Laura S. Lara, sumiller, desde el corazón de Rueda: "Aquí, el vino no solo se bebe, se hereda"


Visitamos la Bodega Cuatro Rayas, en La Seca, Valladolid, para descubrir una forma de entender el verdejo que va más allá de la copa: es cultura, sostenibilidad y compromiso

En colaboración con

Bodega Cuatro Rayas


© JAVIER ALONSO
Por: Laura Sánchez Lara
9 de octubre de 2025 - 11:04 CEST

En Valladolid late una memoria compartida que se refleja en sus paisajes y en sus vinos. Entre viñedos con encanto, donde cada racimo guarda la esencia del mundo rural, nace la propuesta de la Bodega Cuatro Rayas: abrir sus puertas al visitante, mostrar el alma de su trabajo y ofrecer una experiencia enoturística que une tradición, innovación y hospitalidad en pleno corazón de la D.O. Rueda. Me he desplazado hasta allí para descubrir de primera mano la bodega que custodia la historia colectiva de la uva verdejo en su estación más mágica.

Para ti que te gusta

Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!

Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.

Este contenido es solo para suscriptores.

Suscríbete ahora para seguir leyendo.

TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

© JAVIER ALONSO

Bodega Cuatro Rayas es mucho más que una cooperativa vitivinícola: es el relato de una comunidad rural que, desde 1935, ha sabido transformar la adversidad en legado, innovación y orgullo. Desde su fundación en La Seca, Valladolid, el espíritu colaborativo fue la semilla de una historia de éxito arraigada en la pasión por la vid y la voluntad de mejorar la vida de la gente. Nada menos que 90 años de historia y cooperación.

El origen de Cuatro Rayas se remonta a la iniciativa de un médico de esta localidad que impulsó la unión de los viticultores del pueblo para optimizar los recursos, mejorar la calidad y asegurar un futuro más próspero para todos. Así nació la entonces Bodega Cooperativa de La Seca, precursora de la actual Bodega Cuatro Rayas, que hoy da sustento directo e indirecto a unas 700 personas en 30 pueblos, y gestiona más de 2.500 hectáreas de viñedo, de las cuales una importante proporción son viñas viejas, auténtico patrimonio de la D.O. Rueda.

Ver más fotos aquí

© JAVIER ALONSO

Con el paso del tiempo, el trabajo de tres generaciones y la apuesta continua por la calidad han consolidado a la Bodega Cuatro Rayas como líder en la elaboración de verdejos reconocidos mundialmente, con una producción anual de más de 18 millones de botellas distribuidas en más de 60 países. Pero el éxito de esta bodega va mucho más allá del volumen. Su secreto está en la capacidad de transmitir en cada copa el esfuerzo colectivo y la memoria de la tierra, sin perder de vista el compromiso con el bienestar de su gente y la sostenibilidad rural.

© JAVIER ALONSO

El bienestar como eje

La filosofía que impregna a la Bodega Cuatro Rayas es la de un equilibrio justo entre rentabilidad, valor y sostenibilidad, bajo el emblema propio “Green & Social”. Esta visión se traduce no solo en elaborar grandes vinos, sino en mejorar la vida rural y conservar el patrimonio natural de forma responsable. El cuidado ambiental es palpable: desde la reducción de la huella de carbono y la apuesta por energías renovables, hasta la obtención del exigente sello Sustainable Wineries for Climate Protection, pasando por certificaciones en agricultura ecológica y producto vegano.

La Bodega Cuatro Rayas entiende el bienestar como una interdependencia entre la salud del viñedo y la de las personas que lo cultivan. Este planteamiento ha hecho de la bodega un referente también en igualdad de oportunidades y políticas sociales, con premios que reconocen su trabajo hacia la conciliación, la igualdad de género y el relevo generacional. La creación de la Comisión Envero, formada por jóvenes y herederos de socios cooperativistas, garantiza que el testimonio de la bodega siga vigente y adaptado a los desafíos del siglo XXI.

Ver más fotos aquí

© JAVIER ALONSO

Vinos con identidad

La razón de ser de la Bodega Cuatro Rayas reside en la excelencia de su porfolio, especialmente en el poderío de la uva verdejo, corazón de la D.O. Rueda. La bodega combina métodos tradicionales con tecnología puntera para extraer lo mejor de cada parcela, con una gama que va desde blancos jóvenes y varietales, verdejos de guarda, vinos criados sobre lías y fermentados en barrica, hasta dorados y vermuts singulares.

El respeto por el origen también se observa en la preservación de viñedos prefiloxéricos, auténticos tesoros vivos. La apuesta por la investigación, como el proyecto Longverdejo (que rescata levaduras ancestrales para potenciar la longevidad de la variedad), o la creación de productos innovadores como la cerveza Cuatro Rayas Grape Lager o su vino 0% alcohol, demuestran que Bodega Cuatro Rayas no teme conjugar tradición e innovación. En cada botella, su equipo de enología buscan expresar el carácter irrepetible de los pagos, abrir caminos y desafiar convenciones.

Ver más fotos aquí

© JAVIER ALONSO

Microvinificaciones: la revolución serena del verdejo

En los últimos años, Cuatro Rayas ha dado un salto cualitativo con su proyecto de microvinificaciones, convirtiéndose en abanderada de la reinvención del verdejo. Estos vinos de ediciones limitadas son auténticos ensayos de virtuosismo enológico, orientados a demostrar el potencial gastronómico y de guarda de la variedad (a menudo encasillada en la inmediatez) y a rescatar la expresión más pura de cada terruño.

Amador Diez Verdejo Cuvée y Cuatro Rayas Longverdejo son dos buenos ejemplos. Amparados ambos bajo la exclusiva categoría Gran Vino de Rueda, recogen uvas de viñedos muy viejos, algunos de ellos, incluso, prefiloxéricos, vendimiadas manualmente y elaboradas con mimo extremo: selección grano a grano, fermentaciones en barricas y depósitos de hormigón, crianzas prolongadas sobre lías, y empleo de levaduras autóctonas propias. El resultado son vinos complejos, longevos, llenos de matices de fruta blanca, hinojo y especias, que rompen el mito de que el verdejo debe consumirse joven y demuestran una capacidad de envejecimiento sorprendente.

© JAVIER ALONSO

Estas pequeñas vinificaciones expresan la inquietud y el inconformismo de una cooperativa que se esfuerza (con éxito) por quitarse de encima el sambenito que lleva unido esta categoría, pero también su respeto al origen y su deseo de mostrar a consumidores exigentes, dentro y fuera de España, todo lo que el viñedo viejo y la variedad verdejo pueden regalar cuando se les escucha.

Bodega Cuatro Rayas no solo embotella vino: encapsula vida, historia y horizonte. En cada copa, hay un poco del sueño colectivo de esta gente que ha aprendido a reinventarse, sin perder nunca la memoria de sus raíces.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.