Las mesas de Navidad más bonitas y fáciles de copiar para triunfar estas fiestas
La magia navideña empieza en la mesa. Textiles cálidos, velas, vajillas especiales y centros verdes son los grandes aliados para convertir cualquier comida o cena en un momento memorable.
La Navidad se vive de muchas maneras, pero casi todas pasan por una mesa alrededor de la que reunir a familia y amigos. Por eso, más allá del menú, cuidar la decoración de la mesa en estas fiestas es una forma sencilla de hacer sentir a los tuyos que están viviendo un momento especial.
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Te proponemos varios ejemplos de mesas vestidas de Navidad, muy distintas entre sí —de la más tradicional en rojo y verde a propuestas llenas de dorados, otras casi nórdicas y algunas con aire de casa de campo—, para que encuentres la inspiración que mejor encaje con tu estilo y tu casa. Sobre estas líneas una propuesta clásica con mucho rojo de El Corte Inglés.
La vajilla decorada con un ciervo y coronas de hojas es la gran estrella de esta mesa de Navidad de espíritu rústico. Se realza con un juego de salvamanteles trenzados en fibras naturales y un borde verde que enmarca el conjunto, muy en sintonía con las ramas de bayas rojas y las figuras de setas decorativas que salpican la mesa. El resultado es cálido y algo bucólico, perfecto para casas de campo o comedores con mucha madera.
Si tienes una vajilla con motivo central, como esta, deja que respire: acompáñala de cristalería sencilla (sin estampado, en un solo color) y evita manteles con motivos para que no se pierda el dibujo. Todo, de El Corte Inglés.
Esta decoración está diseñada por la interiorista Raquel Chamorro. La mesa compite en protagonismo con la instalación aérea de ramas verdes que cuelga sobre ella, formando una especie de bosque flotante enmarcado en una estructura metálica. Abajo, la mesa se viste con mantel de lino natural, centros vegetales exuberantes y flores en rojo intenso.
Si te apetece un comedor muy escenográfico, copia la idea de trabajar en dos alturas: un centro bajo y otro suspendido, siempre dejando el espacio suficiente para ver a los comensales a través.
Esta es una propuesta que apuesta por el rojo, un color clásico en Navidad. Se acompaña de la figura del Cascanueces, que es otro icono de las fiestas. ¡Pura fantasía navideña! Sobre un mantel rojo vibrante, un bajoplato "joya" recubierto de bayas a tono enmarca una vajilla ilustrada con cascanueces y motivos invernales.
El centro se resuelve con ramas verdes, hojas doradas y bayas rojas que se integran con las velas del mismo color. Es la mesa perfecta si hay niños en casa o si te encanta el espíritu más lúdico de estas fechas. Todo de la firma Pastor y Gálvez. Truco a copiar: cuando el mantel y la vajilla tienen tanto protagonismo, limita la paleta a dos o tres colores (aquí rojo, verde y dorado) para que el conjunto no resulte recargado.
Esta mesa demuestra que se puede lograr unaNavidad muy elegante sin rigidez. El mantel y los caminos de lino, con un delicado motivo de ramas rojas, caen de forma natural sobre la mesa de madera clara y se combinan con una vajilla blanca, cristalería tallada y velas burdeos.
La interiorista Pilar Cinca de Punto y Seguido, en colaboración con D'Azulcobalto nos hacen esta propuesta perfecta para una comida en casa. Al fondo, el árbol nevado y el gran arreglo floral que enmarca la chimenea completan la escena. Para llevar la idea a casa, elige un textil protagonista, con un bordado o estampado discreto, pero presente, y deja que marque el ritmo del resto de elementos, siempre en la misma gama cromática.
Esta mesa apuesta por una combinación tan original como sofisticada: un mantel de terciopelo amarillo mostaza con dibujo geométrico y un centro muy frondoso en verdes oscuros, salpicado de velas cónicas y esferas transparentes. La vajilla en blanco y negro, de aire clásico, y la cubertería dorada equilibran el conjunto, que resulta elegante pero nada obvio.
Es una gran idea si quieres alejarte de los rojos sin renunciar al impacto visual: elige un color potente para el textil principal y complétalo con verdes profundos y metales dorados, siempre con cristal transparente para aligerar. Proyecto de Raquel González y estilismo de Cristina Rodríguez Goitia.
