Raquel Chamorro, interiorista: “Una disposición equilibrada en la mesa genera un efecto de naturalidad y elegancia, donde cada pieza parece colocada con intención y cuidado”
Ni rojo chillón ni brillos plateados, este año la mesa de Navidad apuesta por lo natural. Si quieres saber cómo montarla, toma nota de las claves de estilo de la experta en decoración y disfruta de su serena elegancia.
Ni rojo ni verde ni exceso de brillo, la tendencia de decoración para vestir la mesa esta Navidad apuesta por colores suaves, texturas naturales y detalles campestres. El resultado es un ambiente acogedor y elegante a partes iguales, con un toque rústico renovado, que despierta sensaciones y emociones. Una mesa que invita a sentarse y disfrutar, además de una buena comida, del placer de reunirse y compartir.
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La reconocida interiorista Raquel Chamorro (raquelchamorrodesign.com) nos da las claves para poner en práctica esta tendencia y dejarse contagiar por este estilo relajado y auténtico. “La mesa navideña se convierte en un verdadero escenario donde los materiales naturales y los elementos, cuidadosamente elegidos, cobranprotagonismo. Un mantel de lino natural perfectamente colocado, en tonos neutros, sirve de base a la decoración sin distraer. La sencillez del tejido permite que la madera, la cerámica artesanal y los elementos vegetales destaquen, creando una sensación de armonía y calidez inmediata”.
A la hora de montar una mesa, independientemente del estilo y la ocasión, no solo debes tener en cuenta el mantel y la vajilla especial, sino también crear un conjunto equilibrado, donde todos los elementos encajen, como ocurre en esta vestida por la interiorista.
Para evitar 'catástrofes visuales', la experta explica que la "composición de la mesa debe respirar. Alternaralturas, combinarjarrones, velas y pequeños elementos vegetales permite crear un ritmo visual que invita a descubrir cada detalle. La disposición equilibrada, sin sobrecargar, genera un efecto de naturalidad y elegancia, donde cada pieza parece colocada con intención y cuidado".
Esto no significa que haya que renunciar al color estrella de la Navidad (el rojo), sino que, en esta tendencia natural, hay que usarlo en toques y en tonos suaves.
"Los tonos tierra, verdes apagados, blancos rotos y rojos suaves generan serenidad y unifican los elementos de la mesa. Esta paleta permite que las piezas artesanales y los elementos vegetales brillen por sí mismos, creando un efecto visual elegante y acogedor, característico de la estética rústica y de campo", señala la interiorista. Esta propuesta de Broste Copenhague demuestra la elegancia natural de los neutros.
La decoración texturizada encaja muy bien esta tendencia natural, que apuesta por las sensaciones. "La combinación de madera envejecida, cerámica artesanal, vidrio soplado y fibras naturales aporta un juego de texturas que despierta los sentidos. Cada material invita a ser tocado y observado, y genera una sensación de proximidad y autenticidad. En una Navidad rústica, la riqueza no se mide por la abundancia de objetos, sino por la calidad de cada pieza y la manera en que se relaciona con el conjunto", asegura Raquel Chamorro.
En esta fotografía de una mesa montada por la experta, se ve el candelero de vidrio que ha revestido Baimara con telas de yute y tejidos artesanales realizados en Perú, en tonos que combinan con la mesa y le da vida.
En una tendencia de decoración que mira y se inspira en la naturaleza, plantas y flores son más que un accesorio. "El encanto reside en traer al interior la riqueza del entorno natural. Para un toque rústico pero elegante, los verdes locales son imprescindibles: encina, bellota, acebo con sus bolitas rojas, ramas desnudas y toques de pino aportan volumen, movimiento y aroma al conjunto. Las flores pequeñas, como flor de cera o limonium en blanco, intercaladas con los verdes, añaden ligereza y refinamiento. Y, si es posible, mejor, especies locales, que refuerzan la conexión con el entorno", cuenta la experta.
Así, en esta mesa, diseñada por la interiorista, la combinación de Arbolande genera un paisaje vivo y texturizado, que envuelve la mesa con elegancia natural y autenticidad precisas. "La composición de lámparas que descienden del techo entrelaza ramas verdes y doradas, dejando caer cintas de terciopelo, que aportan movimiento y un sutil toque festivo. En un ambiente rústico, este gesto se transforma con naturalidad, sustituyendo el terciopelo por tiras de rafia terminadas en pequeños cascabeles, que añaden un aire campestre, delicado y lleno de encanto".
