Si existe una dinastía de Estados Unidos famosa en todo el mundo, entre otras cosas por la enorme fortuna que poseen, esa es la familia Rockefeller. Dentro de esta saga, la personalidad más importante del último siglo es David Rockefeller, quien falleció el pasado marzo a los 101 años de edad.
David Rockefeller, hijo de John D. Rockefeller y nieto de John D. Rockefeller (fundador de la desaparecida petrolera Standard Oil), estuvo casado durante 56 años con Margaret "Peggy" Rockefeller (1915-1996). Juntos dedicaron una parte muy importante de la fortuna familiar a la filantropía y a coleccionar numerosas piezas de arte, desde porcelanas chinas hasta obras de carácter postmoderno.
El matrimonio, mientras criaba a sus seis hijos (David Jr., Abigail, Neva, Margaret, Richard y Eileen) pasaba largas temporadas en Hudson Pines, una imponente casa de campo de estilo neo-georgiano colonial situada en Pocantico Hills (Condado de Westchester, Nueva York). Se trata de una espectacular vivienda de 1.022 metros cuadradas, localizada en una finca de 75 hectáreas, que se vende por 22 millones de dólares.
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La mansión de Hudson Pines fue diseñada en 1938 por el, por entonces, cotizado arquitecto Mott B. Schmidt, figura clave del estilo neo-georgiano colonial de Estados Unidos.
Los jardines que rodean la vivienda están conformados por huertos dispuestos al estilo jeffersoniano, césped ondulado y un frondoso bosque repleto de olmos americanos, fresnos y castaños.
Además de naturaleza, la propiedad cuenta con un helipuerto privado y una piscina redonda climatizada.
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El terreno ajardinado que rodea Hudson Pines se divide en cuatro tipos: las ya mencionadas áreas de bosque, intercaladas entre grandes extensiones de césped ondulado, las vistas al río Hudson, la zona de los huertos (dotada, además, de tres invernaderos) y los espacios más próximos a la vivienda.
Estos últimos son los que muestra la imagen. A diferencia del resto de parajes de Hudson Pines, en estos puntos de la parcela, la vegetación es mucho más variada.
De hecho, además de los omnipresentes olmos, se pueden apreciar rosales, arbustos de espliego (lavanda) y boj o distintos tipos de plantas trepadoras, entre otros.
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En 1946, el matrimonio de David y Peggy Rockefeller adquiría Hudson Pine, una propiedad de la que el fallecido patriarca llegó a afirmar que, aunque tan solo existía desde hacía unos años, podría pasar por una construcción original de arquitectura georgiana.
Estas certeras palabras fueron expresadas en una carta de 1970 en la que David Rockefeller elogiaba el trabajo de Mott B. Schmidt, quien llevaba ligado a la familia desde hacía 25 años.
Además del aspecto exterior, al que aludía el señor Rockefeller, la decoración y estructuras del interior de la vivienda también parecen sacadas de la época de Jane Austen, cuando el estilo georgiano estaba en pleno apogeo. Un buen ejemplo de ello es la escalera curva del vestíbulo de la mansión.
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La primera sala de estar de Hudson Pines, situada en la planta baja, fusiona elementos característicos del estilo georgiano, como mobiliario laqueado (las mesas y los aparadores), paredes forradas de paneles de madera, una alfombra de estilo oriental, espejos para refractar la luz, patas cabriolé (butacas) y detalles rococó franceses (apliques dorados), con focos en las cornisas y un sofá, propios del siglo XX.
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Al recorrer la escalera del vestíbulo, se accede a la primera planta de la mansión, donde se encuentran la segunda sala de estar, el comedor, cinco dormitorios y otros tantos baños.
Lo más destacado de la segunda sala de estar de la mansión de Hudson Pine es el soberbio artesonado tallado en la madera de los paneles de la pared y la chimenea, así como los tapizados bordados del sofá y los sillones.
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El estilo Hepplewhite (el de las sillas y mesas) es el gran protagonista del comedor de la casa de campo del matrimonio de David y Peggy Rockefeller.
Aunque más sencillo que en la sala de estar de este primer piso, también es digno de mención el elegante tallado de las paredes y la chimenea.
Además, como en todo gran comedor que se precie, la sala está presidida por una vistosa lámpara en latón macizo de estilo georgiano.
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En Estados Unidos, el estilo neo-georgiano está considerado como una manifestación de la riqueza y libertad del entonces joven país.
También conocido como estilo Federal Americano, durante sus últimos años de vigencia (década de los treinta y cuarenta del siglo XIX), incorporó elementos característicos del estilo Imperio Francés: mobiliario más compacto y pesado y adornos de bronce.
Precisamente, esos son los detalles que pueden apreciarse en la gran protagonista del dormitorio principal, la cama con dosel. Mención aparte merecen la cheslong amarilla, por romper de manera acertadísima con la decoración de la habitación, y el baúl de inspiración medieval situado a los pies de la cama.
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A su paso por Hudson Pines, el río Hudson baña unos terrenos ideales para la cría de ganado y caballos. Por este motivo, no es de extrañar que la propiedad cuente con seis establos dedicados a tales menesteres.
Otra particularidad de Hudson Pines es que en el sótano de la mansión se encuentra la destacada colección de carruajes de caballos de Rockefeller.
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