Esta mesa demuestra que una Navidad serena también es posible. Como mantel, se han combinado distintas piezas en lino de diferentes tamaños. La superposición y los pliegues aportan textura y volumen. Sobre esa composición por capas, una vajilla sencilla, copas de vidrio fino y cubiertos dorados.
El centro se resuelve con una guirnalda verde y unas velas retorcidas en distintas alturas. El toque especial lo pone la rama colgante de la que penden distintos adornos navideños. Es el look perfecto si te gustan los ambientes despejados: elige pocos elementos, pero muy bien pensados, y deja que las texturas hablen. Todo, de Bloomingville.
En esta propuesta, la mesa comparte protagonismo con el árbol de Navidad, cargado de adornos y luces. Para no competir con él, se ha optado por una base de mantel liso en verde oliva y un camino estampado en tonos azules, rojos y dorados que se repite en otros detalles. Las copas en cristal rojo y las velas en azul introducen contrastes sofisticados.
Un truco que funciona siempre: escoge uno o dos estampados protagonistas (aquí el del camino de mesa) y a partir de ellos define el resto de colores sólidos de la decoración. Esta mesa es perfecta para una comida, pero también para un desayuno o merienda. Todo de Talking Tables.
En esta mesa, la Navidad se pinta en tonos neutros con detalles en colores suaves. El mantel bordado con pequeñas flores aporta el punto tradicional, que se anima con las velas en colores. Las copas de cristal acanalado y filo dorado suben el nivel con su aire elegante.
Es una buena idea si quieres un look fresco y contemporáneo sin renunciar al espíritu navideño: combina una base neutra (madera clara y mantel blanco) con velas y regalos en una misma paleta de pasteles, y deja el rojo solo para pequeños acentos, como los frutos del pastel central. Todo, de La Redoute Interieurs.
En este comedor de aire nórdico, las verdaderas protagonistas son las grandes estrellas de papel iluminadas que flotan sobre la mesa, creando una luz cálida y muy envolvente. La mesa, con mantel de algodón crudo, se decora con una guirnalda de hojas verdes en el centro y candelabros.
Si tu techo lo permite, colgar lámparas de papel o estrellas es una forma económica de transformar el comedor: basta con agruparlas a distintas alturas y mantener la mesa en clave sencilla para no restarles protagonismo. Todo, de IKEA.
Si buscas un montaje sofisticado para una cena especial, esta mesa es pura inspiración. El dorado se adueña de la escena en forma de bajoplatos calados, cubertería metalizada, copas con filo oro y figuras decorativas como la Torre Eiffel que preside el plato. La clave para que no resulte excesivo es mantener una paleta reducida: oro y cristal transparente. Puedes rebajar con toques de madera en tono nogal (que resulta elegante, pero aporta naturalidad).
Juega con distintas texturas brillantes —liso, martelé, glitter— y agrupa en el centro de la mesa distintos elementos navideños de diferente altura. Ilumina con velas o guirnaldas de pequeñas lucecitas para que se reflejen en los materiales. Todo, de Maisons du Monde.
En esta decoración para la mesa de Navidad, Zara Home propone una interpretación en clave clásica y reposada. Un mantel oscuro de aire brocado (extra de textura), copas verdes, candelabros finos y una guirnalda de frutos rojos recorriendo la mesa componen un conjunto elegante y muy acogedor, ideal para una casa antigua o un comedor con piezas heredadas.
Copia la idea: si tu vajilla es blanca y sencilla, juega con textiles ricos y con un centro vegetal alargado que unifique toda la mesa.
Clásica en rojo y verde para el desayuno o la merienda
En esta mesa todo gira en torno al dúo navideño por excelencia, rojo y verde, actualizado con un gesto muy espectacular: la guirnalda colgante. Sobre la mesa, un camino de cuadros escoceses, que se coordina con las copas de cristal rojo y la vajilla estampada.
El truco: elevar parte de la decoración con una estructura ligera (este tipo de soporte se ancla a los bordes de la mesa de comedor) de la que cuelguen bolas, luces y adornos. Libera espacio útil en la superficie y el efecto wow está garantizado nada más entrar en el comedor. Todo, de hôma.
