Kennedy siguen acaparando titulares y portadas.

Si hace unos meses conocíamos que la casa donde Jackie veraneaba con su hermana había salido al mercado, ahora, otra vivienda todavía más icónica se ha convertido en noticia. Se trata de la conocida como la 'Casa Blanca de invierno', que acaba de ser vendida por más de 62 millones de euros (70 millones de dólares). Una espectacular mansión ubicada en Palm Beach, Florida, y que ha quedado 'al descubierto'.

Si quieres saber cómo es la vivienda de un presidente de los Estados Unidos, echa un vistazo.

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Una villa mediterránea

La espectacular vivienda no fue adquirida por John F. Kennedy, sino por su padre, el empresario Joseph Patrick Kennedy (uno de los hombres más adinerados de Estados Unidos) en 1933, y su nombre original era 'La Guerida'.

Sin embargo, la historia de la casa está íntimamente ligada a la del político. Fue allí donde compuso el popular discurso que daría inicio a su mandato, y se cree que también fue el escenario en el que escribió Profiles in Courage (Perfiles de coraje), la obra en la que recogió, en forma de pequeñas biografías, los hitos de ocho senadores de los Estados Unidos, y que le valió el Premio Pulitzer.

Pero no sólo tiene valor histórico, sino sentimental, puesto que la 'Casa Blanca de invierno' se convertiría en un popular destino de vacaciones para él y su familia.

El prestigioso arquitecto Addison Mizner la edificó en 1925, y tal y como se puede apreciar en la imagen, se inspiró en las villas mediterráneas. Las tejas rojizas y los exteriores blancos, rodeados de vegetación, dan la bienvenida a un hogar que buscaba ser cálido y acogedor, acorde a su excepcional localización: Palm Beach, en Florida.

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La madera toma el salón

La 'Casa Blanca de invierno' cuenta con un espacio superior a los 11.000 metros cuadrados, distribuidos en 7 habitacionesmás de 11 baños y varios salones. Uno de ellos es éste de la imagen, que da muestra de la amplitud de las estancias.

No obstante, la propiedad no se ha mantenido intacta desde que los Kennedy la vendieron a John K. Castle en 1995. La firma Permbroke & Ives fue la encargada de hacer una reforma que, aunque mantuvo su arquitectura original, sí ha creado nuevos espacios, como una pista de tenis.

De este salón, destacan sus altos techos, cubiertos en maderaque, con sus formas geométricas, recuerdan, ligeramente, al estilo árabe.

De hecho, la madera es la verdadera protagonista, estando presente no sólo en el techo, sino en el suelo, las mesas auxiliares y la mesa de comedor. Un detalle que le confiere calidez al lugar, y que hace que esta habitación se acerque a las tendencias rústicas.

En el centro, encontramos un rincón de descanso, compuesto por un sofá y un par de sillones, decorados con cojines de motivos florales. Dos mesas de centro, de estilo vintage, y una alfombra de tonos claros ponen el broche final a esta zona. 

El toque de color llega de la mano de las cortinas, de color verde agua, que adornan los grandes ventanales.

No falta tampoco otro elemento sello señorial, la chimenea, de mármol claro.

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Un salón con detalles rústicos

Si en la anterior estancia tenía algunos toques similares a la decoración rústica, en este otro salón se confirma la tendencia. En especial, gracias a los altos techos, también de madera. La diferencia radica en que, en esta ocasión, se ha optado por un acabado más rudo y natural, dejando las vigas al descubierto.

Dentro de la estancia, resaltan dos zonas, divididas por la chimenea de mármol claro, sobre la que se ha apoyado un espejo con marco de efecto antiguo y varias plantas.

A un lado, un sofá y unas butacas, elegantes y clásicos, con tapizados variados (a rayas y lisos). Al otro, otro área con sofás, sillones y taburetes en colores pastel, y que, de nuevo, han sido tapizados con motivos florales.

'Escoltando' la chimenea, se han situado dos muebles verdosos, retro, sobre los que se han instalado dos cuadros de paisajes. Sumándose a esta línea vintage, hallamos otro mueble, de madera, a la izquierda de la fotografía, así como las largas y espesas cortinas de una dependencia menos luminosa que el anterior salón.

