1/11 © Zara Home

Los hijos crecen muy rápido o eso piensas cuando ves que el pantalón del año pasado le queda pesquero o sus pies sobresalen de la cama sin pudor ninguno. Y todo ocurre (casi) sin darte cuenta. Por eso, estas 10 claves te ayudarán a montar un cuarto infantil que evoluciona al ritmo del niño, capaz incluso de salir airoso del salto a la etapa juvenil. Empieza por una buena distribución de los elementos, sigue con una pincelada de sentido común y cierta coherencia con tu estilo y el de tu retoño y termina con un capricho 'deco', que os permita cumplir un sueño y dormir en una habitación que todo niño querría tener. Propuesta de Zara Home (zarahome.com).

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1. Una cama que crece y crece

A la hora de adquirir su primera cama, ten en cuenta cómo encajará después en una habitación juvenil y deja que fundas nórdicas, sábanas y almohadones pongan la nota infantil al conjunto. Puedes apostar por una a ras de suelo, ideal para que los más pequeños aprendan a dormir solos, sin peligro y que luego hará las veces de cómodo sofá para recibir a los amigos; una en las alturas, que aproveche la parte baja para albergar durante los primeros años una zona de juegos y en la que luego se diseñe un escritorio o un rincón de lectura. Una buena forma de hacer que los más pequeños se sientan seguros es optando por las llamadas 'estructuras cabaña'Alfombra A Big Big World de Studio Sirio (studiosirio.com).

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2. Una cuna que es un ‘Transformer’

No subestimes el poder ‘deco’ que ofrece una cuna y, cuando vayas a adquirirla, pregunta por sus ‘plus’: te sorprenderá ver las infinitas posibilidades que tienen algunas. Así, hay modelos que crecen, son mini-camas durante los primeros años y luego se convierten en bancos o sofás en las habitaciones de un adolescente; mientras que las que incorporan cambiador ofrecerán en el futuro una zona de escritorio, con cajones para guardar libros y materiales. La convertible Cot de la colección Kids de Kibuc (kibuc.com) se adapta al crecimiento de tu hijo de los 0 a los 12 años. ¡Toda una inversión!

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3. Un armario atemporal

Son una pieza clave en cualquier dormitorio, por lo que su elección debe estar bien meditada. Para que crezca con él, procura elegir un modelo con un exterior neutro, en madera o colores como blanco, gris o beige, con o sin molduras, pero siempre sencillo. Si quieres personalizarlo, puedes pegarle pegatinas o vinilos cuando son más pequeños y quitarlas, según pasa el tiempo; o incorporar tiradores típicos de cada edad, que puedes ir cambiando. Propuesta de Lasan Decoración (lasandecoracion.es).

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4. Habitaciones compartidas

Dormir, jugar y compartir espacio con tu hermano hasta los 10 años es saludable para las relaciones filiales y también para el resto, según dicen los pediatras infantiles. Tras esta etapa, la cama extra será perfecta para los amigos y las famosas ‘fiestas de pijama’. Los bellos dibujos de Frann Preston-Gannon visten la cama y los estores de este dormitorio para dos. Telas de Villa Nova (villanova.co.uk).

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5. Paredes sin edad

Cuando empiezas a montar la habitación del bebé, ves la vida (y las paredes de su dormitorio) en rosa; con barcos que surcan los mares o animales como para montar un zoológico. No puedes evitarlo, pero, aunque evidentemente puedes darte ese capricho, lo ideal es que apueste por una pintura neutra, en colores ´fáciles’, que no solo evolucione bien estéticamente sino también físicamente (a prueba de pintores improvisados, manos sucias…). Muebles de Vox en Bébé et Compagnie (bebe-etcompagnie.com).

7/11 © String

6. Espacios que crecen

Y se hacen más grandes y funcionales, gracias a una buena distribución que permite transformar, por ejemplo, la zona de juegos en un rincón de ‘chill out’ o saque todo el partido a la planta y los metros disponibles con soluciones como este sistema de almacenaje de String (string.se), con espacio para colocar los libros, tener todo en orden y crear un lugar de estudio o de juego, según la edad y el momento.

8/11 © Norsu Interiors

7. Distribuciones a su medida

Si diseñaste un armario muy personal, con forma de casita, con módulos en escalera o de tamaño XS, puedes ‘reciclar’ la organización interior, aunque la exterior mantenga cierta estética aniñada, con baldas y barras de colgar regulables en altura, cajones pequeños, que pueden guardar ahora la ropa interior, o con capacidad, que pasen de albergar juguetes a jerséis, por ejemplo. Propuesta de Norsu Interiors (norsu.com.au).

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8. Muebles con ingenio

Tan importante como la cama es el resto de piezas de mobiliario que ayudan a diseñar la habitación infantil perfecta. Los muebles modulares y que crecen con él son la respuesta a todos tus miedos y recelos, a la hora de montar su cuarto. Elementos que sacan partido al espacio, tronas que son también sillas perfectas para el escritorio, estructuras que cambian de ‘modo bebé’ a ‘teenager’ en un momento, ofreciendo todo lo que necesitan… La propuesta Illa de Teehee (teehee.eu) es una buena muestra de ello.

10/11 © Bloomingville

9. No te cortes con los complementos

No olvides que estamos en una de las estancias donde la imaginación, la creación y la diversión deben marcar los parámetros decorativos. Por eso, dado que la estructura y la ‘caja’ deben ser neutras para durar en el tiempo, los accesorios serán la llave al mundo infantil y con ellos puedes ser arriesgada e, incluso, excesiva, ya que puedes renovarlos en cualquier momento. Propuesta de Bloomingville (bloomingville.com).

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10. Customiza y dale otro aire

La regla de oro para que una habitación infantil triunfe en todos los aspectos está en que, además de dar respuesta a las necesidades de tu hijo en cada etapa, muestre y se adapte a la personalidad de su morador. Esta máxima te ayudará a crear un dormitorio en continuo cambio, gracias a poderosos aliados como la pintura, los murales o cualquier tipo de expresión artística. Pintura de Bruguer (bruguer.es).

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