Yolanda Chávarri, experta en cocinas: "Una luz mal colocada envejece más una cocina que un color mal elegido"
Cada enero se repite el propósito: este año sí, cocina nueva. Hablamos con una experta en cocinas para identificar los errores que más se repiten y cómo esquivarlos.
Enero siempre llega cargado de propósitos. ¿Tienes el de estrenar cocina? Pocas reformas despiertan tanta ilusión ni concentran tantas decisiones a la vez: planos, instalaciones, almacenaje, encimera, luces, enchufes, ruidos, olores… y, sobre todo, la manera real en la que vivimos ese espacio. Porque de esa suma de detalles depende que tu nueva cocina se convierta en tu lugar favorito o en una fuente silenciosa de frustraciones diarias.
Para ti que te gusta
Lee 5 contenidos gratis al mes con solo registrarte.
TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Hablamos con Yolanda Chávarri, experta en diseño de cocinas y directora de Mobalpa Ríos Rosas (Madrid), que ha visto de cerca muchos aciertos y también los errores que más se repiten al rediseñar la cocina. Nos deja una primera reflexión que desmonta muchos mitos: "Todo el mundo cree que cuando una cocina falla es por una gran mala decisión; pero casi siempre falla por un cúmulo de despistes pequeños que no se pensaron bien a tiempo".
El primer error llega incluso antes del primer plano: empezar por la inspiración y no por la realidad. "Tendemos a abrir antes una revista de decoración que los cajones de nuestra cocina actual", explica Yolanda Chávarri, directora de la tienda de cocinas Mobalpa Ríos Rosas (www.mobalpa.es). Sin embargo, la primera pregunta debería ser: ¿cómo uso realmente mi cocina? ¿Cocinas mucho o casi nada? ¿Haces pan casero? ¿Quieres tener el robot siempre a la vista? ¿Necesitas encimera libre para amasar, montar platos o hacer deberes con los niños?
Si solo priorizas la estética y olvidas tus rutinas, la cocina será muy bonita para otros, pero incómoda cada día para ti. El moodboard viene después; primero, un inventario honesto de tus hábitos y tus cosas. En la imagen, proyecto de Juancho González.
Segundo error. Obcecarse con el triángulo de trabajo
Durante años se ha hablado del famoso triángulo de trabajo (fregadero, placa y frigorífico) como una regla universal, pero la realidad de las cocinas ha cambiado. Cocinas abiertas al salón, penínsulas, islas, espacios compartidos con zona de teletrabajo… "Ahora trabajamos más con zonas que con triángulos: dónde preparo, dónde cocino y dónde limpio, resume la experta. La clave no es tanto la geometría perfecta como la fluidez entre esos tres pasos.
Si para pasar de una fase a otra tienes que dar rodeos, esquivar muebles o cruzarte con otras personas constantemente, la cocina no funciona, por muy bonita que sea en el plano. Este diseño de cocina es de Mobalpa.
Tercer error. Pasillos estrechos, puertas que chocan y la regla del codo
Los renders suelen enamorar, pero hay algo que no enseñan: cómo se circula de verdad por la cocina. Uno de los errores más frecuentes es ajustar demasiado las medidas. Pasillos de 80 cm que parecen suficientes sobre plano, pero que no permiten pasar con una bandeja sin rozar nada; puertas de columnas que chocan con la encimera o no abren del todo; placas de cocción a 5 cm del paso de circulación, un gesto incómodo que suele terminar mal.
A esto se suman microondas colocados demasiado altos, que obligan a levantar peso a la altura de la cara, y muebles altos tan profundos que acabas dándote golpes al acercarte. El truco de Yolanda es sencillo: "mejor aplicar la regla del codo: si al levantar el codo te chocas con algo, hay que cambiar la solución". En la imagen, cocina diseñada por el estudio Trestrazos.
Cuarto error. El almacenaje mal planteado "desde fuera"
Sorprende la cantidad de cocinas nuevas que fallan precisamente en lo que parece más fácil: el almacenaje. El motivo, según Yolanda, es claro: "se diseña desde fuera hacia dentro, y debería ser al revés". Muchas puertas y pocos cajones (o sin extracción total), esquinas ciegas donde mueren fuentes y tuppers, muebles altos sin baldas suficientes, alturas interiores que no admiten botellas, cajas de cereales ni pequeños electrodomésticos en vertical. Todos son errores que solo se descubren cuando la cocina está montada. La lección es clara: no se trata de tener más muebles, sino de que cada centímetro sea útil y accesible. A menudo no necesitamos más espacio, sino mejores espacios. Cocina de CESAR by Estudio Nero.