Por último, cabe resaltar el suelo, compuesto por baldosas rojizas, características de los espacios de exterior.

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Un comedor con detalles sobrios

Una vez más, se ha optado por dejar las vigas del techo al descubierto en este comedor, de estilo 'retro'. Y es que, en esta estancia, destacan numerosos elementos antiguos. Desde la propia lámpara, un guiño a los candelabros medievales, hasta el aparador, de madera oscura. A ellos se unen las dos consolas, también de madera oscura, a ambos lados de la puerta, sobre las cuales se han colocado dos regios y sobrios retratos.

La larga mesa del comedor, que también cuenta con varios candelabros plateados, está acompañada por numerosas sillas vintage, de madera y respaldo acolchado. A pesar de que una gran alfombra cubre la mayor parte del suelo, se puede observar que éste es el mismo que se utilizó en el otro salón. Unas baldosas rojizas que nos demuestran, una vez más, que los límites entre decoración de interior y exterior son difusos.

Los grandes ventanales inundan de luminosidad la habitación.

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La madera también 'reina' en la cocina

La cocina se desmarca del estilo de las anteriores estancias. En este espacio, se ha apostado por una decoración vintage, pero en tonos más claros. Y, por supuesto, no falta la madera: la isla del centro, el propio suelo, así como algunas encimeras han sido creadas con este material. 

Los muebles, de color blanco, cuentan con tiradores dorados, combinando, así, con el color amarillo claro de las paredes, y los azulejos, de aire 'retro', que cubren una parte de la cocina.

A lo que se añaden tanto las cortinas como la alfombra, de diseño floral.

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Dormitorios con carácter señorial

Según se comprueba en la imagen, los dormitorios siguen ese estilo de época que se apreciaba en los salones. En este cuarto, la protagonista es la cama, con estructura de madera y un dosel de lo más llamativo: con flores y fondo verde. El diseño se encuentra, también, en las cortinas del cuarto, potenciando, así, el carácter señorial del espacio. 

Las dos mesitas de noche, idénticas, que se han colocado a los lados de la cama, tienen un diseño floral. A juego con las cortinas y el dosel, mientras que las lámparas de mesa son, también, vintage, al igual que el puff, tapizado a rayas.

Para lograr un aire acogedor, se ha optado por una moqueta fina, de color turquesa claro, y las paredes han sido pintadas con una tonalidad naranja.

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Vistas de excepción

A tan sólo un paso del dormitorio, está el balcón, al que se accede por una puerta acristalada blanca. Este pequeño rincón tiene una barandilla negra, un suelo de baldosas rojizas, y una lámpara de pared gris.

Sin embargo, lo verdaderamente importante de este 'refugio', son las vistas que ofrece, a primera línea de la playa de Palm Beach.

Aquí, han colocado una hamaca de madera para poder, de este modo, relajarse, observando las aguas cristalinas del mar y escuchando el oleaje.

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Dormitorio en tonos pastel

Continuando con el estilo marcado por el anterior dormitorio, se encuentra éste otro. Una vez más, hay una cama con un dosel, que, esta vez, es de motivos florales en color pastel.

El resto de la habitación combina a la perfección con el resto del cuarto. Desde las cortinas hasta los sofás.

En línea con lo anterior, el mobiliario seleccionado es vintage. Tanto el armario como las mesas auxiliares son de madera antigua, y para potenciar, aún más, este ambiente, un cuadro de un paisaje, con un marco dorado con efecto viejo.

La fina moqueta del suelo es en color crema, y el color anaranjado de las paredes resalta ese pastel que domina la estancia.

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Piscina a línea de playa

Una de las reformas acometidas por Permbroke & Ives fue la ampliación de la piscina, a cuyo alrededor han instalado varias hamacas que respetan el estilo vintage de la vivienda. 

Como bien se puede apreciar, se encuentra en la misma línea que la playa, lo que da la sensación de casi fundirse con la misma. 

Después de John K. Castle, la siguiente propietaria de la villa fue la inversora Jane Goldman que, de acuerdo a la información publicada por Palm Beach Daily News, la compró en 2015 por 31 millones de dólares, y ahora, se ha vuelto a vender por casi el doble de este precio.

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