1/10 © H & M Home

1. Lo tienen todo

Además de sostenibles, las fibras naturales (mimbre, ratán, esparto...) son ligeras, por lo que harán que el peso visual de una estancia disminuya; resistentes, por algo triunfaron primero fuera de casa; tremendamente acogedoras, contagiando su calidez al resto de elementos de la decoración de interiores; frescas, en aspecto y funcionalidad; camaleónicas, pues se adaptan según el espacio en el que se encuentran, y ecológicas, para cuidar de ti y del medio ambiente.

2/10 © Paul Robinson

2. Son un estilo vida

Que representa el valor de las cosas simples, el respeto por la naturaleza, la delicadeza de lo antiguo y su capacidad de reinvención para lucir hoy de una manera más desenfadada, menos rústica. Aunque las fibras sintéticas proliferan en nuestro jardín o en nuestro salón, por sus muchas ventajas técnicas, y en muchos casos nos logran engañar, lo cierto es que solo las naturales abanderan una forma de vida en línea con el respeto y el cuidado al medio ambiente. Esta casa mallorquina, en la que han trabajado el constructor Paul Robinson, el estudio NB Architects y el de Samantha Knight Interior Design, es un claro ejemplo de lo que representa. Por cierto, se alquila por vacaciones.

3/10 © La Redoute Interiors

3. Estamos ante la ‘deco’ calmada

Su conexión directa con la naturaleza, les otorgan un poder mágico: la capacidad de crear interiores tranquilos, logrando, al mismo tiempo, efectos positivos sobre nuestras emociones y fomentando un estilo de vida más calmado, sano y saludable. En ocasiones, dependiendo de con qué los mezcles, aportan un encantador aire ‘boho’, que saca nuestra versión mas hippie a pasear por casa.

4/10 © Let's Pause

4. Suponen el triunfo de lo artesanal

El reconocimiento a un trabajo hecho a mano y con cuidado, como los muebles de Let's Pause en el Hostal Grau. Lo artesanal y los artesanos están de moda, recuperando el lugar que sus objetos habían tenido en la casa en épocas pasadas. Este cambio de registro puede deberse, quizás, a su capacidad para adaptarse a los nuevos hábitos y a las viviendas actuales, demostrando que la modernidad puede tener muchas caras, y en una de ellas, la artesanía ha encontrado su hueco.

5/10 © El Corte Inglés

5. Valen tanto para el exterior como el interior de casa

Durante un tiempo, fueron, junto con la madera, los materiales preferidos para diseñar los muebles de exterior, especialmente en los años 70 y 80. Su conexión con la naturaleza hacía ver como algo normal su papel en los espacios al aire libre. Hoy, saltan al interior de la vivienda, sintiéndose igual de cómodos en el salón y el dormitorio, que en la cocina o el cuarto de baño. Una versatilidad que les ha granjeado el amor incondicional de muchos interioristas y, por supuesto, de todas las ‘decoadictas’ con espíritu nostálgico.

6/10 © Ikea

6. Cuestión de fibras

Aunque el mimbre (fibra vegetal), flexible, fácil de moldear y muy confortable, es, quizá, una de las más usadas, el resto van ganando terreno, casi sin darnos cuenta. Así, nos encontramos con el sisal, la más idónea para la casa de la playa; el ratán (palmeras trepadoras de los bosques tropicales), más resistente que el mimbre, pero menos moldeable, por lo que se usa especialmente en estructuras; el cáñamo, un básico en la elaboración de alfombras; la fibra de coco o el bambú, el más higiénico. El cesto de la imagen de ratán pertenece a la colección Tänkvärd de Ikea.

7/10 © muy mucho

7. No solo son muebles

Además de en piezas como sillones, mesas o los clásicos cestos, ideales para mantener el orden, guardar la leña o los juguetes, las fibras vegetales encuentran en los complementos su nuevo mejor amigo. Así, fabrican lámparas, espejos, alfombras y otros elementos decorativos, como los cactus de 'Muy mucho'.

8/10 © Thonet

8. Ellos ya las usaron antes

Hablar de la incorporación del mimbre al interior de la casa, por ejemplo, como algo novedoso, no es realmente cierto, ya que grandes diseños clásicos, trabajaron ya con estos materiales. Así, la silla Cantilever S 533 de Mies van der Rohe de 1927 con respaldo trenzado de mimbre es una buena muestra o la 209 de Thonet (en la imagen), un verdadero icono de 1900, con asiento con trenzado de rotén (una palmera tropical).

9/10 © HK Living

9. Son perfectas para todo el año

Aunque el buen tiempo siempre es una buena excusa para incorporar las fibras naturales al interior del hogar, ahora, gracias a diseños menos rústicos, puede quedarse con nosotros todo el año, siempre que la combines con distintas tonalidades y texturas.

10/10 © Vitra

10. Poder camaleónico

En función de con qué las combines (un cojín de lino, una mantita de lana...) y qué elementos las rodeen lucen un ‘look’ u otro, integrándose sin problemas de identidad en cualquier estilo decorativo. Aliadas indiscutibles del estilo rústico o campestre, pueden dar esa pincelada especial en ambientes nórdicos, contemporáneos e, incluso, minimalistas, aportando contraste y un cierto aire exótico.

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