© MATTIA BETTINELLI Charles Randquist y su familia HOLA 4072

Charles Randquist, uno de los cirujanos plásticos más reconocidos del mundo, nos recibe en familia, en su impresionante casa de Ibiza

Situada en una finca de seis siglos de antigüedad consta de dos construcciones: ‘Nosotros podemos disfrutar de nuestra privacidad mientras los invitados y los niños tienen su propia casa’

En Ibiza quedan aún partes inalterables que no han cambiado con el tiempo, donde vibra el verdadero encanto de la isla y su energía conquista a quien se pierde por completo en ella. Como Charles e Yvette Randquist que tienen en la campiña ibicenca una magnífica casa que expresa quiénes son cómo familia y su amor por Ibiza. Se encuentra en una finca antigua, que se extiende con la decoración, que fluye entre las edificaciones y sus espacios interiores/exteriores con piscinas, estanques y jardines en diferentes niveles.

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Todo pensado en un estilo de vida moderno y, al mismo tiempo, ensoñador, con espacios abiertos naturales y el jardín diseñado como si fuera una extensión de la sala de estar sin techo, donde la hierba es la alfombra y las flores, las paredes y el arte, como la obra de Lorenzo Quinn, expresan el amor y la unión de esta familia. Charles e Yvette llevan casados veintiocho años y tienen tres hijos: Jacqueline, de veintiséis años; Isabelle, de veinticuatro, y Caesar, de diecinueve.

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El matrimonio, con sus tres hijos, con diseños de Silvia Tcherassi. De izquierda a derecha: Caesar, de diecinueve años; Isabelle, de veinticuatro, y Jacqueline, de veintiséis.

El doctor ha trabajado como cirujano plástico durante más de treinta años, dirige su propio hospital, Victoriakliniken, en Estocolmo, Suecia, y hoy es un líder de opinión clave muy reconocido en su campo. Yvette es abogada y tiene su gabinete en la capital sueca.

“Ibiza es mi lugar sagrado, el lugar donde me lleno de energía. Me encanta todo y tenemos amigos maravillosos a los que podemos ver cuando venimos”, nos dice Yvette, que es abogada
©GIORGIO BARONI
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Arriba, dos imágenes aéreas de la espectacular propiedad que Charles e Yvette Randquist compraron hace siete años en Cala Lllonga, Roca Llisa. El terreno cuenta con dos magníficas casas. Las dos cuentan con tres habitaciones, cocina, sala de estar y piscina. “Lo más importante para nosotros fue encontrar un diseño arquitectónico y un lenguaje que respetara y equilibrara la antigua finca con su ubicación en la ladera con vistas al valle”, nos cuentan.

—Yvette, ¿a qué te dedicas?

—Soy abogada especializada en derecho de familia: casos de custodia, herencias, divorcios… También fundé hace un par de años Magnolia Children (magnoliabarnen.se), fundación que se centra en los niños menos privilegiados de Suecia. Organiza un campamento en el archipiélago en verano, durante una semana, con el objetivo de que se diviertan, se olviden de todos sus problemas y coman bien y sano.

—Tu marido es un cirujano plástico muy apreciado en todo el mundo.

—Charles dirige su propio hospital y, aparte, también tiene un centro de cuidado de la piel. Su vasta experiencia quirúrgica, sus conocimientos y su filosofía de crear un aspecto natural, proporcional y bien equilibrado después de la cirugía, con el menor riesgo de complicaciones, le ha valido una reputación internacional. Clientes de todo el mundo buscan su consejo y gran parte de las cirugías que hoy realizan son secundarias y reconstructivas de cirugías previas o traumatismos. Su enfoque holístico de la belleza a largo plazo basado en “salud interior, belleza exterior” y asesorando a sus pacientes sobre nutrición con la ayuda del mapeo genético, el estilo de vida, el alma y la mente juegan también un papel importante en su éxito.

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Las casas no están pensadas para pasar mucho tiempo en ellas, por lo que se dedicó mucho tiempo y esfuerzo en crear espacios al aire libre en armonía con los jardines. El encargado de la reforma fue el galardonado artista ibicenco Jordi Carreño, a quien nuestros anfitriones conocen desde hace más de veinte años y todas las mesas y las pérgolas se trajeron de Bali (Indonesia).

—¿Cómo es tener a un cirujano plástico como marido?

