De una planta nacen diez: estas especies de interior se multiplican solas
Si te gustan las plantas y tu casa es un jardín interior, te invitamos a que las reproduzcas tú mismo, ya sea para seguir ampliando tu colección o regalarlas. Estas plantas de interior casi lo hacen solas. ¡No hace falta ser un experto en jardinería!
¿Te gustaría multiplicar tus plantas favoritas sin apenas esfuerzo y llenar tu casa de verde? Existen especies de interior que, además de ser decorativas y resistentes, tienen una capacidad increíble para reproducirse. Basta con saber cuál es el mejor método para cada una de ellas: algunas se propagan por esquejes en agua, otras por división de matas o incluso por hojas. Te damos todos los trucos que necesitas para ayudarte a identificar esas plantas fáciles de reproducir y cómo hacerlo paso a paso. Así no solo disfrutas de su belleza, sino que puedes regalarlas, intercambiarlas o llenar cada rincón de tu casa con ellas.
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El poto es una de las plantas más fáciles de propagar y, sin duda, una de las más agradecidas. Para hacerlo tan solo tienes que cortar una rama justo por debajo de un nudo y colocarla en un vaso de agua. Verás que las raíces aparecen en pocos días. Será necesario que cambies el agua cada semana y asegurarte de que reciba luz indirecta. Una vez tenga raíces fuertes, puedes plantarla en una maceta. Este método te permite multiplicarla con rapidez y tener nuevos ejemplares siempre listos para decorar. Además, al crecer en cascada, es ideal para colgar en estanterías o maceteros altos.
Aunque reproducir una monstera deliciosa puede parecer complicado, no lo es si sigues los pasos correctos. Para conseguirlo, corta un tallo que incluya un nodo y una raíz aérea. Ponlo en agua o en sustrato húmedo, y dale tiempo en un lugar cálido con luz tamizada. Las raíces empezarán a desarrollarse al cabo de un par de semanas. Uno de los factores más importantes es mantener la humedad constante de manera que el proceso sea exitoso. Una vez establecida, tendrás una nueva planta lista para crecer con fuerza y llenar tu casa de ese aire tropical de la monstera deliciosa.
La malamadre, también conocida como cinta o lazo de amor, es una experta en multiplicarse sola. Sus hijuelos cuelgan de los tallos como pequeñas réplicas en miniatura, listas para independizarse. Basta con cortar uno que tenga raíces incipientes y colocarlo en agua o tierra directamente. En poco tiempo enraizará y ofrecerá la belleza exuberante que la caracteriza. Es ideal para llenar de vida una estantería, regalar o crear una composición de macetas con mucho movimiento. Además, es resistente, purifica el aire y se adapta a cualquier ambiente.
Aunque su crecimiento es lento, la sansevieria puede reproducirse fácilmente por división o incluso por hojas. Puedes cortar una hoja en tramos de unos 10 cm y colocarlos en agua o directamente en tierra húmeda. Aunque se tarda hasta varias semanas en apreciar los resultados, el resultado merece la pena.
Otra opción es dividir la planta por rizomas al trasplantarla, un proceso mucho más rápido, aunque algo más complejo. El mejor momento para hacerlo es durante la primavera o principios del verano, cuando la planta está en su fase de crecimiento activo. Hazlo cuando la planta sea demasiado grande para su maceta actual y las raíces estén saliendo por los agujeros de drenaje o, simplemente, para obtener nuevas plantas.
La tradescantia, característica por sus tonos purpúreos, verdes o plateados, es una planta con tallos suculentos que se reproduce muy rápido por esquejes. Solo necesitas cortar una ramita, retirar las hojas inferiores y colocarla en agua. En unos días verás aparecer unas raíces blancas y finas. Después, trasplántala a una maceta con buen drenaje. Es una opción excelente si buscas llenar tu casa de color. Además, cuidar la tradescantia es muy sencillo. Puedes colocarla en una estantería o en un rincón apagado. Además, al ser una planta de crecimiento rápido, podrás tener un bonito green corner en tan solo unas semanas.
Existen muchas variedades de filodendro y la mayoría se reproduce con facilidad. Para hacerlo, corta un segmento de tallo con al menos un nudo y colócalo en agua limpia. Ubica tu esqueje en una zona con luz suave y una temperatura estable. A las dos semanas verás aparecer las raíces y, poco después, estará listo para pasarlo a una maceta. Estas plantas se caracterizan por su porte elegante, con un toque tropical que añade un plus a cualquier ambiente. Lo mejor es que su mantenimiento es mínimo. Al reproducirse fácilmente, puedes tener varios ejemplares y jugar con distintas especies.
Una de las plantas más bonitas de interior es el cóleo. Sus hojas, de tonos intensos entre verde, rosado, púrpura o rojo intenso, ofrecen un aspecto único a cualquier rincón. Y lo mejor es que se reproduce con muchísima facilidad. Tan solo tienes que cortar una ramita de unos 10 cm, retirar las hojas bajas y colocarla en agua. En una semana suele desarrollar raíces y puedes plantarla en una maceta. Necesita buena luz pero sin sol directo, y riego frecuente pero sin encharcamientos. Ten en cuenta que no tolera la sequía completa ni el exceso de agua. Es perfecta para añadir color a cualquier rincón.
Si tienes un aloe vera verás que, con el tiempo, nacen unos hijuelos alrededor de la planta madre. Para reproducirla, solo tienes que separarlos con un cuchillo limpio y plantarlos en una mezcla de tierra y arena. No riegues inmediatamente: espera unos días para evitar que se pudran. El aloe vera es una planta que necesita luz abundante y muy poco riego. Además de ser decorativa, tiene propiedades medicinales que la convierten en un imprescindible (la savia de sus hojas puede aliviar el dolor y la inflamación de quemaduras leves, así como las picaduras de insectos).
La Pilea peperomioides o planta china del dinero es famosa por su porte compacto y redondeado que raramente supera los 30 centímetros de altura, así como por su capacidad para generar hijuelos. Puedes separarlos con cuidado cuando midan unos 5 cm y trasplantarlos a una maceta pequeña. Usa un sustrato ligero y riega con moderación. Ponla en un lugar con buena luz natural, pero sin que reciba sol directo, y crecerá sin problemas.
Una de las suculentas más populares es el árbol de Jade o crassula ovata. Esta planta se multiplica tanto por esquejes de tallo como por hojas. Si eliges una hoja, déjala secar 24 horas antes de colocarla en tierra para evitar que se pudra. En unas semanas, aparecerán brotes nuevos. Lo más importante es usar un sustrato para cactus y suculentas y evitar el exceso de agua.
Puedes reproducir el árbol de jade también por esquejes de tallo. Corta un tallo sano de unos 10 cm, deja secar el corte 2-3 días para que cicatrice y planta en sustrato seco y bien drenado. Riega ligeramente tras una semana. Enraizará fácilmente con luz indirecta y temperatura cálida.