1/10 © Inés Benavides

1. Tapízalo con una nueva tela

Si estás cansada de verle siempre con la misma cara o sencillamente quieres que sea más cálido en invierno y más fresco en verano, una buena idea es tapizarlo con una nueva (y bonita) tela. Eso sí, se trata de una opción que puede resultar cara, en función del tejido que elijas, por lo que solo debes ponerla en práctica si tu sofá tiene unos almohadones y una estructura de calidad. Si se trata de un modelo desenfundable, puedes aprovechar y hacer una para el buen tiempo y otra para el frío. Esta propuesta de Inés Benavides convierte al sofá en el 'rey de la casa', acompañado de cojines y mantita ('of course'). 

2/10 © Jonathan Adler

2. Bien rodeado

¿Por qué no ofrecer a tu sofá algunas joyas para brillar? Los accesorios bien elegidos son suficientes para resaltarlo o para ‘despertar’ y dar vida a uno aburrido o demasiado banal. Un sillón, una pequeña mesa auxiliar, algunas plantas verdes o una columna de revistas y libros lograrán que cambie no solo el aspecto del sofá sino también el de todo el salón.

3/10 © Pepe Peñalver

3. Enfúndalo

Por supuesto, cambiar las fundas es más caro que renovar los cojines, pero además de actualizar su ‘look’, protegerás el sofá de manchas y de un roce excesivo. Sin olvidar que, durante el verano, es una buena opción en sofás de cuero, por ejemplo, ya que conseguirás que den menos calor y no te pegarás en ellos. Las encuentras hechas, una solución más arriesgada, aunque más económica, y a medida, que se adaptan a la estructura como un guante, para que luzcan su mejor versión.

4/10 © Lorena Canals

4. Pon un plaid o una mantita

Eso sí, siempre que sea realmente especial, de buena calidad, resulte muy agradable al tacto y tenga los mismos tonos que los cojines, para crear un conjunto estéticamente bonito, propicio para las noches de ‘tele y mantita’ veraniegas. Puedes situarla en el brazo del sofá o en uno de sus laterales, pero siempre debe estar bien doblada y colocada, para que logre el efecto ‘de revista’ que te gusta. Si no cumple alguno de los requisitos, mejor guárdala en un cajón y sácala solo cuando la necesites.

5/10 © Roche Bobois

5. Complétalo

Agrega una chaise longue, una otomana, un reposapiés u otro módulo adicional, no solo para cambiar el aspecto del sofá, sino también su forma y la manera en cómo lo contemplamos en su conjunto. Los modelos modulares nos brindan muchas oportunidades de cambio, pero si el tuyo no lo es, no te preocupes, se lleva la mezcla. El sofá Mah Jong de Roche Bobois te ofrece un universo de posibilidades. 

6/10 © Güell Lamadrid

6. Cambia de escenario

Un sofá no tiene el mismo estilo dependiendo de si reposa contra una pared inmaculada, una ventana con cortinas blancas o una pared pintada de una forma atractiva. Por este motivo, antes de cambiar el mueble, considera su fondo como un cuadro real: pintura, papel, acumulación de marcos de fotos… ¡Todo es posible! Y si no lo es, a lo mejor ha llegado el momento de cambiarle de sitio para que luzca otro aire y otra luz.

7/10 © Pretty Pegs

7. Sustituye las patas

Son un detalle pequeño, al que normalmente no prestas mucha atención, pero lo cierto es que ellas solas son capaces de dar un nuevo, y estiloso, aire a tu sofá, sin tener que cambiar nada más. Puedes elegir un modelo torneado, pintado de un color distinto, en dorado, en forma de pelota… Hay muchísimas opciones, para que elijas la que mejor se adapte a ti.

8/10 © Deco & Living

8. Juega con los cojines

Dar estilo a tu viejo sofá es tan sencillo como sustituir los cojines de siempre por otros nuevos. Una solución, además, que puedes poner en práctica cada temporada, ya que es rápida y económica. Sé osada y “atrévete a combinar modelos de diferentes tamaños, texturas y colores dentro de una misma gama cromática, eso sí. Pierde el miedo a mezclar flores con rayas, por ejemplo, y, si quieres lograr un toque de sobriedad, sin perder elegancia, añade un tejido como el terciopelo”, aconsejan desde Deco & Living.

9/10 © Coordonné

9. Pequeños cambios

En ocasiones, los pequeños detalles consiguen grandes resultados y eso es lo que ocurre cuando sustituimos algunos de los elementos de nuestro viejo sofá por otros. Así, podemos aumentar el número de almohadones, para que parezca más mullido; poner botones y tachuelas, donde no los había, o quitarlos donde sí; añadir flecos en los bajos, eliminar el capitoné… Cambiar la pared en la que se apoya por este precioso papel pintado, diseñado por Pascua Ortega para Coordonné, también ayuda en la metamorfosis. 

10/10 © Bemz

10. Ocúltalo de las miradas indiscretas

Y de las manchas que no se van, los desperfectos y la estética pasada de moda. Eso sí, está opción, con sábanas y telas recicladas, o un buen lino, solo es apta si quieres recrear una estética ‘boho chic’ o está en la habitación de los niños, olvídate de ella si tu salón es sofisticado y glamuroso.

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