Sara Escolá, experta en 'feng shui'© Sara Escolá

Ideas de decoración

Sara Escolá, experta en ‘feng shui’: "Los techos bien diseñados y cuidados son fundamentales para el bienestar”

Según esta sabiduría milenaria los techos influyen directamente en cómo nos sentimos. Su altura, forma y estado pueden generar calma o incomodidad. Descubre cómo armonizarlos para potenciar la salud.


28 de julio de 2025 - 7:45 CEST

El feng shui es un antiguo arte chino que busca armonizar los espacios para favorecer el bienestar físico, emocional y energético de quienes los habitan. Uno de los aspectos más importantes dentro de esta sabiduría son los techos. Aunque muchas veces se les presta poca atención, su forma, altura y proporciones pueden tener un impacto significativo en cómo nos sentimos

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Cuando el techo está bien resuelto, funciona como una cobertura protectora que envuelve suavemente y contiene el Qi, esa energía vital que recorre todos los espacios

Como explica la experta en feng shui Sara Escolá (www.saraescola.com), “cuando el techo está bien resuelto, funciona como una cobertura protectora que envuelve suavemente y contiene el Qi, esa energía vital que recorre todos los espacios. Sin embargo, si está mal dimensionado, demasiado bajo o desproporcionadamente alto, puede generar desequilibrios energéticos que afectan nuestro bienestar: desde sensación de agobio y fatiga, hasta dispersión, falta de concentración o desconexión”.

En este reportaje, contaremos con la asesoría de la experta en feng shui con sede en Barcelona para entender en profundidad cómo los techos influyen en la energía de un espacio.

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Comedor con mesa redonda y mobiliario moderno© María Pujol para Tinda’s Project

¿Por qué es tan importante el techo en una casa según el ‘feng shui’? 

En feng shuiel techo simboliza el cielo del espacio interior. No es una simple superficie constructiva, sino una parte esencial de la atmósfera energética que envuelve nuestra vida cotidiana. Así como el cielo natural influye en nuestro estado de ánimo, un cielo abierto, luminoso o cargado de nubes modifica cómo nos sentimos, el techo de un hogar actúa como un cielo artificial que sostiene o perturba nuestro equilibrio vital. 

Su diseño, altura, forma y estado tienen un impacto directo en nuestra energía y en la manera en que respiramos, descansamos, pensamos o nos relacionamos dentro del espacio.

Sara detalla que “desde la neuroarquitectura han conseguido demostrar, con estudios cerebrales, lo que en feng shui señalamos desde hace cientos de años: los techos altos activan funciones mentales asociadas con la creatividad y la abstracción; mientras que los techos bajos favorecen el enfoque y la atención”. 

Pero si la proporción no es adecuada, el espacio puede volverse mentalmente inestable, demasiado cerrado o excesivamente estimulante. Por eso, se recomienda una altura equilibrada, entre 2,4 y 3 metros como rango ideal (como vemos en el comedor de la propuesta, en un proyecto realizado por el estudio Tinda’s Project en el que se rebajó el suelo y se subió el techo de toda la zona de día para lograr la altura idónea). 

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© Jordi Canosa para Pia Capdevila

El poder de una entrada triunfal en ‘feng shui’

El techo, como parte superior de la piel arquitectónica, debe proteger sin aplastar y envolver sin pesar. “No es casual que muchas personas duerman mal o se sientan incómodas en espacios con techos que oprimen, están deteriorados o parecen ‘caer’ sobre ellos. El cuerpo lo percibe, aunque no siempre sepamos explicarlo. Por eso, aprender a observarlo y armonizarlo es una forma de cuidar nuestro bienestar desde lo más alto… literalmente”, afirma la experta.

Además, en el feng shui se considera que la parte frontal de la casa, donde se sitúa la entrada principal, es la ‘boca del Qi, el lugar por donde entra la energía vital. El de la propuesta lo ha diseñado Pia Capdevila. 

Un techo demasiado bajo en el recibidor puede comprimir y limitar el flujo energético, afectando la vitalidad de todo el hogar.

Por eso, como indica Sara, se recomienda que el espacio de entrada tenga cierta amplitud, altura y claridad, como una bienvenida generosa a la energía de la vida. Una entrada triunfal no es solo estética: es una poderosa declaración de apertura energética hacia lo nuevo, lo próspero y lo armonioso.

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© Laura Willefert / Ritmonio

Acertar con la cromática de los techos

El color del techo juega un papel esencial en el equilibrio energético y emocional de un hogar. Como relata a modo de ejemplo Sara, “un techo oscuro introduce un exceso de energía Yin, y aunque pueda resultar estéticamente atractivo, sentimos que trae la noche al interior. Esta densidad puede generar una opresión sutil que pesa sobre el ánimo, el descanso o la claridad mental, especialmente cuando se combina con techos bajos o materiales muy densos”.

