Retrato de Marta Rosique en su terraza, entre geranios© Plantea en verde

Plantas de exterior

Marta Rosique, experta en plantas: "La plaga del taladro es casi lo único que puede acabar con un geranio sano"

Junto al exceso de riego, es la mayor amenaza de esta flor tan apreciada: si no se detecta a tiempo, la planta se vacía por dentro.


26 de julio de 2025 - 14:00 CEST

Pocas plantas representan tan bien la alegría de un balcón soleado como el geranio (Pelargonium), una flor que, por su colorido y resistencia, se ha ganado un lugar privilegiado también en patios y terrazas. 

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Con la divulgadora botánica Marta Rosique, experta en plantas, autora de tres libros sobre ellas y fundadora de la tienda online Plantea en verde (www.planteaenverde.es) descubrimos cómo cuidarlo y por qué sigue siendo tan popular: “no solo es una planta resistente, agradecida y que se adapta fenomenal a nuestro clima, sino que florece durante meses, incluso en pleno verano, y no exige grandes cuidados. Además, se asocia mucho a lo mediterráneo, a balcones soleados, a los patios encalados… Tiene una presencia muy fuerte en la cultura popular. Y eso que proviene de Sudáfrica”.

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Primer plano de la flor de un geranio© annanahabed - stock.adobe.com

¿Cómo afecta el verano al geranio? 

El verano el geranio lo vive a tope, florece sin parar. Pero necesita más agua y más vigilancia frente a plagas, sobre todo la del taladro del geranio (asimismo denominado mariposa del geranio). 

Marta advierte que “también puede sufrir estrés si hay olas de calor extremas. En ese caso, mejor moverlo a sombra ligera por las tardes, si está en maceta. Además, podemos fortalecerlo con bioestimulantes, como los aminoácidos o los fertilizantes a base de algas, que funcionan muy bien para dar vigor a las plantas en situaciones de estrés”.  

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© Ibrahim Pinar / Pexels

Geranios y animales: lo que debes saber

Una duda común entre quienes conviven con mascotas es la posible toxicidad del geranio. Esta planta es dañina si se ingiere, ya que puede provocar vómitos y malestar digestivo en perros y gatos. Por eso, en hogares con animales, es importante ubicar los geranios fuera de su alcance, especialmente si las mascotas tienden a mordisquear plantas.

"En mi caso, convivo con dos gatos y los ignoran soberanamente; igualmente, tengo los geranios en alto, en una zona de difícil acceso, porque siempre es mejor prevenir", comenta Marta.

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© Plantea en verde

El geranio y su mantenimiento mínimo

La divulgadora botánica ya nos ha advertido antes que es una planta bien sencilla cuidar, el principal enemigo de su salud es el taladro del geranio. Es una plaga introducida en los años 80’ que puede mantener en jaque a los geranios de la zona mediterránea de mayo a octubre.
Aparte de esto, “basta con un buen pinzado regular para mantenerla compacta y estimular más floración. Y por supuesto, evitar el exceso de riego, especialmente en otoño e invierno”, expone Marta.

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© Adobe Stock

Frecuencia de riego 

En verano tus plantas tienen más sed, el geranio no es la excepción. Los riegos deben ser todavía más frecuentes que el resto del año, pero siempre dejando secar ligeramente la tierra entre ellos. Marta explica que “lo ideal es guiarnos por el estado del sustrato, introduciendo un dedo o un palito, más que establecer una frecuencia estándar, que variará según la zona, la ubicación, el tipo de sustrato e incluso el tipo de recipiente”. 

En primavera y otoño, bajamos frecuencia, siempre guiándonos por el estado del sustrato antes de regar.  En invierno, apenas necesita agua y hay que extremar precauciones para evitar encharcamientos, que pueden provocar pudriciones de raíz.

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© Adobe Stock

Tierra ligera, la clave del éxito

La experta recomienda emplear un sustrato ligero y muy drenante. “Yo suelo usar sustrato universal con perlita o arena gruesa (en balcones y terrazas, mejor optar por la perlita, que es mucho más ligera)”, detalla. El objetivo es que retenga algo de humedad sin apelmazarse y mantenga una buena oxigenación. Y si los tienes en tierra, plantados en el jardín, asegúrate de que el suelo no sea arcilloso ni compacto.

