Cuando llega el invierno, apetece menos salir y más quedarse en casa, que pasa a ser el escenario principal de nuestro tiempo libre. Por eso cobra especial importancia crear espacios pensados para disfrutar de verdad: cómodos, acogedores y adaptados a lo que más nos apetece hacer cuando fuera hace frío. Leer, descansar, mover el cuerpo, relajarse, compartir buenos ratos… Porque no es una cuestión de metros cuadrados, sino de intención. Y con eso en mente, aquí van diez ideas para convertir tu casa en el mejor plan del invierno.
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Un espacio para desconectar dentro del salón
A veces no necesitamos una habitación extra, sino reorganizar lo que ya tenemos. Separar un rincón del salón de la zona "oficial" de estar puede obrar milagros. Eso hizo el equipo de EM architecture en este proyecto: colocó una mecedora en un ángulo más recogido, lejos del sofá principal y del televisor, frente al paisaje nevado. Es una forma sutil de decirle a tu cerebro: aquí se viene a bajar revoluciones. Si además tienes unas vistas tan ideales como estas, mucho mejor.
Frente a la ventana: el rincón de lectura perfecto
Hay algo hipnótico en sentarse junto a una ventana en invierno. El frío queda fuera y tú estás dentro, calentita, mirando cómo pasa el mundo. Aquí las vistas son protagonistas, y todo lo demás debe jugar a su favor: un asiento confortable, acompañado de un puf o reposapiés a juego para estirar las piernas —como esta pareja de la firma &Tradicion. Las tapicerías importan, y mucho: tejidos suaves y agradables que refuercen esa sensación de calma. Es el rincón ideal para leer, releer y dejar el libro boca abajo mientras miras al infinito.
La chaise longue que se disfruta más que nunca
Si en tu salón, tienes una chaise longue (como este, un proyecto de LN Studio en colaboración con SMPL Design Studio), ya sabes que es el asiento estrella: permite tumbarse, acurrucarse, estirar las piernas y cambiar de postura mil veces. Para adaptarla a esta época del año, juega con los textiles: mantas más gruesas, cojines extra, fundas de tejidos cálidos. Añade una mesita baja cerca para apoyar una taza de té o un libro y revisa la iluminación: una lámpara de pie puede transformar ese espacio en tu rincón favorito para las tardes eternas de invierno.
Recupera la sala de estar de toda la vida
Fue a finales de los 80 cuando muchas casas empezaron a incorporar una sala de estar distinta del salón. Un espacio menos formal, pensado para disfrutar, no para impresionar, y que refleja nuestros gustos personales: con buen sillón, una mesa de centro y estanterías con libros, fotografías, recuerdos y objetos con historia. Es una estancia como esta que nos propone la firma FermLiving, ideal para leer, escribir, escuchar música o simplemente ver la tele, y que en los meses fríos se vuelve especialmente valiosa
Una sala de cine pensada para maratones
Ver la tele no es lo mismo que vivir un buen maratón de series o películas. Si tienes espacio, montar una sala de cine es un planazo invernal. Sofás profundos, butacas reclinables, pufs que se mueven según las necesidades del momento y una iluminación regulable que no canse la vista. Piensa también en la acústica y en tener mantas a mano. Este rincón no busca ser formal ni elegante: busca ser cómodo, acogedor y funcional. El invierno es largo… y las temporadas completas también. El espacio que vemos sobre estas líneas pertenece a un proyecto OMEO Design, estudio de arquitectura e interiorismo marbellí liderado por Olivia O. Wickert.
Un auténtico salvavidas social
Cuando salir de casa da pereza, tener un espacio para jugarlo cambia todo. Así que, ya sabes, si tienes un sótano, una buhardilla o una habitación que apenas usáis, no lo dudes: monta tu propia sala de juegos. Lo ideal es organizar una zona de estar cómoda para charlar y añadir un elemento protagonista, como un futbolín o una mesa de billar, sin olvidar los dardos y una buena colección de juegos de mesa. Si además incluyes una pequeña barra para bebidas, el éxito está prácticamente asegurado. Esta, diseñada por GC Studio, es perfecta. Es un lugar pensado para compartir, reír y pasar horas sin mirar el reloj.
El cuarto de baño como rincón de bienestar
El baño también puede convertirse en un auténtico refugio invernal, incluso sin necesidad de instalar una bañera exenta. Pero si decides incorporarla, no hay duda: la experiencia se eleva al máximo. Así que, si estás considerando reformas, este es un buen momento para planificarlo, ya que normalmente requiere obra para reforzar el suelo y adaptar la fontanería. No siempre resulta complicado, pero sí es algo que conviene organizar con antelación.
En este caso, un proyecto del estudio Boom-Town, la bañera se apoya en el tabique que separa el baño del dormitorio. La zona de los lavabos queda en frente, con un espacio libre de más de 90 cm que garantiza un paso cómodo.
Y recuerda que no todo depende de la bañera. Añade una alfombra mullida, toallas suaves, velas aromáticas, una iluminación cálida regulable e incluso algunas plantas resistentes a la humedad. Todos estos detalles contribuyen a crear un ambiente acogedor y verdaderamente relajante.
Una habitación para tus DIY
Tener un hobby es un respiro para la mente, y contar con un espacio propio lo convierte en un pequeño lujo diario. Por eso, te proponemos dedicar una habitación de la casa a tu taller creativo: un rincón de costura, un espacio para pintar, una zona de manualidades o incluso de bricolaje. Un lugar pensado para dejar volar la creatividad y disfrutar de cada proyecto.
Para aprovechar al máximo el espacio, opta por muebles versátiles, por ejemplo, la mesa de trabajo NORDEN de IKEA, que se despliega cuando la necesitas y se recoge al terminar, y aprovecha las paredes con soluciones que te ayuden a mantener pinceles, tijeras, hilos y herramientas siempre a mano, como los tableros SKÅDIS, también de la firma sueca.
Un área para yoga o fitness en casa
El entorno lo es todo cuando hablamos de yoga o ejercicio suave. No necesitas una sala enorme, solo un espacio despejado, ordenado, cálido y con buena luz. Cuanto menos ruido visual, mejor. Lo bueno que tiene practicar en casa es que puedes adaptar el ambiente a tu gusto: luces suaves, música instrumental, una vela aromática…
Ten preparado un pequeño kit en una caja o cesta con lo básico: ropa cómoda, una toalla, unas zapatillas de estar por casa, y también los accesorios que utilices habitualmente, como una colchoneta, mancuernas, una pelota de yoga o bandas elásticas. Estos son de Zara Home.
Un rincón donde disfrutar de la música
Para los melómanos, no hace falta un espacio enorme: un sillón cómodo, un buen equipo de sonido y una alfombra que absorba el ruido son suficientes. Pero no se trata solo de escuchar; tener instrumentos a mano —una guitarra, un bajo, un teclado, una batería…— convierte el lugar en un espacio donde tocar, improvisar o simplemente experimentar con tus canciones favoritas.
Puedes delimitar el ambiente y darle carácter con detalles decorativos que hablen de tu pasión: un papel pintado con motivos musicales como este, de la firma Mind the Gap, en Gancedo; vinilos enmarcados, partituras, cuadros o estanterías llenas de discos y libros sobre música.
En este espacio podrás pasar horas alternando entre escuchar un disco entero, tocar un instrumento o simplemente dejar que la música te envuelva mientras te relajas.
