Plantas de exterior

La planta poco conocida que mantendrá tu jardín lleno de flores incluso en otoño


Las flores plumosas del Astilbe llenarán tu jardín de movimiento, textura y belleza. Descubre cuáles son los cuidados que necesita para que prospere


Jardín con astilbes de diferentes colores. © Tatiana - stock.adobe.com
27 de octubre de 2025 - 13:00 CET

Si buscas una planta que aporte textura, elegancia y un toque romántico a tu jardín durante gran parte del año, apuesta por el Astilbe. Sus flores, que parecen plumas, ligeras como el aire, crean un efecto de nube que llena de color rincones sombríos del jardín. Lo mejor del Astilbe es que no necesita de grandes cuidados. Además, agradece un suelo fresco y húmedo, justo lo que buscan quienes desean un jardín exuberante sin invertir demasiado tiempo. Además, es una planta muy apreciada por los floristas por su belleza salvaje, así como por paisajistas, ya que combina con helechos, hortensias u hostas, creando composiciones llenas de movimiento. Aunque florece en verano, en otoño podrás ver cómo sus flores secas siguen decorando el jardín hasta la poda. 

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© Tunatura - stock.adobe.com

Origen y características del Astilbe  

Originario de Asia y Norteamérica, el Astilbe pertenece a la familia de las Saxifragáceas, una de las más apreciadas por su resistencia y capacidad de crecer en zonas de sombra. Existen más de 20 especies y numerosos híbridos con flores de distintas alturas, colores y densidades. 

Si hay algo por lo que destaca el Astilbe es por sus inflorescencias, compuestas por pequeñas flores plumosas. Se puede encontrar en tonos blancos, rosados, rojos o púrpura, que contrastan con sus hojas, de un verde intenso. Esta combinación de elegancia y robustez lo convierte en una opción ideal tanto para todo tipo de jardines. 

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Dónde colocar el Astilbe  

El lugar ideal para el Astilbe es una zona semisombreada, protegida del sol directo, que secará sus hojas con rapidez. Es una planta muy adecuada para llenar de vida borduras o zonas húmedas del jardín. También puede cultivarse junto a fuentes de agua o estanques, ya que cuentan con un nivel de humedad estable. 

Lo ideal es cultivarla en un jardín donde hay sol por la mañana y sombra por la tarde. También puedes tenerla en macetas de gran tamaño, siempre que el sustrato retenga agua sin encharcamientos. 

Un consejo: no lo coloques en suelos secos o expuestos al viento, ya que se estropeará y no podrás disfrutar de su increíble floración.  

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Temperatura y resistencia  

Una de las ventajas del Astilbe es que soporta bastante bien las bajas temperaturas, incluso las heladas de invierno, gracias a sus raíces rizomatosas que se regeneran cada año. Para que crezca sana lo ideal es mantenerla entre unas temperaturas entre 10 °C y 25 °C, aunque puede sobrevivir en inviernos más fríos si el suelo se mantiene húmedo. 

En verano, las temperaturas extremas pueden provocar que se marchite, por lo que conviene aumentar el riego o crear un acolchado vegetal que conserve la humedad. Otro factor que agradece el Astilbe es la humedad ambiental, que favorece su desarrollo. 

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Riego y humedad ideal  

El riego es clave para el éxito del Astilbe. A diferencia de otras vivaces, no tolera la sequía ni los suelos compactos que impiden el drenaje. Lo más adecuado para su desarrollo es un sustrato constantemente húmedo, sobre todo en el periodo de floración (de mayo a septiembre). 

Proporciona a la planta ideal un riego regular, pero sin excesos para evitar que las raíces se pudran. En verano, proporciona pulverizaciones sobre las hojas en los días de más calor, lo que ayuda a mantener un microclima fresco. 

En zonas donde llueve poco, es recomendable el uso de acolchados naturales como hojas de pino o corteza. Esto te ayudará a conservar la humedad durante más tiempo. Si la tienes en maceta, revisa que el agua no se acumule en el fondo. 