¿Las tonalidades idóneas? Deben ser suaves y frías, porque las gamas intensas o muy cálidas pueden generar hiperestimulación, incluso aunque el espacio sea amplio.

La experta añade que siempre busca que el techo sea más claro que el suelo, como reflejo de la relación natural entre el cielo y la tierra. Este contraste bien aplicado crea un campo energético ordenado y acogedor, además de aportar coherencia visual. 

Pintar el techo del mismo tono que las paredes o apenas un matiz más claro también ayuda a disolver la línea visual que marca un techo bajo, ampliando así la sensación de espacio.

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© Enric Badrinas para Júlia Brunet Studio

Texturas suaves y formas simples para techos que calman

En feng shui, más que el material en sí, lo importante es cómo el techo se siente y se comporta en el espacio. No buscamos una superficie lujosa o llamativa, sino una que acompañe con suavidad, sin fragmentar ni sobrecargar visualmente. Los acabados lisos, claros y serenos ayudan a mantener la mente despejada y el ambiente equilibrado.

Desde una visión contemporánea, materiales naturales como madera clara, piedra o fibras vegetales conectan con la calma y lo sensorial.

Pero, insiste la experta, “lo esencial no es el material, sino que el techo se perciba amable, acogedor y coherente con la función del espacio: contener sin pesar, proteger sin cerrar”.

Firma el proyecto de cocina la imagen la interiorista Mireia Torruella, quien reviste el techo de caña natural, un material que ayuda a insonorizar y aislar térmicamente la vivienda.

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© Bruce Hemming Photography para FORMstudio

¡Atención! Techos inclinados

Los techos inclinados requieren especial cuidado. Aunque pueden aportar calidez o encanto visual, en feng shui se considera que rompen la estabilidad del ‘cielo interior’, desviando la energía y generando sensaciones de presión o incomodidad. 

Cuando la cama o el escritorio se sitúan bajo la parte más baja, esto puede traducirse en fatiga, dolores de cabeza, insomnio o un malestar constante difícil de identificar. 

La recomendación general es ubicar las zonas de descanso o trabajo en la parte más alta y estable del techo, salvo que la inclinación permita una distribución creativa sin generar compresión.

Para armonizar este tipo de espacios sin necesidad de reformas, Sara propone aplicar estas acciones simples pero efectivas:

  • Pintar la superficie del techo y las vigas en tonos claros, para diluir visualmente su peso.
  • Colocar estructuras ligeras como un dosel sobre la cama, o usar telas translúcidas que generen un cielo interior suave y contenedor.
  • Instalar tragaluces o ventanas en la zona inclinada, lo que ayuda a elevar la energía y reducir la sensación de opresión.
  • Incorporar elementos decorativos que dirijan la energía hacia arriba, como cuadros, lámparas colgantes o plantas altas (idealmente un bambú, ya que su crecimiento vertical natural simboliza fuerza, flexibilidad y elevación constante, aportando un efecto visual y simbólico de ascenso).

Estas intervenciones, aunque sencillas, abordan distintos puntos integrales del espacio: desde lo estético y lo funcional, hasta lo emocional y energético, creando ambientes más armónicos, cómodos y saludables.

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© Gunni & Trentino

Soluciones para suavizar la presencia de las vigas vistas

Las vigas vistas en el techo pueden generar sensación de presión o incomodidad, especialmente cuando están directamente sobre zonas de descanso o trabajo. Su efecto se intensifica si son grandes, oscuras o están dispuestas en pendiente, ya que visualmente ‘empujan’ hacia abajo y generan una sutil sobrecarga energética.

Para neutralizar su impacto sin eliminar su presencia, Sara recomienda pintar las vigas del mismo color claro que el techo (como vemos en este ambiente de salón conectado con un patio, diseñado por Gunni & Trentino) o colocar un dosel con tela liviana sobre la cama. Así se suaviza su efecto visual y se protege el espacio sensible sin perder la identidad arquitectónica.

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© Beliani

¿Elementos colgantes y techos amables? Sí, se puede

Todo elemento colgante sobre zonas donde pasamos tiempo (como la cama, el escritorio o el sofá) puede generar una sensación de presión o incomodidad, especialmente si es visualmente pesado o está mal ubicado. Aunque a veces no lo notamos de forma consciente, el cuerpo lo percibe, y eso puede traducirse en fatiga o tensión a lo largo del tiempo.

“Respecto a los ventiladores de techo, yo no me posiciono en contra por sistema”, afirma Sara. Hoy existen modelos livianos, con aspas curvas y materiales naturales que armonizan con el entorno sin generar amenaza visual ni energética. El secreto está en evitar colocarlos justo sobre la cabeza, y buscar siempre un equilibrio entre funcionalidad, estética y bienestar.