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© Pelargonium for Europe

El geranio requiere una fertilización regular 

Sobre todo durante la floración, le vendrá bien un aporte de nutrientes. La experta en plantas aconseja decantarse por un fertilizante equilibrado o ligeramente más rico en potasio cada 15 días, en primavera y verano. Si lo prefieres, puedes usar uno de liberación lenta al inicio de la temporada. 

En invierno, podemos dejarlo tranquilo si vemos que detiene la floración y el crecimiento.

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© Charlotte Cowell / Unsplash

Podas y pinzados suaves

La poda del geranio fuerte debe hacerse a finales de invierno o principios de primavera, recortando tallos leñosos y mal formados. “Mientras que durante la floración, recomiendo pinzados suaves: quitar flores marchitas, hojas secas y tallos demasiado largos. Así se mantiene compacto y sigue floreciendo”, especifica Marta.

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© Pelargonium for Europe

¿Es el momento de trasplantar tu geranio?

El geranio debe trasplantarse cuando muestre señales de necesitar más espacio o cuando el sustrato haya perdido propiedades. La experta narra cuáles son indicadores claros de esto: 

  • Nos encontramos con raíces saliendo por el agujero de drenaje o por la superficie del sustrato.
  • Crecimiento estancado en primavera o verano (cuando se supone que debe estar a tope).
  • Sustrato apelmazado, que podemos reconocer por quedarse tipo ‘bloque’ y con una separación del perímetro de la maceta. 

Se puede trasplantar durante todo el año, evitando siempre olas de calor y olas de frío, pero lo ideal es hacerlo a inicios de primavera, antes de que empiece a generar brotes nuevos.  El consejo práctico que nos da Marta es que, al trasplantar, aproveches para renovar el sustrato y sanear raíces si es necesario.

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© Adobe Stock

Señales de alarma: cómo saber si tu geranio está en peligro

Lo que debes vigilar para comprobar si tu geranio está sano es:

  • Hojas amarillas y decaídas pueden indicar un exceso de riego o falta de luz; si las hojas se ven pequeñas, duras y de un verde amarillento, probablemente estén recibiendo demasiado sol.
  • Los tallos blandos o huecos podrían ser síntoma de una plaga grave, como el taladro del geranio.
  • Si las hojas presentan bordes marrones o están enrolladas, puede tratarse de un golpe de calor o la presencia de alguna plaga.

Como con cualquier planta, lo mejor es observar el geranio de forma regular para detectar a tiempo cualquier problema y poder intervenir cuanto antes para recuperar su felicidad.

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© Adobe Stock

El taladro del geranio no da tregua

Volvemos a insistir, aunque ya lo hayamos comentado varias veces en el reportaje: el taladro del geranio, o mariposa del geranio (Cacyreus marshalli)  es, sin duda, la plaga más temida. De pequeño tamaño, deposita sus huevos en brotes y capullos. De ellos nacen orugas diminutas que perforan los tallos desde dentro, alimentándose de su interior hasta dejarlos huecos.

El problema es que, en muchos casos, no se detecta hasta que el daño es evidente: flores que se marchitan sin motivo aparente, tallos que se rompen con solo tocarlos, o pequeños agujeros que pasan desapercibidos. A veces, al partir un tallo afectado, es posible ver la oruga verde en su interior”, comenta Marta.

La clave está en la prevención, revisando la planta con frecuencia, eliminando las partes dañadas manualmente y aplicando tratamientos ecológicos preventivos, como Bacillus thuringiensis o aceite de colza.

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© Lena Khrupina / Pexels

Tu geranio quiere sol: por qué no siempre funciona tenerlo dentro de casa

Sí es posible cultivar geranios en interior, pero exige condiciones que no siempre se pueden cumplir en una vivienda. La planta necesita un lugar muy bien iluminado y con varias horas de sol directo al día.

Como explica Marta: "los geranios necesitan muchas horas de sol directo para florecer con fuerza, y en interior la intensidad de los rayos siempre se ve disminuida por los cristales. Lo que nos solemos encontrar, sobre todo en geranios cultivados en interior, es que suelen florecer poco (ya que es un proceso muy demandante en luz), se estiran en busca de iluminación y se vuelven más vulnerables a hongos por la menor ventilación".

Por eso, siempre que sea posible, recomienda cultivarlos en exterior: balcones, terrazas, patios o jardines. Estarán más sanos, más floridos y más felices.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.