En esta vivienda, su esencia rústica se ha llevado también hasta la cocina. En ella se observan también detalles clásicos, que conviven con lo último en practicidad y funcionalidad para el día a día en la cocina. El espacio se concibe como un ambiente vivo con varios rincones. Una cocina que se comparte en la zona de trabajo, con sus generosas dimensiones e isla central con barra; pero también en la de disfrute anexa: un espacio de comedor confortable.
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Una cocina completa
En el centro del espacio, queda una isla central que suma almacenaje y sirve de gran superficie de trabajo. Mide 2,5 m x 1 m, y ofrece mucho espacio de encimera donde elaborar y preparar. "Además, esta isla además fomenta la interacción entre comensales y cocineros durante los procesos de cocinado con invitados, familiares y amigos", expresan desde el estudio responsable del diseño. Aquí se aprecia cómo la encimera vuela para convertirse en práctica barra con taburetes.
Y en la pared, un gran frente de armarios en columna, donde se integra el frigorífico combi de Siemens; una vinoteca de Pando —con capacidad para albergar hasta 49 botellas—; y armarios despenseros.