Ideas de decoración

Nadie habla de ellos, pero estos asientos salvan cualquier reunión en casa


Cuando llegan las visitas, siempre viene bien tener asientos extra a mano. Pufs que sacas en un segundo, butacas que se mueven de aquí para allá y rincones que se improvisan. Pequeñas ayudas que hacen que todo el mundo esté cómodo… y que el plan fluya.


Salón con sofá naranja y sillas de vitra© Vitra
27 de noviembre de 2025 - 7:00 CET

Hay un momento del año —justo ahora, cuando el frío empieza a pedir plan casero— en el que las reuniones "multitudinarias" se vuelven algo casi automático. No hace falta que sea Navidad (aunque la tengamos ya tocando la puerta). Basta un día de lluvia o un "vente a casa" que se transforma en "venga, os venís todos". Y ahí, de pronto, tu salón parece más pequeño de lo que recordabas. 

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Pero recibir invitados no debería implicar montar un campamento improvisado ni convertir la zona de estar en un desfile de sillas desparejadas, taburetes sacados del fondo del trastero y un puf que no sabes muy bien de dónde ha salido. El secreto para que haya sitio para todos —y que el salón siga teniendo dignidad estética— está en anticiparse: tener recursos prácticos, piezas ligeras, textiles cálidos, asientos escondidos que aparecen cuando toca y soluciones listas para transformar tu salón en modo anfitriona profesional.

Aquí tienes 10 claves para que tus reuniones de invierno —y las navideñas, y las que vengan— sean cómodas y sin sensación de "he puesto lo que he encontrado". Ideas prácticas, decorativas y funcionales para que tu salón diga: "Sí, podéis pasar… ¡que hay sitio para todos!".

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© IKEA

Muebles que cambian de función

Un clásico que nunca falla: mirar lo que ya tienes. Ese banco a los pies de la cama o la banqueta del recibidor pueden convertirse en los mejores asientos extra del salón. Solo hay que moverlos unos metros.

La idea es buena por dos motivos: añade plazas sin comprar nada nuevo y ayuda a "cerrar" visualmente la zona de estar, como si fuera una composición pensada adrede. Lo vemos en este ambiente, decorado con muebles de IKEA, donde un banco de la colección STOCKHOLM, de madera maciza y funda de cuero, completa la zona de asientos. Basta añadir un plaid bonito o un par de cojines y quedará perfecto.

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© El Corte Inglés

Piezas ligeras que van donde tú vayas

En reuniones numerosas, la clave es la flexibilidad. Pufs livianos, butacas de metal con brazos como estas, el modelo Habana de El Corte Inglés Home que, además, llevan fundas de tejido bouclé.  Todo lo que puedas mover con una mano será tu aliado.

¿Por qué es importante? Porque te permite reorganizar el espacio en segundos sin sensación de caos. Puedes acercar un puf a la conversación, dejar otro junto a la mesa de centro o retirarlo cuando toque sacar la bandeja de dulces. Opta por materiales ligeros y formas redondeadas que no "pesen" visualmente.

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© Amador Toril

Asientos integrados

Si prefieres que el salón no parezca que ha duplicado su mobiliario, elige asientos extra que hablen el mismo idioma que los existentesTapicerías en tonos similares, tejidos que ya estén en cojines o mantas, líneas suaves y discretas. Así lo hizo el interiorista Alberto Torres en este proyecto, donde apostó por unos pufs negros, un color presente en otros detalles de la decoración.

Con esto consigues que, aunque haya más piezas, no se note "ruido visual". Es ideal para espacios pequeños donde cada elemento cuenta. Además, es una inversión segura: podrás usarlos durante todo el año sin que desentonen.

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© Oriana B.

O todo lo contrario: en contraste

Para quienes disfrutan rompiendo un poco las reglas: asientos que destaquen a propósito, como las butacas de este espacio, decorado con muebles de la firma Oriana B. Un puf estampado, una butaca en terciopelo color vino o un tejido con textura. El contraste queda espectacular cuando el salón es mayoritariamente neutro.