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Sustrato y tipo de suelo  

El Astilbe necesita un sustrato rico en materia orgánica, suelto y con buen drenaje, pero que conserve la humedad de forma constante. Los suelos arcillosos, si se mezclan con compost y turba, pueden funcionar perfectamente. Lo importante es mantener un equilibrio entre retención y aireación. Si el pH es ligeramente ácido (entre 5,5 y 6,5), sus raíces se desarrollan con mayor vigor y las flores resultan más intensas.

Antes de plantar el Astilbe, conviene añadir humus y una capa de mulching orgánico para mantener las condiciones del suelo. No olvides renovar el sustrato de superficie cada primavera para estimular nuevos brotes.  

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Fertilización y cuidados estacionales  

Aunque no es exigente, el Astilbe responde bien a fertilizantes orgánicos a comienzos de primavera. Un abono rico en nitrógeno y potasio favorecerá el crecimiento de hojas y la formación de inflorescencias vigorosas. Durante el verano puedes reforzar la nutrición con compost o mantillo orgánico, que además conservará la humedad. 

Si cultivas en maceta, aplica fertilizante líquido cada tres semanas en la época de floración. Si quieres prolongar la floración, elimina las flores marchitas. 

En otoño, aplica una ligera capa de compost alrededor de la base para proteger la planta del frío. 

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Poda y mantenimiento  

La poda del Astilbe es sencilla pero esencial para mantener su atractivo. Tras la floración, puedes mantener las flores durante unas semanas para disfrutar de su belleza. Después se recomienda cortar las inflorescencias secas para evitar que la planta gaste energía. 

Asimismo, cuando el follaje comience a amarillear, puedes recortarlo a ras de suelo, dejando los rizomas protegidos bajo tierra. Así brotará con más fuerza en primavera. 

En zonas frías, añade un poco de mantillo o acolchado sobre el área de plantación para evitar daños por heladas severas. 

Si con los años la planta pierde vigor, cada tres o cuatro temporadas se recomienda dividirla para ganar nuevas plantas y revitalizarás las originales. Hazlo en primavera o a finales del verano, cuando el suelo aún conserva calor. 

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Uso del Astilbe en floristería y decoración  

El Astilbe no solo es una joya para el jardín, también es muy apreciada en ramos y arreglos florales. Sus flores plumosas aportan volumen, ligereza y un aspecto romántico a los ramos. En floristería se usa tanto en creaciones frescas como secas (puedes colgar las espigas boca abajo para conservarlas durante meses). 

Queda genial con rosas, peonías y hortensias, y aporta elegancia natural a bodas o celebraciones al aire libre. También es habitual verlo en centros de mesa o coronas florales por su textura y su capacidad de conservar color. 

Un consejo: corta unas flores por la mañana y ponlas en agua fresca, mantendrán su belleza durante más de una semana. 

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Interés del Astilbe en otoño 

Aunque su máximo esplendor llega en verano, el Astilbe conserva un gran interés en otoño. Sus flores adquieren un tono marrón y sus hojas se tiñen de tonos cobrizos, amarillos o rojizos, aportando calidez a los jardines en una época donde muchos colores desaparecen. Eso sí, recuerda podarlas antes de que empiece demasiado el frío para que la planta no derroche energía en crear semillas. 

Muchos jardineros lo aprovechan también como fondo para crisantemos u otras flores otoñales, creando combinaciones llenas de textura. Aun sin flores, su estructura mantiene el equilibrio visual del parterre.  

© Tatiana - stock.adobe.com

Plagas y enfermedades del Astilbe  

El Astilbe es una planta resistente, pero no invencible a cualquier circunstancia. Los ambientes muy secos pueden provocar la aparición de arañas rojas. Otros problemas son el oídio y los hongos del suelo, que son frecuentes cuando la ventilación es escasa o el agua se acumula. Para evitarlo, controla los riegos, mejora el drenaje y aplica fungicidas ecológicos si detectas manchas blancas en las hojas. 

Aunque el Astilbe es amante de los ambientes húmedos, esto también puede provocar que caracoles y babosas se sientan atraídos por esas condiciones. 

Asimismo, si observas hojas amarillas o secas, revisa las raíces: podría ser exceso de sol o falta de nutrientes. 

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