La iluminación de la mesa de comedor siempre es importante, pero en las celebraciones navideñas aún tiene un papel más relevante, ya que no solo debe permitir la visión, sino también crear atmósfera, requisitos que cumple esta propuesta de El Corte Inglés.
"La luz de las velassuaviza el ambiente y añade un matizacogedor a la mesa. Velas de cera natural o reciclada, colocadas en portavelas de madera, hierro o cerámica artesanal, crean rincones de intimidad que invitan a la conversación con luces y sombras. También resultan ideales los boles de cristal llenos de agua con varias velas flotando. Aportan una luz suave y envolvente, sin riesgo, y se integran con naturalidad en cualquier mesa, creando destellos dinámicos que acompañan la decoración, sin imponerse".
Que estemos ante una mesa sencilla, no significa que debamos renunciar a los adornos navideños, porque como dice la experta, "cada adorno, por pequeño que sea, contribuye al equilibrio de la decoración". Eso sí, deben estar en sintonía con el estilo de esta tendencia, como los de esta propuesta de Ferm Living.
"Cada elección refleja respeto por la naturaleza y un cuidado consciente por los detalles, convirtiendo la decoración en un gesto de armonía y elegancia responsable. Cintas de yute, detalles de madera, saquitos de lino, piñas o frutos secos aportan carácter y originalidad. Imprescindibles las nueces y otros, tanto de adorno como para comer o decoración. Si hay tablas de madera planas o con formas singulares en otros rincones, pueden incorporarse perfectamente a la mesa, siempre que se pulan y enceren para realzar su nobleza. Sobre ellas es posible presentar con gran elegancia pequeñas degustaciones, como delicados patés o cortes selectos, creando un rincón que armoniza con la estética rústica y refinada del conjunto", recomienda.
A dulces navideños, hogar o abeto... Los aromas de Navidad son especiales, como las velas de Cerabella. Un perfume que se siente desde la cocina, pasando por el salón, hasta el comedor. Se trata de que esté presente, sin competir con las fragancias de la mesa. Raquel Chamorro recomienda integrarlo a la mesa "en centros de mesa o pequeños saquitos sobre los platos, que refuerzan la sensación de calidez y proximidad, aportando una dimensión invisible pero esencial. El aroma de pino, canela, clavo o cáscaras de naranja seca envuelve la mesa, convirtiendo cada encuentro en una experiencia sensorial".
¿Otra buena idea de experta?: "envolver los servilleteros con canela en rama, sujetos por rafia o rafia sola con una lazada".
Un mantel siempre aporta elegancia, además de ser un elemento muy práctico. La interiorista va más allá y defiende también el papel del camino de mesa (este de Loberon), ya que "aporta ritmo y coherencia visual. Prefiero texturas suaves y naturales, como lino o algodón de origen responsable, en tonos que evocan la tierra y la naturaleza. Se convierte en una guía discreta que une todos los elementos, al tiempo que aporta estructura, sin restar protagonismo a las piezas principales, como jarrones, velas o pequeños detalles artesanales”.
Además, nos ofrece un truco extra para vestir la mesa navideña: doblar las servilletas en diagonal: "adquieren una presencia mucho más escenográfica cuando se anudan con una sencilla rafia y dejan caer su forma hacia el frente de cada comensal. No deben limitarse a ocupar el plano de la mesa, sino deslizarse ligeramente fuera de él, aportando movimiento, verticalidad y un gesto de naturalidad, que enriquece la composición”.
La interiorista lo tiene claro, esta tendencia natural "se define por la coherencia entre estética y valores. Cada elección, tejidos, maderas, cerámicas y flores busca respetar la naturaleza, apoyar la artesanía local y fomentar la sostenibilidad. La belleza se encuentra en lo natural, lo consciente y lo duradero, en un hogar que respiracalidez y autenticidad, sin necesidad de artificios".
Esta propuesta de Söstrene Grene todo nos conecta con la naturaleza. Desde la mesa de madera hasta las sillas de enea o las ramas de abeto que cuelgan de la lámpara de techo.