—Supongo que mis amigos estarán un poco celosos por ello, ja, ja, ja. Sin embargo, aunque la gente me vea como la mujer de un famoso cirujano plástico, en mi entorno se me reconoce más como madre y abogada. Abrí mi propio bufete cuando los niños eran pequeños y trabajé con Charles durante nueve años. Eso ayudó a que nuestra relación creciera.

Charles: “Yo solía ir a la Costa Azul con mi familia, pero, en 1989, mi padre descubrió esta isla y decidimos que se habían terminado los veraneos en Francia”
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Sobre estas líneas, Charles, que dirige su propio hospital en Estocolmo (Suecia), e Yvette, que trabaja como abogada en la capital sueca, con su guapa familia. Los vestidos son de Johanna Ortiz.

—Háblame de tus hijos.

—Jacqueline, la mayor, tiene veintiséis años y estudia para ser terapeuta de la piel. Charles espera que algún día trabaje con él. Isabelle, de veinticuatro, está a punto de convertirse en médico. Terminó su cuarto año en la Escuela de Medicina de Riga, en Letonia, y le quedan dos más. Y Caesar, de diecinueve, empieza su último año de internado en Nospari, en Suecia. Practica todos los deportes y tiene talento para jugar al polo.

“Tenemos la suerte de tener la vieja Ibiza a nuestro alrededor y un retiro sin tráfico ni ruido, salvo el canto de los grillos, a tan solo quince minutos de la ciudad”
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En la vivienda solo hay materiales orgánicos y se ha añadido un toque histórico árabe y otro asiático con muebles antiguos y alfombras de la India, Marruecos y China sin pretender perder la autenticidad del lugar. En la imagen del centro, Charles Randquist, un enamorado de la isla pitiusa: “Me gustaba hace treinta años y me gusta hoy”, nos confiesa.

—¿Cómo llegasteis a Ibiza?

CHARLES.— Yo solía ir a la Costa Azul con mi familia, pero, en mil novecientos ochenta y nueve, mi padre descubrió Ibiza y decidimos que se habían terminado los veraneos en Francia. Hace siete años, Yvette y Charles compraron su propia casa en Cala Llonga, Roca Llisa, después de pasar los veranos anteriores en la casa familiar o en hoteles y casas de alquiler. La vivienda se encuentra en una finca de seiscientos años de antigüedad: “Era la solución perfecta, porque hay dos casas. Nosotros podemos disfrutar de nuestra privacidad en la antigua finca superior, mientras que los invitados o los niños tienen su propia casa. Las dos tienen piscina, tres habitaciones, sala de estar y cocina”. El encargado de reformar la casa fue el galardonado arquitecto ibicenco Jordi Carreño, a quien conocen desde hace más de veinte años. Philip Gonda, fundador, creador y diseñador de los hoteles y proyectos Atzaro, y Felipe Durán Rodríguez, un gran paisajista, también los ayudaron a encontrar la increíble casa: “Realmente nos sentimos bendecidos de haber estado rodeados de este “dream team”. Como nos conocían, querían que la propiedad expresara quiénes somos como familia y nuestro amor por Ibiza”.

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Todo está pensado en un estilo de vida moderno y, al mismo tiempo, ensoñador, con espacios abiertos naturales y el jardín diseñado como si fuera una extensión de la sala de estar sin techo. Arriba, una imagen de la moderna cocina de la casa.

—¿Cuál es el estilo de la casa hoy?

—Lo más importante para nosotros fue encontrar un diseño arquitectónico que respetara y equilibrara la antigua finca con su ubicación en la ladera con vistas al valle. El concepto era dejar que la finca se mezclara orgánicamente con su entorno, creando un estilo de vida moderno con espacios abiertos naturales entre el interior y el exterior. Incluir las diferentes áreas fue clave, y, lo más importante, crear el flujo entre las casas y sus espacios interiores/exteriores con piscinas, estanques y jardines en diferentes niveles. Todas las suites de las casas tienen sus duchas al aire libre y jardines separados para mayor privacidad. Solo hemos trabajado con materiales orgánicos y se ha añadido en la vivienda un toque histórico árabe y otro asiático sin pretender perder la autenticidad del lugar. Todos los pisos fueron hechos de mármol de Indonesia y, como la casa era vieja y húmeda, se instaló suelo radiante en todas partes, lo que la hace muy cómoda en invierno. Los baños y sus mosaicos tienen un toque árabe norteafricano.

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Sobre estas líneas, Isabelle, que acaba de terminar su cuarto año en la Escuela de Medicina de Riga, en Letonia. Lleva vestido de Etro.