La encimera suele ser uno de los puntos que más encarece el presupuesto y, paradójicamente, donde más se complica el proyecto. La experta en diseño de cocinas resume los fallos en tres: poca superficie libre, materiales delicados para el uso real y alturas incorrectas. "He visto preciosos mármoles que envejecen en dos semanas con limón o aceite", advierte. La encimera es el escenario de casi todo: cortar, apoyar, servir, colocar pequeños electrodomésticos.
Por eso, más allá del aspecto decorativo, conviene valorar la resistencia del material, su facilidad de mantenimiento y la continuidad: cuantas menos juntas en las zonas de trabajo, mejor. En cuanto a la altura, huir del estándar cuando eres muy alta o muy baja puede marcar la diferencia en tu espalda y en tu día a día. En la imagen, modelo Kali de Cocinas Río.
Sexto error. Iluminación: la capa invisible que rejuvenece (o envejece) la cocina
Otro clásico olvidado: la luz. No basta con una lámpara general bonita ni con que la cocina tenga mucha claridad. Lo importante no es solo la intensidad, sino dónde cae. Los errores más frecuentes que señala la experta son la luz que proyecta sombra justo en la encimera, la falta de iluminación bajo los muebles altos, las temperaturas de color mezcladas y las zonas de trabajo sin luz específica.
Una cocina bien iluminada debería tener, como mínimo, tres capas: una luz general, otra funcional para trabajar y una ambiental que aporte calidez cuando no estás cocinando. "Una luz mal colocada envejece más una cocina que un color mal elegido", apunta Yolanda. Y la sensación del espacio cambia por completo con una buena iluminación. Cocina de la firma Socoo'c.
Séptimo error. Materiales y acabados muy a la moda pasajera
Las tendencias en cocinas son tentadoras, pero también pueden salir muy caras si no se miran con lupa. El error principal es no priorizar la resistencia por encima de la moda. En la cocina, los materiales conviven con calor, vapor, agua, grasa y golpes. Suelos porosos en zonas de cocción donde la grasa es implacable, frentes delicados que sufren con el vapor del lavavajillas, encimeras con mucha textura que acumulan suciedad en segundos, superficies que marcan todas las huellas y se limpian mal, etc. Antes de decir "me encanta este acabado", conviene preguntarse cómo va a envejecer.
La elección es estética, sí, pero también profundamente práctica. Esta cocina y comedor con cerramiento de cristal pertenece a un proyecto de la interiorista Raquel González con estilismo de Cristina Rodríguez Goitia.
Hoy convivimos con más pequeños electrodomésticos que nunca: batidoras, robots, cafeteras, air fryers, vaporeras… y aun así muchas cocinas se planifican como si solo hubiera una tostadora. Yolanda lo ve a menudo: encimeras con dos únicos enchufes, tomas ocultas detrás de la cafetera e inaccesibles, falta de enchufes en altura, ausencia total de previsión para futuras incorporaciones.
Su consejo es claro: la instalación eléctrica debería diseñarse antes que los muebles, especialmente si pensamos en enchufes escamoteables, cada vez más populares por su estética y comodidad. Lo contrario suele acabar en regletas improvisadas en una cocina de revista. Proyecto de cocina del estudio Studiomac.
Cuando se habla de cocinas abiertas al salón, la preocupación más habitual son los olores; el ruido, en cambio, se suele dejar en segundo plano hasta que la cocina está terminada. Ahí es cuando aparecen las campanas muy potentes conectadas a tubos con demasiados giros, que hacen que el sonido se multiplique, motores colocados justo encima de la zona de sofá o comedor —justo donde quieres relajarte—, placas grandes combinadas con campanas pequeñas que obligan a subir la potencia y elevan el ruido, o sistemas sin salida al exterior mal montados, donde el propio mueble amplifica el sonido.
Una buena planificación de la ventilación, las potencias y el recorrido de los conductos es tan importante como el diseño del frente de muebles. Cocina diseñada por el estudio de la interiorista Natalia Zubizarreta.
Décimo error. Diseñar la cocina como si no fuera una cocina
El último gran error tiene que ver con la estética llevada al extremo. El minimalismo más radical funciona muy bien en fotos, pero no siempre en la vida real. "El límite está en que la cocina siga siendo una cocina", resume Yolanda Chávarri. Una cocina puede ser estética, moderna, limpia y elegante, pero tiene que responder a la realidad de quien la usa.
Si renuncias a almacenaje, superficie de trabajo o enchufes solo por lograr una imagen ultra depurada, esa belleza dura muy poco: en cuanto lleguen las compras de la semana, los tuppers, las meriendas de los niños o las visitas. La mejor reforma, nos recuerda, es la que entiende tu vida antes que la moda. Serie MANO en beige de KVIK.