¿Por qué funciona? Porque aporta personalidad y profundidad. Eso sí, elige un contraste "bien pensado": colores joya, texturas agradables, estampados elegantes… Con uno o dos aciertos es suficiente para transformar el ambiente. 

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© Amador Toril

Tejidos que invitan a quedarse

En invierno, los textiles marcan la diferencia. Un puf puede ser muy mono, pero si está tapizado en lana bouclé, pana o terciopelo ya es otro nivel. Ofrecen calidez visual y táctil, como los sillones de este proyecto de la interiorista María Acha.

La idea es sumar sensación de acogimiento sin agobiar, así que opta por materiales cálidos pero en formas visualmente ligeras. 

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© Vitra

Los clásicos salvavidas

Cuando el espacio escasea, lo práctico manda. Las sillas plegables modernas son bonitas, firmes y fáciles de guardar. Las apilables, ni te cuento. Y las del comedor… son un recurso fantástico que muchas veces olvidamos. En este caso, el sofá se ha acompañado de un par de sillas HAL de Vitra, un diseño de Jasper Morrison, que suben el nivel de cualquier interior.

Puedes traer un par al salón y cerrarán la composición sin que parezca improvisado. ¿El truco? Que estén cerca en estilo o color del resto del espacio, o añadir un cojín para integrarlas mejor. Son rápidas de mover, ligeras y te permiten ampliar el aforo en segundos.

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© Tiago Patricio Rodrigues Arquitetura Interior

Fáciles de guardar

Los asientos extra deberían ser como los buenos invitados: aparecen cuando hace falta y se esfuman cuando termina la fiesta. Busca piezas que puedan esconderse detrás del sofá, bajo una consola, en un armario o incluso debajo de la mesa de centro. Es el caso de este proyecto de Tiago Patricio Rodrigues Studio, donde unos mini taburetes solucionan el tema de los asientos.

También los pufs con almacenaje son oro puro: además de asiento, sirven para guardar mantas, juegos o cualquier cosa que quieras tener cerca sin que se vea. Si eres de salones despejados, este truco es para ti.

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© Amador Toril

¡Que fluya!

No importa cuántas personas haya: si se ven entre ellas, la conversación fluye. Colocar los asientos en semicírculo alrededor de la mesa de centro crea un efecto acogedor, ordenado y muy social. Justo lo que se ha hecho en este salón, un proyecto de la interiorista Raquel González.

Este truco hace que incluso los asientos "añadidos" parezcan parte del plan inicial. Además, evita que la gente tenga que girarse demasiado y hace que todo parezca más natural y relajado. Ideal para esas tardes largas de charla y risas.

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© Jon Day

Juega con las alturas

Mezclar alturas —pufs bajos, butacas medias, bancos largos, chaises longuesaporta dinamismo visual y hace que el conjunto parezca pensado por un profesional. Y lo mejor: ayuda a que haya sitio para todos sin saturar.

¿Por qué? Porque las piezas bajas ocupan menos volumen visual y las altas dan estructura. La combinación crea equilibrio y evita la sensación de "montón de sillas". Solo asegúrate de que haya un hilo conductor: color, textura o forma. En este caso, un ambiente decorado con muebles de la firma Furniture Village, el verde y la madera.

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© La Redoute Interiéurs

Un rincón para los peques

Cuando la casa se llena, los niños suelen acabar moviéndose entre las piernas de los adultos como coches de choque. Solución: crearles un pequeño "campamento" dentro del salón. Un par de cojines de suelo bien gorditos colocados contra la pared, otros como respaldo y listo: un rincón cómodo, seguro y recogido para que jueguen a sus anchas. Algo así, como el que vemos sobre estas líneas, con muebles y textiles de La Redoute Interiéurs.

¿Por qué funciona? Porque libera el sofá y mantiene la armonía visual: los cojines se ven más integrados que las sillas improvisadas. Además, se recogen en segundos. Apuesta por textiles resistentes y en tonos que ya existan en el salón para que este rincón no desentone.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.