—¿Creéis que Ib iza sigue siendo uno de los lugares más bonitos del Mediterráneo?

YVETTE.—Ibiza es mi lugar sagrado, donde me lleno de energía. Me encanta todo y tenemos amigos maravillosos a los que podemos ver cuando venimos.

 —¿No ha cambiado desde la primera vez que viniste aquí?

—No tanto. Al menos, no para nosotros. Y lo que ha cambiado es, en su mayor parte, para mejor. Puede que haya demasiados turistas, pero tenemos este pequeño escondite.

C.—Ibiza ha cambiado, especialmente la zona del sur, pero la infraestructura de carreteras es mucho mejor y la isla se ha vuelto más internacional con fuertes marcas de lujo. El norte y el campo donde vivimos, sin embargo, no ha cambiado. Uno siempre puede tener opiniones si los cambios son para mejor o no. A mí me gustaba la isla hace treinta años y me gusta hoy. Tenemos la suerte de tener la vieja Ibiza a nuestro alrededor y un retiro a tan solo quince minutos de la ciudad sin tráfico ni ruido, salvo el del canto de los grillos.

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Todas las elegantes ‘suites’ de las casas (en estas imágenes) tienen sus duchas al aire libre y jardines separados para disponer de una mayor privacidad. Todos los pisos fueron hechos con mármol de Indonesia. “Como la casa era vieja y húmeda, se instaló suelo radiante en todas partes, lo que la hace muy cómoda durante el invierno”, nos dicen.

—¿Qué es lo que más os gusta de la isla?

C.—A mí la mezcla de personas que viven y vienen aquí. Ibiza es una isla pequeña con hermosas bahías, playas y aguas cristalinas. Sin embargo, ofrece mucho más. Puedes disfrutar de hermosas cenas en el campo en casas particulares, comer en restaurantes locales, como Balafia o Paloma, ir a pequeños chiringuitos en las bahías o a exclusivos restaurantes internacionales de moda, como Nobu, Zuma o Cipriani, por mencionar algunos. Puedes bailar en la playa y en el campo o disfrutar del mejor entretenimiento internacional en Lio. El hecho es que la isla no es ni será aburrida, porque hay muchas opciones para todos. Por otra parte, el espíritu de aquí se ha mantenido y protegido. Yvette puede ser libre para vestirse como quiera y le encanta ese estilo hippy chic. En nuestra opinión, Ibiza es una isla de libertad. Ahora que el mundo se está volviendo menos libre y todo debe ser políticamente correcto, este lugar todavía se caracteriza por la libertad y nadie se molesta en juzgar a nadie. Es una isla de inclusión y puedes ser quien quieras ser.

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Arriba, una imagen de Yvette, que ama la belleza en todas sus formas, desde los hermosos arreglos florales hasta el paisaje de la isla con sus idílicas playas.

—Sois una familia de belleza. Para ti, Charles, ¿qué importancia tiene la belleza?

—Yvette ama la belleza en todas sus formas, desde los hermosos arreglos florales hasta el paisaje de esta isla con sus idílicas playas. Yo, por mi parte, trabajo y enseño sobre belleza, por lo que, desde un punto de vista profesional, juega un papel importante para mí. Sin embargo, desde la perspectiva de un cirujano plástico, el tema no puede ser respondido con unas pocas oraciones. Sin embargo, diré esto. Como cirujano, explicar, comunicar y encontrar ese delicado equilibrio entre las expectativas de belleza de la paciente y sus características biológicas naturales es una de las tareas y responsabilidades más difíciles. Hoy, con las redes sociales, la percepción de lo que es o podría ser la belleza se distorsiona muy a menudo y hay una tendencia al narcisismo que no es saludable. Pero también, por desgracia, creer que la cirugía plástica es una solución rápida y sin riesgos. La mejor manera de mantenerse bella y con una piel sana a largo plazo es llevar una vida sana, evitando fumar, tomar demasiado sol y comiendo menos, mejor y sin azúcar.

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Abajo, una vista de una de las piscinas de la magnífica villa, que se diseñaron con rebosadero, como las antiguas cisternas.

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Realización y texto: NANA BOTTAZZI

Fotos casa: GIORGIO BARONI

Fotos posado: MATTIA BETTINELLI

Decoración floral : FABRIZIO COCCHI

Vestuario: SILVIA TCHERASSI/ETRO/JOHANNA ORTIZ

Joyas: ELISA POMAR

Agradecimientos: @ViveHome21

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