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© Jotun

¿Demasiado espacio arriba? El impacto oculto de los techos altos

Aunque un techo alto o a doble altura puede parecer elegante y ofrecer una sensación de amplitud, desde el feng shui se considera que puede generar desequilibrios si no está bien armonizado

Cuando la energía sube demasiado y no se contiene, nos cuesta enfocarnos, concretar ideas o tomar decisiones. Esta sensación de ‘todo en el aire’ puede afectar tanto nuestra productividad como nuestro descanso, provocando desconexión o falta de dirección.

La neurociencia también lo respalda a través del llamado ‘efecto catedral’, que muestra cómo los techos altos estimulan la creatividad, pero dificultan la concentración. Para compensar este exceso de altura, Sara sugiere “crear una línea visual que contenga la energía entre los dos y dos metros y medio, usando lámparas, cuadros, muebles altos o elementos colgantes. Así, se recupera el equilibrio entre la mente, el cuerpo y el espacio que habitamos”.

En este salón con doble altura para que la vista no se ‘pierda’ en el infinitolas paredes se pintan en dos colores distintos (verde y amarillo, de la firma de pinturas Jotun), centrando el foco en la zona baja y restando así protagonismo al techo.    

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© Francis Amiand / DelightFULL

Los techos bajos también pueden sentirse agradables

En feng shui, un techo bajo puede generar sensación de opresión, fatiga o bloqueo, especialmente si está mal armonizado. Al estar demasiado cerca de la cabeza, el Qi se comprime y pierde movilidad, afectando la claridad mental, la toma de decisiones y la sensación de libertad en el cuerpo.

Para suavizar esta sensación sin reformas, Sara recomienda “usar luz ascendente, tonos suaves y evitar sobrecargar visualmente el techo”. Así, se alivia la presión, se recupera la amplitud del espacio y se permite que la energía vital circule con mayor fluidez.

En este rincón de lectura la lámpara de pie de diseño retro es ‘Abbey Floor’, de la firma DelightFULL.

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© Velux

Luz natural desde arriba: aliada del bienestar si se equilibra

En feng shui, los tragaluces bien ubicados son una forma positiva de conectar el espacio con la luz natural y activar vitalidad, especialmente en zonas comunes o de actividad. No obstante, su efecto puede resultar excesivo si están justo sobre áreas de descanso, donde esa apertura puede generar sensación de exposición o falta de contención. 

Por eso, Sara recomienda usar materiales difusores o estores (como los de estas ventanas de techo de Velux) y elegir su ubicación con atención, respetando el equilibrio entre apertura y refugio.

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© María del Valle Interiorismo

Lo que sucede en el techo se refleja en tu vida cotidiana

Cuando el techo de una vivienda presenta grietas, humedades o signos visibles de deterioro, el espacio comienza a transmitir una sensación sutil pero constante de fragilidad. 

Es como si la bóveda que protege y sostiene nuestra vida cotidiana se viera comprometida, y esa percepción puede afectar directamente a nuestro bienestar emocional y físico. Aunque no lo miremos cada día, el cuerpo lo registra.

Un techo en mal estado debilita la sensación de refugio y puede generar, con el tiempo, una atmósfera de inseguridad o cansancio.

Además, los daños visibles como manchas de humedad o pintura descascarada afectan profundamente la calidad ambiental del espacio. Alteran la acústica, promueven la proliferación de moho y deterioran la temperatura, el olor y la percepción general del lugar. 

En conjunto, como resume Sara, “esa falta de cuidado en lo alto del hogar acaba repercutiendo abajo: en cómo nos sentimos, cómo respiramos y cómo vivimos”. 

En el dormitorio de la propuesta los techos se encuentran en perfecto estado. Se trata de un proyecto de María del Valle Interiorismo, quien decide cubrir el techo con madera, que ofrecen una estética muy acogedora al espacio.

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© Lupe Clemente / Casa Decor

Techos a examen: lo que revelan sobre tu bienestar

El bienestar de un hogar depende de muchos factores, pero el techo puede ser una clave sutil y reveladora. Observar cómo nos hace sentir es un buen punto de partida. 

Si es demasiado alto y provoca frialdad o vacío, o si resulta bajo y comprime visualmente el ambiente, quizá sea momento de introducir cambios que aporten equilibrio.

Este baño lo ha diseñado Querencia Estudio para la edición de este año de Casa Decor, con una marcada inspiración biofílica. Se trata del espacio de Leroy Merlin.

También conviene revisar su estado físico: manchas, grietas o humedades pueden alterar la sensación de protección. Mirar el techo con atención (preguntándonos si transmite claridad, calma y refugio) nos ayuda a entender si ese ‘cielo interior’ necesita cuidados para acompañarnos con más armonía. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.