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Situado en una de las zonas con más solera y más privilegiadas de Madrid, el parque de El Retiro, este ático tenía el encanto y la belleza de las antiguas casas señoriales, pero también sus defectos: muchas habitaciones, pasillos que pierden metros y oscuridad. Por lo que el trabajo del estudio de Arquitectura Ábaton, artífice del proyecto, se enfrentó al reto de solventar estos ‘defectos’, manteniendo la esencia original. ¿Objetivos? Recuperar el potencial del espacio y la luz natural. ¡Logrados!

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El primer objetivo de arquitectos e interioristas para esta última planta, de 190 metros cuadrados útiles y una espectacular terraza, fue conseguir una mejor distribución. Para ello, "se decidió tratar los espacios diferenciando el ámbito público, ahora amplio y diáfano, del privado, más íntimo". De esta manera, se han dispuesto el salón, el comedor y la cocina a lo largo de la fachada principal, hacia las vistas panorámicas privilegiadas de Madrid.

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Esta nueva distribución, que crea una estancia única, de la que forman parte salón, comedor y cocina, se integra a la perfección en el estilo de vida actual, donde la casa se disfruta a diario. La decoración, llevada a cabo por Batavia, apuesta por una elegancia sobria y atemporal, capaz de sobrevivir en el tiempo, luciendo siempre su mejor versión. Con una paleta cromática de grises y azules (toma nota de los cojines en denim, ya que son un ‘hit’ de la temporada), la sala de estar se articula alrededor de dos preciosas mesas de centro con el sobre de mármol (otro ‘must’) y dos sofás, uno de ellos con chaise longue.

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La cocina ocupa una posición protagonista dentro de la vivienda y se integra como elemento socializador dentro del espacio. Los muebles, diseñados a medida y forrados con tarima de roble, se integran a la perfección en el salón, mientras que el pavimento de madera otorga continuidad visual entre los distintos ambientes. Una puerta, ‘oculta’ en el frente de los armarios, permite pasar a la zona más privada e íntima de la casa.

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La terraza, que el anterior propietario incorporó a la casa, se ha recuperado y se presenta como una prolongación espacial y visual hacia el exterior del comedor y el salón. Para conseguir esta continuación visual “se decidió usar una carpintería con un perfil mínimo, que desaparece en el formado y se puede abrir ocultándose por completo detrás del paneleado del aseo, unificando así terraza y salón en un mismo ámbito”, señalan desde el estudio de arquitectura Ábaton, artífice del proyecto.  

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Desayunar el fin de semana contemplando Madrid desde lo alto es todo un privilegio. Por eso, esta terraza volvió a ejercer como tal, pero sin perder la conexión con el interior de la vivienda. Así, el pavimento, el estilo decorativo y la gama cromática son los mismos dentro que fuera. Para decorar este espacio se apostó por un gran sofá gris, dos mesas de centro (jugando con las dos que visten el estar de interior) y una alfombra, que hace más acogedor el rincón. Grandes jardineras de obra ponen la nota verde y fresca al conjunto.

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El área privada de este ático madrileño consta de tres habitaciones, tres baños y un cuarto de lavandería. Curiosamente cada dormitorio se ha vestido de un color y posee una zona de escritorio. Este apuesta por cabecero y ropa de cama en tono mostaza y una mesa de estudio con aire nórdico, que ayudan a crear un ambiente informal y fresco. Para sacar partido a los metros, se diseñó una práctica librería entre dos columnas. 

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Cada cuarto de baño juega con el mismo color de la habitación a la que pertenece, a través del pavimento y de toallas y accesorios. Tremendamente funcional, para aprovechar al máximo la planta de la estancia, los diferentes elementos (lavabo, sanitario y ducha) se han dispuesto en línea. 

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Para crear una atmósfera moderna y llena de personalidad, pero manteniendo la sencillez visual y ‘deco’, la pared del cabecero se ha vestido de azul, uno de los colores de este 2019, adquiriendo con este gesto todo el protagonismo. Una balda de madera, que aprovecha toda la longitud de la pared de la ventana, hace las veces de escritorio.

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El dormitorio principal, que cuenta con un vestidor realizado a medida en madera de roble, posee el mismo espíritu decorativo que el resto de la casa, donde la sencillez, que no el minimalismo, van dando forma, creando espacios prácticos y bonitos para disfrutar y descansar. Sin duda, la unión de la madera y el blanco de paredes, ropa de cama y estores sigue diseñando una pareja de éxito. 

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En el baño principal “se ha aprovechado la presencia del viejo lucernario para canalizar, con planos inclinados, la luz cenital sobre el espacio de la ducha y de la bañera”, señalan desde Ábaton. Una solución que, además de llenar la estancia de luminosidad, hace crecer visualmente los metros. Al igual que la original pared de la ducha, que incorpora una balda para dejar los botes de champú y gel.

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